miércoles, 18 de enero de 2017

Creencias y tradiciones de la Brujería

Veamos una relación de los hechos que tuvieron lugar en 1314, hechos cuyo protagonista fue un tal Juan el Rojo, quien murió en la hoguera. En efecto, Juan el Rojo declaró ante los jueces que se valía de las figuritas de cera para hacer morir al individuo que le indicaran. Se trataba, por lo visto, de un antecesor del asesino a sueldo. ¿Cómo lo lograba?


Se procuraba cera virgen, a la que unía partículas de hostia consagrada y unas gotas de los santos óleos, todo lo cual robaba en las iglesias, según él, protegido por los dioses del mal. Una noche de martes o sábado, sin luna, y en sitio alejado de la población, aguardaba a que fuese medianoche y entonces invocaba a las potencias infernales, mientras modelaba la figurita concentrándose mentalmente en la persona que debía morir; luego, le añadía pelos, pedazos de uña, etc., procedentes de la víctima, y la vestía con fragmentos de tela sin lavar de igual procedencia.

Fabricado así el maleficio, lo guardaba hasta el martes o sábado siguiente. Entonces, lo trasladaba a un lugar sagrado, y lo bautizaba con unas gotas de agua bendita, imponiéndole el nombre de la víctima elegida. Después, entregaba la figura a quien se la había encargado, para que la fundiese a fuego muy lento cuando quisiera, invocando a Satanás y concentrándose mentalmente en la muerte de su enemigo.

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