jueves, 5 de noviembre de 2015

Abrahel

Abrahel era un ángel de asombrosa belleza en los tiempos que vivía en el reino de los cielos. Es cierto que todos los siervos del señor eran y son hermosos, pues así era la gracia de Dios, sin embargo, Abrahel simplemente destacaba entre ellos y se vanagloriaba de ello. Tal era así que fue seducida por los pecados que mas tarde le harían caer junto con Lucifer y otros que se le unieron cuando este quiso revelarse contra Dios. La tentación de las palabras de Lucifer fueron fuertes y Abrahel no pudo rechazarla al verse cegada por ellas. Se vio dominada por la soberbia al creerse la mas bella del cielo, la envidia hacía otros ángeles que irradiaban belleza con su luz y pureza y la lujuria que brotaba dentro de ella y que la convirtió en la lilim que es ahora.

Al caer, su belleza se hizo mas fuerte.

Es la Reina de los Súcubos y una de las lilims mas reconocidas; tanto por su antigüedad como por su envidiable belleza y habilidad.

Es caprichosa, vanidosa y muy fría. Sin pizca de piedad. No conoce los remordimientos ni el perdón. No le teme a nada y si temiera a algo nunca lo confesaría ni dejaría que lo averiguaran. Siempre fue muy orgullosa en lo referente a su físico. Siendo un ángel ya era muy atractiva y al caer esa belleza pareció incrementarse. Se dice que lo malo muchas veces es tentativo, mas si viene en forma de mujer. Es la tentación personificada. El fruto prohibido que todos muerden quieran o no, siendo los pocos que la rechazan víctimas de una muerte cruel.

Son muchas las hazañas cometidas por esta demonio. Una de las mas conocidas es la leyenda del pastor. Halla por el renacimiento, Abrahel conquistó a un pastor llamado Pierrot en el años 1581 en una aldea a orillas del Mosela. Abrahel se entregó al pastor a cambio de la vida del hijo de éste, al que mató con una manzana envenenada. Al darse cuenta Pierrot de su complicidad en el tema se desesperó. Abrahel se le apareció de nuevo prometiendo la resurrección del muerto si era adorada como el mismo Dios. Así lo hizo Pierrot y adoró a Abrahel con lo que su hijo volvió pero con una semblanza lúgubre. Al año el demonio abandonó el cuerpo del niño que cayó fulminado despidiendo un gran hedor. Fue enterrado de forma oculta.

Sus reales propósitos han sido, sobretodo, mortíferos, debido a que esta bella y dispuesta mujer busca conformar un séquito que siga la venerable figura de Satanás en la tierra y conseguir tantos esclavos como le sea posible.

Su reto personal es seducir al mismísimo Lucifer.


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