jueves, 30 de marzo de 2017

¿Cómo se celebraba un aquelarre?

Veamos la narración de una bruja:


«Ha llegado la hora... Es sábado y mi Señor me llama... ¡Ah, volveré a verle y a adorarle! Pero antes debo untar mi cuerpo con el ungüento que tan grato le resulta... Sí, desnuda por completo, me unto el cuerpo por completo... Ya está. Ahora, puedo volar hacia Él. Me tumbo en el jergón... Cierro los ojos... Y de pronto, un rayo de luz me anuncia que la Luna ha salido ya en los cielos. ¡Sí, ahora voy hacia ti... hacia el lugar de reunión!... Sé que cabalgo, cabalgo, subo hasta la Luna, que me sonríe... ¡La Luna es mi cómplice! Veo por el sendero una procesión, la procesión de los iniciados y de los neófitos, de aquellos que desean ser iniciados en nuestros ritos, en nuestra antirreligión...

Ah, he llegado al claro donde se celebrará el aquelarre... donde todas y todos adorarremos al Macho Cabrío, al Gran Cabrón...

Sí, ya le veo, sentado sobre una piedra, relucientes sus cuernos... enhiesta su cola... Ahora empieza la procesión y la adoración... El Macho Cabrío se vuelve de espaldas... y todos los presentes, uno a uno, le adoramos y besamos su orificio posterior... ¡Y empieza la fiesta! ¡Los cánticos se tornan cada vez más excitantes! ¿Todas, todas nos revolcamos por el suelo, buscando un lenitivo a nuestros pesares, a nuestros ardores!

Después, llega la hora del sacrificio al Gran Cabrón. Traen el cordero atado por las patas y lo colocan sobre la hoguera preparada al efecto. Arde la leña, se degüella al cordero y es colocado sobre la pira. La sangre vertida es recogida en cuencos y repartida entre todos los presentes... ¡Ah, cómo vigoriza esta sangre! Volvemos a adorar al Macho Cabrío... ¡y la orgía sigue más frenética que antes! Circulan los manjares y las bebidas embriagadoras, que nos agitan hasta el fondo de nuestras almas... ¡estas almas que hemos vendido a nuestro Amo, el Señor de las tinieblas!»

sábado, 25 de marzo de 2017

Algún día...

Algún día encontrarás a la persona
que recogerá el último pedazo de tu corazón
y lo restaurará...

viernes, 24 de marzo de 2017

Personas que se han reencarnado


El Jainismo, ubicación según la vida anterior

El jainismo, cuyo libro sagrado es el Siddharta, fue una forma de resurgimiento del hinduismo, como una renovación de la doctrina que degeneraba. A pesar de su antigüedad subsiste hoy en día en algunas religiones de la India.

Los jainos afirman que de Samsara, la rueda de la vida y la muerte, nacen al mundo seres, que se ubican en los lugares y castas que les corresponden, según haya sido su vida anterior. Con estas existencias, los hombres pueden llegar a la perfección y convertirse en «Devas». Para ello deben experimentar estos tres principios: «la verdadera ciencia», «la verdadera fe» y «la verdadera conducta».

El conocimiento es, con todo, baldío, si no va acompañado del amor al prójimo, a los animales y a la naturaleza en general. Estas virtudes tienen una gran fuerza en el comportamiento jaino. Una norma inalienable para ellos consiste en no maltratar; no cazan, no torturan, ni matan a ningún ser viviente. Otra norma del jainismo, para la cual posee una disciplina completa, es la autoconciencia y el autocontrol. El antiguo «conócete a ti mismo» es para esta religión una regla vital.

jueves, 23 de marzo de 2017

El joven que desapareció en el pozo

Un caso clásico norteamericano es el de la misteriosa desaparición de Charles Ashmore, un joven de 16 años, natural de Quincy, Illinois, el cual salió de la granja una tarde de noviembre de 1878 en busca de un cubo de agua y jamás regresó.

El padre del chico, Christian Ashmore, y su hija mayor, Marta, cogieron linternas y salieron en busca de Charles. Había nevado un poco y la nieve dejaba ver con claridad las huellas del muchacho. Después de recorrer la mitad de distancia hasta el pozo, el padre se detuvo y levantó la linterna.

Allí terminaba bruscamente el rastro del joven Charles.

A partir de allí, la nieve estaba impoluta, sin huella alguna.

Las últimas señales del muchacho eran claramente visibles, incluso con las marcas de los clavos de sus botas.

El asombrado padre trazó un amplio círculo en torno a las huellas, a fin de no destruirlas. Luego, anduvo hasta el pozo, siguiéndole su hija con los ojos desorbitados por el terror. El brocal del pozo estaba cubierto por la nieve que había caído unas horas antes.

Al regresar a la casa, padre e hija observaron la aparición de la nieve a ambos lados del rastro. No había huellas que se alejasen en ninguna dirección.

La luz matutina no reveló nada más. Al parecer, el joven Charles Ashmore, de 16 años de edad, se había disuelto en la nada. O hacia otra dimensión.

Cuando la madre de Charles, según se dice, fue al pozo 4 días más tarde, regresó a la casa al borde del histerismo. Aseguró haber oído la voz de su hijo llamándola, y por eso había dado varias veces la vuelta al pozo buscando a su hija, pero la boz del joven parecía moverse con ella. Era perfectamente audible e identificable, pero no había conseguido localizarla, hasta que cayó exhausta por el cansancio y la emoción.

Durante varios meses después de la desaparición de Charles, se asegura que su voz fue oída a intervalos irregulares por los miembros de su familia y los vecinos. Todos afirmaron que era la voz del joven desaparecido. Todos aseguraron que provenía de una gran distancia, aunque nadie logró determinar con seguridad su dirección ni su localización. Al fin, los intervalos de silencio aumentaron, la voz se tornó más y más débil, y desde mediados de verano siguiente no volvió a ser oída.

¿Fue arrastrado aquel joven a otra dimensión? En tal caso, él, y su madre al buscarlo, pudieron ocupar el mismo espacio al mismo tiempo, aunque existiendo simultáneamente en dos planos de realidad distintos y separados.

Obviamente, durante algún tiempo debió de quedar una grieta o abertura, de lo contrario nadie habría percibido la voz de Charles. Tal vez una fisura fue todo lo que quedaba de la abertura primitiva, lo bastante grande como para tragarse a Charles, junto con el cubo de agua. Y por triste que sea la idea, es posible que el joven se asomase a ese resquicio, clamando en vano para que alguien acudiese a salvarle.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Un corazón que murió

Vidas eternas... que no se vivirán nunca...
Besos que tampoco se darán jamás...
Y un corazón que murió y no sentirá nunca más.

Abrahel


martes, 21 de marzo de 2017

Este hombre grabó actividad paranormal en su casa


La terrible historia de las monjas embarazadas y lo que hizo el Vaticano con sus hijos

La historia de nuestra humanidad tiene cientos de anécdotas que puede sorprender a cualquier por lo extrañas, oscuras, crudas y trágicas que pueden llegar a ser, que en su mayoría ocurren dentro de los eventos más importantes que han ocurrido a lo largo de los años y han marcado un antes y un después de nuestros tiempos.

Por eso no resulta extraño que muchas de estas tramas hayan sido tomadas para contarlas a través del séptimo arte: el cine, como la película que lleva por nombre “Las Inocentes” la cual cuenta una terrible historia real sobre el abuso que sufrieron unas monjas polacas a manos del Ejército Rojo de la extinta Unión Soviética una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.

Todo comienza en el invierno de 1945, cuando Polonia al fin pudo ser liberada de las terribles manos del ejército nazi, se supondría que todo debió ser paz después de todo el sufrimiento y los ríos de sangre que corrieron en esa asquerosa guerra, lo que nadie imaginaría es que para un grupo de monjas el infierno apenas comenzaría, obra del terrible Ejército Rojo que se encargó de abusar y asesinar de ellas.

La historia fue narrada por la doctora Medeleine Pauliac, quien tuvo un acercamiento con varias de las afectadas de este terrible suceso, pues justamente fue ella la encargada de atender la labor de parto de algunas de ellas, pero durante muchísimos años esto fue mantenido como un rumor entre voces, nadie se atrevía a hablar de ello hasta que fue estrenada la película “Las Inocentes”, dirigida por Anne Fontaine, donde el mundo al fin pudo conocer el verdadero martirio por el que tuvieron que pasar estas mujeres.


Medeleine Pauliac fue una destacada doctora, quien desde comienzos de la guerra se unió a la resistencia francesa, pero fue la única persona que se atrevió a contar esta desgarradora historia. “Había 25. 15 fueron abusadas y asesinadas por los rusos. El resto fueron abusadas desde 35 hasta 50 veces”.


Fueron las palabras que escribió en puño y letra esta doctora, pero la forma en cómo se enteró de estos acontecimientos fueron todavía más perturbadora, pues justamente cuando Polonia fue liberada, Pauliac fue enviada a Varsovia para tomar el puesto de médico en jefe de un hospital francés, que fue cuando tuvo la oportunidad de atender a una de las monjas, quien discretamente le pidió guardar un horrendo secreto.

Ya dentro de este misterioso hospital la doctora toma la decisión de adentrarse a las instalaciones del convento, cuando un golpe de sorpresa invadió todo su cuerpo, lo que vio la dejó paralizada, eran un grupo de monjas que además de estar embarazadas sufrían de graves problemas de salud, quienes no solamente sufrían por los abusos del ejército ruso a órdenes de Iósif Stalin, también tenían que soportar la idea de que no podían denunciar estas atrocidades ante la sociedad por la imagen que representan ante la religión.


Fue en ese momento donde Medeleine Pauliac toma un papel increíblemente importante en la vida de estas mujeres, pues no solamente fue la encargada de dar a luz a varios pequeños, también, debido a los terribles descuidos y poca salud de las monjas en algunas ocasiones se vio obligada a practicar abortos y brindar ayuda psicológica que ayudara a superar a estar mujeres todas las muertes que presenciaron de sus compañeras.

Hasta en tiempos recientes fue cuando esta historia salió a la luz público y puso en el ojo del huracán la labor de esos militares, sin embargo, los responsables de esto nunca pagaron por sus inhumanos crímenes, mucho menos fueron dados a conoces sus nombres. La razón de que esta historia estuviera enterrada por tanto tiempo es que el Vaticano se esforzó muchísimo para ocultarla, pero eso no es todo, existen fuertes evidencias que sugieren que la misma iglesia se encargó de exterminar a un gran porcentaje de los hijos de estas monjas por considerarlos impuros. De igual manera, muchas monjas fueron silenciadas con el homicidio.

¿Qué te parece esta historia? Por dura que parezca es una realidad que tuvieron que sufrir un grupo de mujeres por parte de invasores y guerrilleros de la Segunda Guerra Mundial.

sábado, 18 de marzo de 2017

Casa Embrujada, en esta casa es imposible mantener el orden


Cosas que se deben saber sobre los Duendes domésticos (I): Su confusión con los Fantasmas

Con el nombre genérico de duendes se denomina, en España y resto de Europa, a un grupo de seres
relativamente originales, por cuanto que tienen entre sus características principales su apego por determinados lugares en los que se instalan, siendo casi imposible expulsarlos. Estos lugares son siempre
casas u hogares humanos, habitados o deshabitados.

Respecto a su remoto origen, decir lo que usualmente se dice del resto de los elementales: que forman
parte de aquella legión de ángeles caídos que no fueron lo suficientemente buenos para salvarse ni lo
suficientemente malos para condenarse, por lo que se les permitió vivir en la Tierra, junto a los hombres, pero en una civilización paralela.

Es casi seguro que esta sub-raza de seres llamados duendes domésticos eran hace siglos habitantes de zonas agrestes, boscosas y montañosas, viviendo en el interior de cuevas y grutas hasta que, de forma paulatina, se fueron acercando a los hogares humanos, al principio como curiosidad por conocer a los del «otro lado», es decir, a nosotros, y después realizando diversas tareas domésticas (poniendo orden en la cocina, ayudando al ganado y actividades similares), con el único objetivo de divertirse, cogiendo poco a poco el gustillo por todo lo relativo al hombre y sus quehaceres. En ciertas zonas, la relación duendehombre fue tan intensa que se llegaron a convertir en una especie de parientes o familiares (aunque esta palabra tiene también otras connotaciones, como veremos), con visitas asiduas —siempre por la noche —, serviciales, traviesos, manifestando sentimientos de agrado y de enfado según su comportamiento con ellos. Su presencia en una casa, viviendo en su interior o muy cerca de ella, se hacía notar inmediatamente pues no les gustaba pasar desapercibidos. Para el reverendo Kirk, no había muchas dudas sobre su origen: eran miembros de un pueblo, que él llamaba subterráneos, y no espíritus malignos o diablos, porque si bien arrojan a los que habitan en ellas (las casas) grandes piedras, fragmentos de madera y terrones del suelo, no los golpean, como si su forma de actuar no fuera la maligna de los diablos, sino la burlona de los bufones y payasos.

Lo que singulariza a los duendes de sus otros congéneres es que aquéllos se vinculan siempre, de diversas maneras y manifestaciones, a las casas y a los seres humanos que las habitan. Equivaldrían, dentro de la antigua mitología romana, a los espíritus protectores del hogar y de los campos, es decir, a los dioses Lares. Algunos psicólogos y antropólogos opinan que este culto es una prolongación y reminiscencia de la veneración y respeto que tenían al jefe de familia ya fallecido que, desde el más allá, seguía protegiendo a los suyos. Esta explicación, respecto a los duendes ibéricos, no es nada satisfactoria, pues entre sus actitudes y labores no está precisamente la de custodiar y proteger a los propietarios de una casa, sino a veces todo lo contrario. Por esta razón, también existían en la mitología de Roma, al lado de los espíritus protectores o dioses Lares, los espíritus malhechores: los Larvae o Lemures, considerados como las almas perversas de ciertos difuntos, que erraban por los viñedos, los pozos y las estancias del hogar molestando a criadas, niños y animales, así como propinando buenos sustos y amargos sinsabores. Para las Larvas o Larvaes existía un rito ejecutado por el «pater familias», consistente en arrojarles habas negras (legumbres consideradas muy negativas tanto por griegos como por romanos), con el fin de que se entretuvieran recogiéndolas y dejaran en paz a la familia; aunque mucho más perversos eran los Lemures, de los que se suponía que eran las sombras de aquellos que habían muerto antes de su momento, bien ajusticiados o bien asesinados. El padre Feijoo, al hablar de los duendes en su Cartas eruditas, escribía categóricamente: «No son ángeles buenos ni ángeles malos, ni almas separadas de los cuerpos, sino unos espíritus familiares, semejantes a los lemures de los gentiles».


Desde siempre, a los duendes se les ha considerado seres intermedios entre los espíritus más elevados (los ángeles y similares) y el hombre. Los ocultistas medievales, procedentes en su mayoría de la Cábala, dividían a los seres invisibles en:
  • Los ángeles y toda su jerarquía celeste (incluidos los «dioses» de los pueblos antiguos).
  • Los diablos y toda su corte demoníaca (así como a los llamados «Ángeles Caídos», situados en una categoría distinta a estos
  • demonios).
  • Las almas de los muertos o fantasmas.
  • Los Espíritus Elementales de la Naturaleza.
Dándose la curiosidad de que a los duendes, según diversos autores y según zonas geográficas, se les ha encuadrado en las cuatro categorías, aunque preferentemente como demonios de poca monta y, sobre todo, como elementales o espíritus de la naturaleza, vinculados especialmente al elemento tierra, tanto de la superficie como de su interior.

Algunos investigadores, profundizando más en las íntimas conexiones de todos estos seres y apoyándose en las antiguas enseñanzas, dicen que al ser humano, desde casi el mismo momento que tiene un alma individualizada, le siguen tres entidades:
  1. Su ángel de la guarda o custodio, a modo de Pepito Grillo o la voz de la conciencia, que le acompaña durante toda su vida.
  2. Su diablillo particular, encargado del lado oscuro de su mente, que asimismo le acompaña toda su vida.
  3. Su espíritu elemental, o genio individual (generalmente un duende o un hada), que le acompaña hasta la edad aproximada de siete años y que le sugiere, a modo de voz interior, aquello que debe evitar por ser peligroso para su vida. A partir de esa edad, este papel lo cumple a la perfección su particular ángel de la guarda, ya que es el momento en el que se encarnan sus principios superiores.
Esta trinidad juega un papel equilibrante, al estar conectado cada ser a un eje de la existencia humana, que, desde el enfoque cristiano, serían: los cielos, los infiernos y la tierra.

No hay que olvidar que siempre han tenido la consideración de ser los dueños o señores de las casas (aunque molestos), y etimológicamente así se han considerado en el País Vasco. El vocablo duende parece derivar de la voz duendo, y ésta a su vez del céltico deñeet (domesticado, familiar), existiendo dos acepciones distintas del mismo:
  • La de duende, propiamente dicho, ser fantástico de pequeña estatura.
  • La de fantasma, espíritu o aparecido que se materializa en determinadas circunstancias y que viene a ser una especie de doble energético de una persona fallecida.
Y, como veremos, el mundo de los muertos es muy difícil de desligar del mundo de los duendes o de los elementales, entre otras cosas porque los dos proceden del llamado mundo astral, dimensión ésta poco conocida con la que estamos, sin embargo, íntimamente interrelacionados al decir de algunos esoteristas, pues un componente esencial de nuestro organismo, el cuerpo astral, también participa de esta dimensión, por otros llamada «cuarta dimensión», pero teniendo claro que no se trata de un lugar lejano, sino de «este» lugar y cuyo proceso es inmanente a nosotros.

Tan imbricados están los duendes con las almas en pena, que en aquellas zonas donde no existe una clara creencia popular en duendes, follets o trasgos, se atribuye a las almas de los antepasados familiares ya muertos los ruidos nocturnos del hogar y los fenómenos anómalos que se produzcan (como ocurre, por ejemplo, en la comarca del Pallars o en algunos pueblos de Vizcaya). Para el gran folclorista asturiano
Constantino Cabal, no hay ninguna duda de que los duendes eran muertos: «Consta, porque son muertos
todavía en numerosos lugares y así, en los pueblos del Norte, los juzgan almas en pena que vivieron sin rienda en este mundo y están ahora condenadas a peregrinar por él», y muertos son también para Caballos
enanos, los gnomos, las hadas, los diaños… apreciación ésta con la que no podemos estar totalmente de
acuerdo.

Hemos utilizado la terminología genérica de duendes domésticos para referimos a grupos tan diferenciados como los trasgos, los füllets, o al resto de duendes, con sus respectivos y numerosos nombres locales de los que hemos podido tener constancia al realizar nuestra investigación — aproximadamente unos setenta—, poniendo sobre aviso al lector respecto a tres importantes cuestiones:
  1. Todos los duendes domésticos que vamos a mencionar proceden originariamente del grupo llamado «elementales de los bosques» que, en un momento dado, decidieron voluntariamente separarse de sus congéneres más allegados (como los «Diablos burlones») y acercarse a los hogares humanos, movidos en gran parte por su curiosidad y por los adelantos tecnológicos que apreciaban en los hombres. Al estar dotados de inteligencia y sensibilidad, pueden llegar a coger odio a una familia o, por el contrario, desarrollar una cierta simpatía o afecto hacia la misma, hasta el punto que la pueden seguir de un lugar a otro. Este carácter ambivalente del duende es una constante en todas las historias en las que intervienen: son leales con la casa que escogen e incluso aman (en el sentido que ellos lo entiendan) a sus miembros, pagando sus atenciones y sus ofrendas con todos los beneficios que un duende puede dispensar, que son muchos si quiere. En cambio, si lo maltratan verbal o físicamente se puede convertir en el ser más vengativo que uno pueda imaginarse y procurará hacer la vida imposible a la familia. Encontraremos varios ejemplos de este proceder, muy característico de todos los «elementales», siendo el más extremo el del Gorri Txiqui vasco.
  2. Este desmedido afecto por algunas familias, que les obliga a seguirlas, es lo que ha provocado la extensión y difusión de los duendes por zonas de España poco recomendables y propicias para ellos a priori, al estar exentas de las características de sus hábitats de origen, o sea, de vegetación y frondosidad, pero lo cierto es que evolucionaron y se acomodaron con mucha rapidez a los cambios sufridos y hoy podemos hablar de duendes, en sus más diversas, categorías, repartidos por toda la geografía española (así como por la del resto de Europa e Hispanoamérica) con la utilización de este singular método.
  3. La distribución geográfica de las apariciones de duendes en España es bastante curiosa, pues, por lo general, van disminuyendo en dirección Norte a Sur, así como de Este a Oeste. En las zonas megalíticas costeras y en los litorales son, generalmente, mucho más abundantes, siendo más pobres, en cuanto a sus leyendas, en las dos mesetas centrales, en Aragón y La Rioja. Esta singularidad geográfica es muy similar respecto al resto de seres sobrenaturales, especialmente de las hadas.

martes, 14 de marzo de 2017

Cuento original y sin censura de Pulgarcito

Un pobre labrador estaba sentado una noche en el rincón del hogar; mientras su mujer hilaba a su lado, él la decía:

-¡Cuánto siento no tener hijos! ¡Qué silencio hay en nuestra casa mientras en las demás todo es alegría y ruido!

- -respondió su mujer suspirando-, yo quedaría contenta, aunque no tuviésemos más que uno solo tan grande como el dedo pulgar y le querríamos con todo nuestro corazón.

En este intermedio se hizo embarazada la mujer y al cabo de siete meses dio a luz un niño bien formado con todos sus miembros, pero que no era mas alto que el dedo pulgar. Entonces dijo:

-Es tal como le hemos deseado, mas no por eso le queremos menos. 


Y sus padres le llamaron Tom Pouce, a causa de su tamaño. Le criaron lo mejor que pudieron, mas no creció, y quedó como había sido desde su nacimiento. Parecía sin embargo, que tenía talento: sus ojos eran inteligentes y manifestó bien pronto en su pequeña persona astucia y actividad para llevar a cabo lo que se le ocurría.

Preparábase un día el labrador para ir a cortar madera a un bosque, y se decía: Cuánto me alegraría tener alguien que llevase el carro.

-Padre -exclamó Tom Pouce-, yo quiero guiarle, yo; no tengáis cuidado, llegará a buen tiempo.
El hombre se echó a reír.

-Tú no puedes hacer eso -le dijo-, eres demasiado pequeño para llevar el caballo de la brida.

-¿Qué importa eso, padre? Si mamá quiere enganchar, me meteré en la oreja del caballo, y le dirigiré donde queráis que vaya.

-Está bien -dijo el padre-, veamos.

La madre enganchó el caballo y puso a Tom Pouce en la oreja, y el hombrecillo le guiaba por el camino que había que tomar, tan bien que el caballo marchó como si le condujese un buen carretero, y el carro fue al bosque por buen camino.

Mientras daban la vuelta a un recodo del camino, el hombrecillo gritaba:

-¡Soo, arre! Pasaban dos forasteros.

-Dios mío -exclamó uno de ellos-, ¿qué es eso? He ahí un carro que va andando: se oye la voz del carretero y no se ve a nadie.

-Es una cosa bastante extraña -dijo el otro-, vamos a seguir a ese carro y a ver donde se detiene.

El carro continuó su camino y se detuvo en el bosque, precisamente en el lugar donde había madera cortada. Cuando Tom Pouce distinguió a su padre, le gritó:

-¿Ves padre, qué bien he traído el carro? ahora bájame.

El padre cogió con una mano la brida, sacó con la otra a su hijo de la oreja del caballo y le puso en el suelo, el pequeñuelo se sentó alegremente en una paja.

Al ver a Tom Ponce, se admiraron los dos forasteros, no sabiendo qué pensar.

Uno de ellos llamó aparte al otro y le dijo:

-Ese diablillo podría hacer nuestra fortuna si le enseñásemos por dinero en alguna ciudad; hay que comprarle. Se acercaron al labrador y le dijeron:

-Vendednos ese enanillo, le cuidaremos bien.

-No -respondió el padre-, es hijo mío, y no le vendo por todo el oro del mundo.

Pero al oír la conversación, Tom Pouce había trepado por los pliegues del vestido de su padre subiendo hasta sus espaldas, desde donde le dijo al oído:

-Padre vendedme a esos hombres, volveré pronto.

Su padre se le dio a los hombres por una hermosa moneda de oro.

-¿Dónde quieres ponerte? -le dijeron.

-¡Ah! ponedme en el ala de vuestro sombrero; podré pasearme y ver el campo, y tendré cuidado de no caerme. Hicieron lo que él quería, y en cuanto Tom Pouce se despidió de su padre, se marcharon con él, caminando hasta la noche. Entonces los gritó el hombrecillo:

-Esperadme, necesito bajar.

-Quédate en el sombrero -dijo el hombre-; poco me importa lo que tengas que hacer, los pájaros hacen mucho más algunas veces.

-No, no -dijo Tom Ponce-, bajadme en seguida.

El hombre lo cogió y le puso en el suelo, en una tierra junto al camino; corrió un instante entre los surcos, y después se metió en un agujero que había buscado expresamente.

-Buenas noches, caballeros, ya estáis demás aquí -les gritó riendo.

Quisieron cogerle metiendo palos en el agujero, mas fue trabajo perdido. Tom se escondía más adentro cada vez, y empezando a oscurecer de repente, se vieron obligados a entrar en su casa incomodados y con las manos vacías.

Cuando estuvieron lejos, salió Tom Pouce de su cueva. Temía aventurarse por la noche en medio del campo, pues una pierna se rompe enseguida. Por fortuna encontró un caracol vacío:

-A Dios gracias -dijo-, pasaré la noche en seguridad aquí dentro. Y se estableció allí.

Cuando iba a dormirse oyó dos hombres que pasaban, y el uno decía al otro:

-¿Cómo nos arreglaríamos para robar el oro y la plata a ese cura tan rico?

-Yo os lo diré -les gritó Tom Pouce.

-¿Qué hay? -exclamó uno de los ladrones asustados-; ¿he oído hablar a alguien?

Continuaban escuchando, cuando Tom Pouce les gritó de nuevo:

-Llevadme con vosotros y os ayudaré.

-¿Dónde estás?

-Buscadme por el suelo, por donde sale la voz. Los ladrones concluyeron por encontrarle:

-Pequeño extracto de hombre -le dijeron-, ¿cómo quieres sernos útil?

-Mirad -les dijo-, me deslizaré por entre los hierros de la ventana en el cuarto del cura, y os pasaré todo lo que me pidáis.

-Pues vamos a probarlo -le dijeron.

En cuanto llegaron al presbiterio, Tom Pouce se deslizó en el cuarto; después se puso a gritar con todas sus fuerzas:

-¿Queréis todo lo que hay aquí?

Los ladrones asustados le dijeron:

-Habla bajo, vas a despertar a la gente.

Pero él, haciendo como si no los hubiera oído, gritó de nuevo:

-¿Qué es lo que queréis? ¿Queréis todo lo que hay aquí?

La criada que dormía en el cuarto de al lado, oyó este ruido, se levantó y escuchó. Los ladrones habían batido retirada; en fin, tomaron ánimo, y creyendo únicamente que el picarillo quería divertirse a sus expensas volvieron atrás y le dijeron por lo bajo

-Déjate de bromas, pásanos algo.

Entonces Tom se puso a gritar con todas sus fuerzas:

-Voy a dároslo todo: abrid las manos.

La criada oyó bien claro esta vez, saltó de la cama y corrió a la puerta. Los ladrones, viendo esto, echaron a correr como si el diablo se les hubiera aparecido; no oyendo nada más la criada, fue a encender una luz. Cuando volvió, Tom Pouce se fue a ocultar en la pajera sin que le viese. La criada, después de haber registrado todos los rincones sin descubrir nada, fue a acostarse, y creyó que había soñado.

Tom Pouce había subido al heno, donde se arregló una camita; pensaba descansar allí hasta el día, y volver en seguida a casa de sus padres. ¡Pero debía sufrir tantas pruebas todavía! ¡Hay tanto malo en el mundo! La criada se levantó a la aurora para dar de comer al ganado. Su primera visita fue a la pajera, cogió un brazado de heno con el pobre Tom Pouce dormido dentro. Dormía tan profundamente, que no se apercibió de nada, y no despertó hasta que estaba en la boca de una vaca que le había cogido con un puñado de heno. Creyó en un principio que había caído dentro de un molino, pero comprendió bien pronto donde se hallaba en realidad. Evitando dejarse mascar entre los dientes, concluyó por deslizarse por la garganta a la panza. La habitación le parecía estrecha, sin ventana, y no veía ni sol ni luz. La morada le desagradaba mucho, y lo que complicaba más su situación, es que bajaba siempre nuevo heno, y el espacio se le hacía más estrecho cada vez.

Lleno de terror, gritó al fin lo más alto que pudo:

-¡Basta de heno! ¡Basta de heno! no quiero más.

La criada estaba precisamente en aquel momento ocupada en ordeñar la vaca; aquella voz que oyó sin ver a nadie, y que reconoció por la que la había despertado ya la noche anterior, la asustó de tal modo, que se cayó al suelo vertiendo la leche.

Fue corriendo a buscar a su amo y le dijo:

-¡Oh! ¡Dios mio! ¡Señor cura, que habla la vaca!

-Tú estás loca -respondió el sacerdote-, y sin embargo, fue él mismo al establo para asegurarse de lo que pasaba.

Pero apenas había entrado, gritó de nuevo Tom Pouce:

-¡Basta de heno! ¡no quiero más!

El cura se asustó a su vez, y creyendo que la vaca tenía el diablo en el cuerpo, dijo que era preciso matarla. La mataron, y la panza en que se hallaba prisionero el pobre Tom, fue arrojada al estiércol.
El pobrecillo trabajó mucho para desenredarse, y empezaba a sacar la cabeza fuera, citando le sucedió una nueva desgracia. Un lobo hambriento se arrojó sobre la panza, y se la tragó de una vez. Tom Pouce no perdió ánimo.

-Quizá -pensó para sí-, será tratable este lobo.

Y desde su vientre donde estaba encerrado, le gritó:

-Querido amigo, quiero enseñarte dónde puedes hallar una buena comida.

-¿Dónde? -le dijo el lobo.

-En tal y tal casa; no tienes mas que deslizarte por el albañal a la cocina y encontrarás tortas, tocino, salchichas, a boca qué quieres.

Y le designó la casa de su padre con la mayor exactitud.

El lobo no se lo hizo decir dos veces: se introdujo en la cocina y dio un buen avance a las provisiones. Pero cuando estuvo harto y tuvo que salir, se hallaba tan hinchado con el alimento, que no pudo conseguir pasar por el albañal. Tom, que había contado con esto, comenzó a hacer un ruido terrible en el cuerpo del lobo saltando y brincando con todas sus fuerzas

-¿Quieres estarte quieto? -le dijo el lobo-, vas a despertar a todos.

-¿Y qué? -le respondió el hombrecillo-. ¿No te has regalado tú? también yo quiero divertirme.

Y se puso a gritar todo lo que pudo.

Concluyó por despertar a sus padres, que corrieron y miraron en la cocina, a través de la cerradura. Cuando vieron que había un lobo, se armaron el hombre con una hacha y la mujer con una hoz.

-Ponte detrás -dijo el hombre a su mujer, cuando entraron en el cuarto-, voy a darle con mi hacha, si no le mato del golpe, le cortas tú el vientre.

Tom Pouce, que oyó la voz de su padre, se puso a gritar:

-Soy yo, querido padre, quien está en el vientre del lobo.

-Gracias a Dios -dijo el padre lleno de alegría-, que hemos encontrado a nuestro hijo.

Y mandó a su mujer que dejara la hoz de lado para no herir a su hijo. Después levantó su hacha, y tendió muerto al lobo de un golpe en la cabeza, y en seguida le abrió el vientre con su cuchillo y tijeras, y sacó al pequeño Tom.

-¡Ah! -le dijo-, ¡qué inquietos hemos estado por tu suerte!

-Sí, padre, he corrido mucho, pero por fortuna, heme aquí, vuelto a la luz.

-¿Dónde has estado?

-¡Ah, padre! he estado en un hormiguero, en la panza de una vaca y en el vientre de un lobo. Ahora me quedo con vosotros.

-Y no volveremos a venderte por todo el oro del mundo
-dijeron sus padres abrazándole y estrechándole contra su corazón.

Le dieron de comer y le compraron vestidos, porque los suyos se habían estropeado durante el viaje.

lunes, 13 de marzo de 2017

Leyenda de la Siguanaba

Siguanaba: Del nahuat, Siguan: barranco, abismo, Waná: Hermana y B’a: Espectro. Es conocida también como: Sihuanaba, Siguamonta, Siguampera, Cegua, Sigua o la Chuca, en diferentes regiones de Centroamérica.

Originalmente llamada Sihuehuet (mujer hermosa), quedó embarazada de un hijo del dios Tláloc, pero resultó mala madre y además infiel. Tláloc la maldijo al descubrirla, llamándola Sihuanaba (mujer horrible). Ella sería hermosa a primera vista, pero cuando los hombres se le acercaran, se convertiría en un ser horrible. Condenada a vagar por el campo, apareciéndose a los hombres cerca del agua. Siempre buscando a su hijo el Cipitío.

Otra versión cuenta que Sihuahet era una hermosa mujer. La cual un cacique eligió para ser su esposa. Ella lo rechazó por otro hombre. En castigo el cacique ahogó en el río a su enamorado, y a ella la encerró en una cueva. Mediante el hechizo de un Shaman se convirtió en un ser despreciable. Desde ese entonces ella se pasea angustiosa por la orilla de los ríos, intentando volver a ver al joven que tanto amó.


Se presenta ante los hombres infieles como una bella joven de hermoso cuerpo con su rostro cubierto por el cabello, los atrae cerca del agua y barrancos con sensuales movimientos, y cuando los tiene a su alcance: enseña su cara putrefacta de muerta, a veces es como la calavera de un caballo, sus ojos se salen de sus cuencas y se tornan rojos como si sangraran. Se convierte en una visión horripilante, con los pechos hasta las rodillas, de largas uñas, cabello largo y descuidado. Su antes tersa y delicada piel se torna arrugada y verduzca, y suelta una estridente risa que paraliza de terror al que la escucha. Llevándolos hasta la locura o haciéndolos caer por el barranco. Puede librarse de su ataque encomendándose a Dios o jalando el pelo a la Siguanaba. Así ella se asusta y se tira al barranco.

Se puede saber cuándo anda cerca, porque sus pechos golpean las piedras de los ríos produciendo un ruido como de aplausos. Y cerca de los cuerpos de agua se pueden ver sus ojos rojos, vigilando desde las sombras.

sábado, 11 de marzo de 2017

La Reina en su trono espera

Este escrito me lo mandó un seguidor del blog.
Muchas gracias mi Guerrero por estas palabras, me encanta 😘😘

En lo más profundo del infierno permanece quieta.
La Reina en su trono espera.
Solitaria y malhumorada una cruenta batalla aguarda.
No obstante está preparada.
El temor de su interior no se agita por ella.
Sus súbditos son su debilidad.
Su corazón, siempre humilde y cercano, palpita de emoción con los miembros bajo su mando.
Guerrera implacable. Tu corazón es puro como el de un Ángel.
Dedicado a Abrahel. Con todo mi cariño Daniel.

Daniel

viernes, 10 de marzo de 2017

Pegaso

Viviendo en un sueño salido del mar
donde una leyenda nos cuenta
que un caballo alado surgió
y su magia fue eterna.

Veloz como el viento sus alas abrió
un manto de nubes su vuelo envolvió
y en la noche brilló
como brilla una estrella.

Y busca su destino
mas allá de la realidad
donde reinan los héroes
y no existe el mal.

Corazón de leyenda
hijos del Dios del Mar
y una triste mortal
que con su sangre al morir
se convirtió en realidad.

Y ahora vive sumido en un sueño
del que nunca podrá despertar
un mortal quiere hacerse su dueño
darle caza y poderle domar-

Tierra Santa

 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Un día voy a escribir todo lo que siento

Un día voy a escribir todo lo que siento.
Y vas a leerlo y a preguntarte si se trata de ti.
Y probablemente sí.
Y posiblemente ya no.

martes, 7 de marzo de 2017

lunes, 6 de marzo de 2017

Leyenda de Los niños fantasmas de las vías de San Antonio


 
La ciudad de San Antonio, Texas, en Estados Unidos, ha ganado fama extra por ser el escenario de un fenómeno paranormal, que a través de los años se ha convertido en una espectacular leyenda, la cual atrae a una gran cantidad de curiosos.

Se cuenta que todo comenzó a inicios de los años 40, cuando un autobús escolar se quedó atorado en las vías del tren; el chofer desalojó la unidad y pidió la ayuda de los menores, para empujar el vehículo y sacarlo de las vías; sin embargo, el tren les ganó el paso y todos murieron en el lugar del accidente.

Las vías están ubicadas al sur de la ciudad, actualmente no se usan más, pero las personas acuden ahí, para comprobar por si mismos que un grupo de niños fantasmas empujan los coches para sacarlos de las vías, evitando así que sufran el mismo accidente que a ellos les robó la vida.

Los coches tienen que ponerse en velocidad neutral, y esperar… después, los niños empujan el vehículo varios metros.

En las noches de mucho frio se pueden ver las marcas de sus manitas en los vidrios empañados, aunque algunos han comprobado que también funciona el colocar talco en la defensa del coche.

Aquellos que han corrido con mayor suerte al viajar hasta allá para experimentar este fenómeno paranormal, han escuchado voces o visto una presencia fantasmal al lado de las vías.



viernes, 3 de marzo de 2017

5 casos de Hadas que te darán que pensar

¿Te has preguntado alguna vez si existen las hadas? Estos seres considerados espirituales son muy difíciles de ver pero aseguran quienes creen siempre están a nuestro alrededor, especialmente en la naturaleza. He reunido los casos más llamativos.


Descubren extraños esqueletos en un sótano de una casa londinense


En 2006, cuando se iba a demoler un antiguo orfanado en Londres, se descubrió un sótano clausurado con cientos de cajones que contenían una colección de miles de artefactos propios de un museo del horror.

Especímenes extraños y diarios misteriosos pertenecientes a Thomas Theodore Merrylin, un sujeto que dedicó gran parte de su vida a la colección y estudio de especímenes raros, un criptonaturalista, zoólogo alternativo y xenoarqueólogo que nacido en Inglaterra en 1782.

Ahora, tanto artefactos como esqueletos son conocidos como la Colección Cryptid Merrylin.

Merrylin dedicó su vida a esta colección y al estudio de estos raros especímenes, que nadie puede determinar si son verdaderos o no. Entre ellos esta particular "hada" ¿existen realmente las hadas?


Las Hadas de Cottingley


En julio de 1917 Elsie Wright y Francés Griffiths, dos jóvenes primas que vivían en Cottingley, cerca de Bradford (Inglaterra) se tomaron una serie de cinco fotografías al lado de unas presuntas hadas. El asunto se hizo público por primera vez en el verano de 1919, durante una reunión de la Sociedad Teosófica de Bradford.

Un prominente espiritualista Sir Arthur Conan Doyle, había recibido un encargado del The Strand Magazine para escribir un artículo sobre hadas que se publicaría a finales de noviembre de 1920. Lo estaba preparando cuando oyó hablar de las fotografías de las hadas.

Las fotografías de las hadas de Cottingley provocaron acalorados debates. Para Sir Arthur Conan Doyle fueron la prueba tan esperada de la existencia de espíritus, pero para mucha gente eran sólo unas audaces falsificaciones.

De hecho, en 1981 Elsie Wright y Francés Griffiths admitieron haber falsificado todas las fotografías excepto una, pero insistieron en que realmente habían visto las hadas.

Desde el caso de las hadas de Cottingley muchos han sido lo que han tratado de emular a estas dos niñas o han asegurado, realmente, haber visto hadas.


El hada madrina mexicana


Un caso reciente tuvo lugar en 2011, en la colonia San José Río Verde, en Guadalajara, Jalisco (México) donde casi tres mil personas hicieron cola frente a la casa donde se había capturado un “hada madrina”.

El hombre cobraba entre uno y tres pesos mexicanos por ver lo que ya era el cadáver del hada. El obrero que la capturó, un tal Maldonado aseguró que la mató sin querer al intentar atraparla.

Sin embargo, el "mágico" hallazgo llegó abruptamente a su fin después de que un usuario de Twitter revelara que el hada no era más que una figurita de plástico, un souvenir de Disney.


¿Hadas extraterrestres?


Un año más tarde, en 2012, y también en México, un joven halló en una zona boscosa del municipio de Tultitlán, dos cuerpos de criaturas desconocidas que parecen hadas.

Su descubridor, que padecía un problema auditivo, aseguró sentir una interferencia en su audífono antes de escuchar ruidos de niños. Fue entonces cuando pudo ver lo que inicialmente confundió con un insecto… pero no era tal.

Como se muestra en la imagen, las alas superiores de la presunta hada parecen replegarse como las de un murciélago mientras que las alas posteriores tienen cierto parecido a las de los escarabajos. A esta extraordinaria fisiología corporal hay que añadir que los misteriosos seres tienen dientes afilados y orejas alargadas, una imagen muy alejada de la angélica Campanilla de Peter Pan.

Carreon Enrique Ortiz, un biólogo de un laboratorio de salud, descubrió fragmentos microscópicos de estructuras celulares que lo incitaron a promover la idea de que se trataba de una nueva especie de insecto o de una mutación genética.

Otros se inclinan por calificar al misterioso ser como una mutación alienígena.


Un hada en el Reino Unido


Lisa Wildgoose, una fotógrafa de 42 años que trabaja en Northampton, Inglaterra, se encontraba en el bosque Bluebell, cerca de Towcester, cuando captó esta increíble imagen,


No fue consciente de lo que había obtenido hasta llegar a casa y empezar a revisar las fotografías de diferentes flores que había realizado. En una de ellas observó una misteriosa figura. Madre de dos hijas decidió subir la imagen a su cuenta de Facebook con el siguiente mensaje:

“¿Qué demonios podía ser la misteriosa figura voladora?”, reflexionó Lisa. “Yo estaba muy sorprendida y asustada al principio. Pensé que probablemente era una mosca o un insecto exótico, pero cuando lo vieron mis hijas, no tuve ninguna duda. Se trata de un hada real”

Cualquier duda quedó resuelta cuando sus dos hijas de cinco años, Mia y Madison, confirmaron lo que estaba pensando su madre y con entusiasmo gritaron: “Eso no es un mosca, eso es un hada”. Como se puede apreciar, la fotografía muestra claramente una pequeña figura alada volando alegremente cerca de una “campanilla azúl de las rocas (Convolvulus)” con el pelo rubio y zapatillas brillantes.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Clasificación de los Gnomos

A los gnomos se les suele clasificar como espíritus de la tierra. Todas las investigaciones llevadas a cabo por los expertos demuestran que si bien existen realmente todos los tipos tradicionales de la Gente Menuda en la Naturaleza, hay muchas divergencias de un tipo a otro. Por eso, debido a estas diferencias, que a veces son muy grandes, a cada tipo se le ha asignado un nombre distinto: hada, elfo, gnomo, enano, duende, etc.

Y esas diferencias se dan también entre los gnomos, puesto que los hay de diversas clases, como gnomos de los árboles, gnomos de las rocas, gnomos danzarines, etc.

Los gnomos de los árboles, por ejemplo, si bien en sus rasgos generales son parecidos a los demás gnomos, poseen unas alas que les permiten subir hasta las copas de los árboles más altos, entre cuyas ramas construyen sus confortables chozas.

Por lo demás, son semejantes al resto de los gnomos en sus rasgos generales, es decir, un aspecto más bien grotesco, cuerpo más bien delgado, una mandíbula prominente, siendo amantes de la soledad, aunque no siempre.

El gnomo da la impresión de ser muy anciano, como nacido en un tiempo muy remoto, y ello se debe a su espalda encorvada y a las arrugas que surcan su rostro en un número tan crecido como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Los ojos del gnomo son pequeños y muy negros. Algunos opinan que los gnomos son una reliquia de la antigua Atlántida, cuya brusca desaparición les obligó a diseminarse por toda la tierra en busca de un nuevo cobijo.

En conjunto, el gnomo de la tierra no es un tipo de aspecto demasiado agradable, ni siquiera comparado con otros elementos de la Gente Menuda.

Si un gnomo vive en el interior del tronco de un árbol, cuando está dentro del mismo altera su aspecto, y sólo lo recupera cuando sale y empieza a volar por encima de prados y bosques, dichoso de la poderosa libertad que le conceden sus alas.

Hay gnomos que adoptan las características del árbol en que habitan, es decir, que si un gnomo vive en una encina, sus piernas serán nudosas y retorcidas como las raíces del árbol, y si habita en un álamo, su cuerpo se erguirá enhiesto como el tronco de dicho árbol.

Por otra parte, teniendo en cuenta que los seres humanos ignoramos en qué árbol puede vivir un gnomo, y sabiendo que les irrita mucho que se malogre o destruya lo que consideran propiedad propia, es aconsejable, antes de cortar una rama o arrancar una simple hoja de un árbol o arbusto, y en general de cualquier clase de planta, pedirle permiso al gnomo inquilino de tal vegetal, bien en voz alta, bien mentalmente, puesto que toda la Gente Menuda posee el don de la telepatía, tanto al comunicarse entre ellos como cuando tienen tratos con los mortales.

Pedir este permiso es muy conveniente, ya que las consecuencias de mutilar un árbol pueden ser muy graves, según el humor del gnomo que lo habite.

Lo mismo sucede con los gnomos de las rocas, a los que bueno será pedir permiso antes de partir una piedra o una roca. Tampoco debe interrumpirse las danzas de los gnomos danzarines, que suelen dedicarse a tan sana ocupación por las noches, especialmente de luna llena. Interrumpir una de sus danzas puede significar la muerte para quien tal se atreva a hacer.