miércoles, 31 de mayo de 2017

El más allá de los hebreos

Como base de las religiones occidentales, los hebreos han influido durante varios siglos sobre la idea que se tiene en Occidente del más allá. Para los hebreos la cosa estaba clara, el más allá estaba compuesto por la salvación divina o por la destrucción total. Ni siquiera existía el consuelo del infierno si se caía en desgracia ante Jehová. Básicamente, el más allá de los hebreos era el cielo o la nada, la salvación o la condenación eterna.

La idea del infierno, con sus demonios y castigos humeantes, pertenece más al catolicismo que al judaísmo. No quiero decir con esto que los israelitas no creyeran en los demonios. Todas las culturas han alimentado la idea de los seres inferiores, incluso los primeros dioses eran considerados como seres mitad divinos y mitad demoníacos, con reinos en los cielos y las profundidades, en los mares y las montañas. Pero para los hebreos el enemigo de Jehová no tenía mayor relevancia en el más allá, y su única elección religiosa estaba al lado de su dios, ya que cualquier otra elección representaba la destrucción eterna. La salvación total o el castigo más tremendo, sin más alternativa.

Por supuesto, los primitivos israelitas, el pueblo llano, alimentaba toda clase de fantasías con respecto al más allá, y no era raro que cambiaran de religión de vez en cuando, para buscar una mejor oportunidad en el otro mundo bajo la tutela de otros dioses.

Hasta el Nuevo Testamento no se encuentran referencias claras al infierno, a Satanás y a la vida de tormentos que podían esperar los que no siguieran las enseñanzas de Moisés, aunque es muy posible que popularmente ya se pensara en la alternativa del infierno pecaminoso, cuando no se podía acceder al reino de los cielos donde la única diversión era contemplar a Jehová al llegar el fin de los tiempos.

En el Antiguo Testamento también podemos encontrar la idea de que el más allá de los hebreos era un eterno limbo en donde las almas esperaban a ser juzgadas, es decir, que no había cielo, infierno ni condenación eterna inmediatamente después de la muerte, sino que los hombres tenían que esperar toda una eternidad a que llegara el Juicio Final, donde se decidiría finalmente su destino espiritual. Esta sala de espera sempiterna, se convirtió en el purgatorio de los católicos.


Al margen de las Escrituras Sagradas, o leyendo entre líneas sus textos, los cabalistas interpretaron otras situaciones del más allá menos planas y directas. Incluso otras interpretaciones cabalísticas más tardías hablan de teorías tan atrevidas para los israelitas como pueden ser la reencarnación, la magia y el contacto directo con ángeles y demonios. Por ejemplo, probablemente influidos por Aristóteles y Platón, los cabalistas hablan de 4 mundos con 10 esferas de evolución cada una, por los que el alma debe circular hasta llegar al dios mayor.

No hay documentos que verifiquen que los sacerdotes y los magos de la antigüedad israelita interpretaran la Cábala de esta manera, y es muy posible que este tipo de ideas hayan nacido en el siglo XV de nuestra época y no en el año 2.000 a.C., pero vale la pena conocer esta interpretación del más allá:
  • Assiah era el mundo material, es decir, el mundo en el que vivimos los humanos. Por debajo de este mundo se encuentran cuatro submundos demoníacos, y por encima de él se hallan tres mundos superiores. El buen comportamiento conducía a los mundos superiores, y el mal comportamiento, por supuesto, conducía a los submundos demoníacos.
En Assiah se tenía que recorrer, vida tras vida y muerte tras muerte, 10 esferas de evolución para poder pasar al mundo superior siguiente:
    • Malkuth, la esfera más baja y más cercana al próxima submundo.
    • Yesod, la esfera sensible que despierta el alma a los conocimientos.
    • Hod, la esfera activa e infantil del descubrimiento y la aplicación.
    • Netzach, la esfera sensual y artística del servicio.
    • Tiphareth, la esfera sexual de la bellza y la reproducción.
    • Geburah, la esfera activa de la lucha y la guerra.
    • Chesed, la esfera expansiva de la religión.
    • Binah, la esfera de la frugalidad y la disciplina.
    • Chokmah, la esfera de la personalidad y el destino.
    • Kether, la esfera de la llamada y el despertar.
Una vez superadas estas esferas, tanto en vida como en muerte, se pasaba al siguiente mundo superior:
  • Yetzirah, el mundo de la formación, o el mundo de las ideas que tienen una aplicación física en Assiah, el mundo anterior. Desde este mundo de los espíritus se encargan de inspirar a los humanos toda serie de obras prácticas que ayudarán a los vivos en su desarrollo y evolución técnica y científica. También le podríamos llamar mundo intelectual, o mundo mental, con el que los humanos de este lado entramos en contacto constantemente.
En Yetzirah también se vive y se muere, aunque no se forma física, sino de forma mental, y entre cada muerte y vida que experimenta el espíritu en este mundo intelectual, debe pasar por las 10 esferas consabidas si quiere tener acceso al siguiente mundo superior:
    • Malkuth, la esfera de la habilidad manual.
    • Yesod, la esfera de la habilidad constructiva.
    • Hod, la esfera de la habilidad docente.
    • Netzach, la esfera de la habilidad artesana.
    • Tiphareth, la esfera de la habilidad médica.
    • Geburah, la esfera de la habilidad reformadora y revolucionaria.
    • Chesed, la esfera de la habilidad directiva.
    • Binah, la esfera de la habilidad artística.
    • Chokmah, la esfera de la habilidad filosófica y religiosa.
    • Kether, la esfera de la habilidad científica y creativa.
Una vez superadas estas esferas muere definitivamente el cuerpo mental y se llega al siguiente mundo:
  • Briah, mundo creativo, mundo anímico o mundo angelical. En este mundo el espíritu tiene un cuerpo espiritual que se encarga de inspirar, tanto a los cuerpos mentales que habitan en Yetzirah, como a los seres humanos que habitan en Assiah, o mundo físico.
Con los seres del mundo intelectual nos comunicamos sin problemas, porque los vemos como ideas propias, pero con los seres del mundo angelical nos cuesta más trabajo porque no siempre sabemos interpretarlos, o porque generalmente se nos presentan como imaginaciones, sensaciones o sentimientos religiosos que no siempre comprendemos y que rara vez tienen, para nosotros, un sentido racional. Es más, incluso para los seres del mundo intelectual los habitantes del mundo angelical son una especie de seres divinos.
A Briah también se le ha denominado mundo psíquico o mundo anímico, por la carga mágica y emocional que ostenta, y se le relaciona habitualmente con las ciencias paralelas y el mundo oculto. Los seres que lo habitan intentan ayudarnos siempre, pero no lo consiguen todas las veces y, en ocasiones, pueden desestabilizar nuestra vida mental o física. En otras palabras, no siempre estamos en condiciones de entender ni entrar en contacto con ellos simplemente porque no estamos preparados.
El cuerpo angelical también muere y vive recorriendo las esferas que le permitirán llegar al siguiente mundo:
  • Arziluth, el mundo ideal o el mundo arquetípico. En este mundo todo es perfecto, puro, luminoso, divino y limpio. En suma, es el mundo de los dioses. En este mundo nacen todas las cosas en un estado ideal, y desde este mundo nacen todas las cosas en un estado ideal, y desde este mundo se transmiten a todo el universo, pasando por los filtros necesarios de los subsecuentes mundo inferiores.
En este mundo los seres tienen un cuerpo divino y perfecto, pero también nacen y mueren hasta llegar a la cúspide, al verdadero Dios generador de todas y cada una de las cosas. Los seres que habitan este mundo se encargan de salvaguardar los mundos restantes, ademas de inspirar todas las ideas arquetípicas que inundarán el universo entero con la luz de Dios, y por supuesto, para aspirar a los más tienen que recorrer sus propias y divinas esferas:
    • Malkuth, la esfera del nacimiento en el Reino.
    • Yesod, la esfera de la divinidad instauradora.
    • Hod, la esfera de la divinidad desvelada.
    • Netzach, la esfera de la divinidad amorosa.
    • Tiphareth, la esfera de la divinidad generatriz.
    • Geburah, la esfera de la divinidad luchadora.
    • Chesed, la esfera de la divinidad difundidora.
    • Binah, la esfera del Conocimiento Divino.
    • Chokmah, la esfera del Entendimiento Divino.
    • Kether, la Corona, la esfera de la Sabiduría Total.
Una vez pasadas estas esferas, muere el cuerpo divina para siempre y el ser se integra en la Luz Infinita y Eterna, es decir, pasa a formar parte de Dios y no vuelve a tener necesidad de nada porque se convierte en Dios mismo.

Las 10 esferas de la evolución y los 4 planos
El contacto que se puede establecer entre el mundo divino, Atziluth y el mundo físico, Assiah, es prácticamente nulo y sólo se ha dado en momentos muy determinados de la humanidad. Además, se presupone que los seres humanos físicos no tenemos ni siquiera la capacidad de concebir ese mundo arquetípico, y que no sabríamos reconocerlo ni en el improbable caso de que lo tuviéramos frente a frente. Todo lo que intuimos vagamente del mundo divino nos llega a través de los otros mundos, filtrado por ángeles, seres divinos, seres espirituales y seres mentales, es decir, de una forma completamente distinta a como es en realidad. Y, por si fuera poco, nosotros mismo filtramos toda la información que recibimos y la adecuamos a nuestras limitaciones.

En esta composición del más allá, el hombre tiene dentro de sí un poco de todos los mundos, e incluso de Dios, y a medida que vaya descubriendo cada una de estas partes, irá allanando su camino hacia la Luz Infinita y Eterna.

Los seres, en este más allá cabalístico, vivían y morían constantemente, en uno y otro mundo, hasta que alcanzaban la representación más alta de Dios.

La religión hebrea es una de las pioneras en la idea de un dios único, sin embargo, al menos según la cábala que ha llegado hasta nuestro días, Jehová (IHVH), a pesar de ser sólo uno, se convertía en 4 dioses mayores, uno para cada mundo, y en otros 10 dioses, uno para cada esfera.

El verdadero y más puro y poderoso Jehová, el único y verdadero, era el que se encontraba al final del camino de Atziluth, el mundo arquetípico. Pero sólo un paso antes de llegar a él se encuentran dos de sus emanaciones divinas, acompañando la décima esfera y la cima del mundo ideal. Este repartimiento divino quedaría de la siguiente manera:
  • Jehová Demiurgo, dios de Assiah, el mundo material. dios bueno y malo, generoso y paternal, a la vez que vengativo y cruel. Sereno y patriarcal, a la vez que colérico y destructivo.
  • Jehová del Semblante Menor (Microprosopo), dios de Yetzirah, el mundo intelectual. Racional y constructor, pero exigente e impositivo.
  • Jehová Supremo (Padre y Madre Supremos), dios de Briah, el mundo creativo. Amoroso y emocional, pero también egoico y posesivo.
  • Jehová del Vasto Semblante (Macroprosopo), dios de Arziluth, el mundo arquetípico, recto y elevado, pero inflexible.
Además de estas emanaciones de Jehová, tenemos que contar con 10 nombres o emanaciones de innominable, que rigen en las 10 esferas de evolución por las que se debe transitar en los distintos mundos:
  • En Malkuth: Adonai Melketh, el dios más cercano a los planos inferiores, con un fuerte componente femenino, tan creativo y fértil, como destructivo.
  • En Yesod: Shaddai El Chai, impregnador de Malkuth, y encargado de poner los fundamentos del camino.
  • En Hod: Elohim Tzabaoth, dios del esplendor, o de la luz menor, guía de los primeros pasos para los limpios de espíritu, pero deslumbrador para los ambiciosos.
  • En Netzach: Jehová Tzabaoth, dios de la instauración, de los ritos y las celebraciones. En sus manos está el triunfo y la victoria del espíritu sobre la materia.
  • En Tipehereth: Eloah Vadaath, dios (o dioses) de la diseminación y la belleza, encargados de sembrar las creaciones de Dios por todo el universo.
  • En Geburah: Elohim Gibor, dios de la fuerza y la justicia, que se encarga de equilibrar y compensar el camino.
  • En Chesed: El dios del perdón, la misericordia y la grandeza, que se encarga del acercamiento divino.
  • En Binah: Jehová Elohim, dios (o dioses), de la creación y el conocimiento, cuya misión es la siembra de los hijos de Dios por todo el universo.
  • En Chokmah: Jehová Yah, Padre y Madre a la vez, autogenerador y autorreproductor, dios creador de las esferas celestiales y de lo que se contiene en ellas.
  • En Kether: Ehieh, dios supremo, creador de la esencia, del espíritu y de la existencia.
Por encima de todos ellos se encuentra el Dios Verdadero, el innominable, todo recto y todo luz, el inconcebible, el eterno inconmovible. Nombres exóticos aparte, este sistema de vidas, muertes, mundos, espíritus, dioses y más allá, es un patrón que se acomoda a la mayoría de las creencias sobre la vida, la religiosidad y la muerte que pululan en nuestros días, ya que en el mismo se recogen ideas sobre la reencarnación, la evolución, el judaísmo, el islamismo y el catolicismo.

lunes, 29 de mayo de 2017

El sexo de las hadas

El sexo de las hadas es el femenino, por lo que este nombre no debe abarcar al resto de la Gente Menuda, sino solamente al de las Hadas.

Dos ejemplos servirán para ilustrar este aserto. El primero se refiere a la leyenda nórdica del hada Iolanthe (en castellano, Yolanda).

Dicha leyenda cuenta que Iolanthe fue un hada, hija a su vez de la reina de las Hadas, que enamorada de un ser humano adoptó el aspecto de una joven extremadamente bella y acabó casándose con él. El marido falleció unos años más tarde, y la reina de las Hadas y sus amigas convencierón a Iolanthe para que recobrase su verdadero aspecto feérico, cosa que ella hizo, no sin antes confesarle a su madre que años atras había dado a luz un niño, llamado Strephon.

Las hadas quedaron asombradas al oír esta revelación y precipitadamente convocaron una especie de asamblea general, a la que acudieron hadas de todo el mundo (al menos, del mundo habitado por las hadas y demás Gente Menuda). En dicha asamblea se decidió que el hijo de Iolanthe, habida cuenta que era un ser que de cintura para arriba era exactamente igual a un gnomo, mientras que de cintura para abajo era semenjante a un hombre, debía reintegrarse a uno de los dos mundos: o convertirse en un hombre perfecto o en un gnomo completo, y vivir de acuerdo con su aspecto. Llamaron a Strephon, que vivía con la nodriza que al nacer le había buscado su madre Iolanthe, y le preguntaron cuál era su decisión, puesto que, según una de las reglas más rigurosas de la gente menuda, regla que las hadas respetan al parecer estrictamente, nadie puede ni debe influir en nadie.

Iolanthe temblabla mientras esperaba oír la respuesta de su hijo. Si Strephon decidía ser hombre, ella lo perdería para siempre, a no ser que contrariando a su propia naturaleza feérica decidiese también convertirse ya para siempre en una mujer, como lo había sido durante los últimos 30 años. Por otra parte, si Strephon decidía adoptar la naturaleza de un gnomo, ella continuaría siendo un hada, viviendo dichosa hasta la consumación de su existencía, para lo que todavía le faltaban varios siglos de vida.

Pero la declaración de Strephon sumió a todas las hadas, incuida Iolanthe, en el más profundo estupor.

Strephon estaba decidido a ser un hombre completo... ¡porque estaba enamorado de una hoven mortal y estaba ya comprometido para casarse con ella!

Las hadas, de acuerdo con sus reglamentos, no tuvieron más remedio que dar su consentimiento a Strephon, el cual se apresuró a obtener una figura humana en todo su cuerpo. Luego, tras despedirse de su madre y las hadas, voló a reunirse con su amada, hija de un rey muy poderoso. Iolanthe, por su parte, decidió quedarse en el país de las hadas, ese país invisible que abarca el mundo entero, aunque sin por eso dejar de vigilar de vez en cuando a su hijo.


Emanuel Schikaneder fue el autor del libreto de la ópera "La flauta mágica", cuya música compuso el inmortal Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque se pretende que dicha ópera tiene un carácter pronunciadamente esotérico, cosa que apenas puede negarse a la vista de los símbolos que entraba su argumento, también es cierto que algunos de sus personajes, como la Reina de la Noche, las Tres Damas y los Tres Jóvenes, son tipos inconfundiblemente pertenecientes al mundo de la Gente Menuda. Se trata, en suma, de cuatro hadas, entre ellas una reina, que además es madre de la protagonista de la obra, Pamina.

Por consiguiente, en este caso nos encontramos con otra hada, y nada menos que una de las reinas, que es madre de una joven que no pertenece realmente al submundo de la Gente Menuda, sino que es un ser humano, enamorada del galán Tamino, a quien protege Papageno, que viene a ser un remedo del Fautista de Hamelin... y seguimos viviendo en el mundo feérico de las hadas, los elfos y los gnomos¹.

En esta leyenda, pues, volvemos a hallar un hada, madre de un ser mortal, lo que significa que en algún instante de su vida dicha hada tuvo que cohabitar con un hombre, adoptando, por tanto, ella también, figura humana.


Respecto a la cuestión que nos ocupa, no es posible negar que las hadas son seres que, si en algún instante de su existencia pueden adoptar una figura humana, lo hacen dentro del sexo femenino, lo que no deja duda de que las hadas pertecen sólo y exclusivamente a este sexo, por lo que jamás se las debe confundir ni asimilar a los gnomos, elfos o duendecillos, todos ellos pertecentienes al sexo masculino.

En el mismo caso que las hadas se encuentran las ondinas, las náyades, las sílfides y las sirenas, que en realidad deben ser consideradas como hadas habitantes de mares, ríos y lagos.


1 Alguien ha supuesto que todos los personajes que intervienen en la ópera de Schikaneder y Mozart son en realidad miembros de la comunidad de la Gente Menuda, pero esto lo desmiente rotundamente Papageno cuando, al presentar a Tamino, le dice:
- Wer ich bin? Dumme Frage! Ein Mensch wie du! (¿Quién soy yo? ¡Vaya pregunta necia! Un hombre como tú).
Esta declaración elimina cualquier duda respecto a la naturaleza de algunos de los protagonistas de esta ópera, basada también en una antigua leyenda germana, como la de los Nibelungos, a la que aludiremos más adelante. 

miércoles, 24 de mayo de 2017

Abuelo

Abuelo...
Hoy te vi en mis sueños,
fue tan real... Que no me lo creo todavía...
Te abracé tan fuerte
que creo sentir aún tu abrazo alrededor mía.
Después de tantos años sin ti
te echo de menos como el primer día.
Noté que el sueño terminaba...
Y que aferrarme más a ti no podía.
Me desperté llorando
porque no pude traerte de nuevo a mi vida.

Abrahel

lunes, 22 de mayo de 2017

¿Es posible que una mujer pudiese quedar fecundada por un íncubo?

¿Es posible que una mujer pudiese quedar fecundada por un íncubo?, se preguntaron los teólogos durante siglos. Miguel Psellos, en su obra De Daemonibus, afirmó: “Si los demonios eyaculan semen, a éste le falta, como al cuerpo de quien procede, tanto calor que nada puede ser más incapaz y menos apto para la procreación”.

Nicolás Rémy, autor de Daemonolatreiae libri tres, estaba de acuerdo respecto a la imposibilidad de que el demonio utilice semen de un cuerpo para fecundar: “Tampoco es posible que un demonio, actuando como súcubo, pueda obtener semen de un hombre vivo, ya que la vagina de un súcubo es fría como el hielo, y no puede, por tanto, estimular suficientemente el sistema nervioso del hombre, cosa necesaria para lograr una eyaculación”.

Thomas Malvenda, sin embargo, manifestó en De Antichristo: “Para los demonios es muy fácil procurarse dicho semen, pues no tiene más que elegir hombres ardientes y robustos cuyo semen, por naturaleza, es muy copioso, y con los cuales tienen, como súcubos, comercio carnal, y entonces eligen mujeres de la misma constitución y copulan con ellas como íncubos, procurando que el hombre y la mujer tengan un orgasmo más intenso que el normal, pues cuanto mayor es la excitación sexual, más abundante es el semen”.

Según algunos demonólogos, los niños engendrados por demonios presentan malformaciones, son muy glotones, chillan por la noche y mueren a temprana edad. También postulaban que el Anticristo nacería de la unión sexual entre Satán y una mujer virgen…

jueves, 18 de mayo de 2017

Un falso hombre-lobo

El hecho que os voy a relatar ocurrió en el siglo XVIII, en la Baja Silesia, Alemania. No muy lejos de una aldea había unas minas de hierro, en las que los obreroa guardaban turnos de trabajo las 24 horas del día.

Unos de esos obreros era Hans Schulzter, quien, cuando le tocaba el turno de noche, hacía que su única hija, Marien, le llevase la merienda y la cena, cosa que la agraciada muchacha hacía gustosamente, hacia las cinco de la tarde. Claro que hay que tener en cuenta que en la región a que nos referimos, a las cinco de la tarde ha caído ya el negro manto de la noche.

Para llegar hasta la mina donde trabajaba su padre, Marien tenía que atravesar un denso bosque en el que, sin embargo, no había alimañas ni otros animales más o menos peligrosos. Cuando Marien pasaba por aquel bosque sólo oía el canto de los grillos junto a los árboles del camino, el croar de las ranas en las charcas, y los últimos cantos de los pájaros, dispuestos ya a dormir hasta el amanecer del siguiente día.

Pero aconteció que en uno de tales viajes, Marien regresó a su casa en la aldea en un estado sumamente lastimoso. En efecto, llevaba el vestido desgarrado, en unos de sus senos se veía claramente la huella de unos colmillos que, afortunadamente, no habían hecho más que arañar ligeramente la piel, y había magulladuras en diversas partes de su cuerpo.

- Marien, ¿qué te ha ocurrido, hija mía? - se atribuló su madre ante el desdichado aspecto de la joven.

- ¡Oh, madre, madre! - sollozó ella, arrojándose en los brazos de la asustada mujer.

- ¡Ha sido un lobo! ¡Un lobo...!

- ¿Un lobo? ¡Si por aquí nunca los ha habido...!

- Es que no fue un lobo, madre... ¡Fue un hombre-lobo!

- ¿Un hombre-lobo? ¡Que horror, hija mía!

Todo el mundo había oído hablar de los hombres que, convertidos en lobos, merodeaban por ciertas regiones de Alemania por las noches, y aunque en las cercanías de la aldea jamás se había visto a ningún licántropo, nadie ponía en duda la veracidad de su existencia.

Marien, acto seguido, le contó a su madre cómo al regresar de llevarle la cena a su padre, había sido atacada por un hombre-lobo, con tanta ferocidad que ella había caído al suelo. A causa del susto y la sorpresa, Marien se había desvanecido, por lo que ignoraba qué había hecho el lobo con ella, aunque las magulladuras, y especialmente los arañazos del pecho, indicaban a las claras algunas de sus maniobras.

Como es natural, al día siguiente y los sucesivos, fue la madre la que llevó la cena a su marido en la mina. Sin embargo, en todos sus viajes nunca se vio atacada por ningún hombre-lobo. Lo mismo ocurrió con las demás mujeres y jovencitas que solían, a una u otra hora, llevar comida a los obreros, o que simplemente se paseaban por el bosque.

Transcurrieron varias semanas y finalmente, Marien, ya repuesta de su espanto, y ante la imposibilidad de que su madre fuese hasta la mina por hallarse algo enferma, volvió a cruzar el bosque.

- ¡Madre, madre! - gritó al llegar a su casa en peor estado que la primera vez.

La historia que le relató a su madre fue realmente espantosa... ¡porque en esta ocasión Marien no se había desmayado y, sin poder defenderse, había visto cómo el hombre-lobo, al que describió como provisto de unos largos y afilados colmillos y un mentón alargado y lleno de pelos, no sólo la había mordido... sino que la había violado ferozmente!

¡El deshonor había caído sobre la pobre familia! ¡Todos, en la aldea, no pudieron por menos que compadecerse de la infeliz Marien, que había sido violada por un hombre-lobo!

Se organizaron batidas de día y de noche, se recorrió el bosque y sus aledaños centenares de veces, se registraron las cuevas y las oquedades del monte cercano... ¡Todo en vano! El lobo u hombre-lobo no fue encontrado... ni él ni huella alguna.

Y a medida que el tiempo pasaba una cosa se hacía patente: ¡Marien estaba encinta! Y lo que era peor, ¡encinta de un hombre-lobo!

Por esta causa, sin embargo, nadie podía atribuir culpa alguna de lo ocurrido a la pobre muchacha, y menos que nadie su padre que, de haber quedado su hija embarazada por un medio más natural, sin duda la habría arrojado de su casa. ¡Pero la culpa era de un hombre-lobo... algo que escapaba a la justicia terrena!

Por fortuna, en la aldea había un joven leñador, llamado Christian que, enamorado desde tiempo atrás de Marien, se ofreció a casarse con ella y a cuidar del futuro hijo como si fuese suyo.

Ya nunca más volvió a ser visto el hombre-lobo (que en realidad sólo había sido avistado y sufrido por Marien). Los jóvenes se casaron, fueron felices y a su debido tiempo nació la criatura. Era hermosísima y se trataba de un niño sin el menor parecido con un lobo, como todo el mundo había temido. Incluso, lo cual era una suerte, tenía el cabello rubio como su padre adoptivo, el joven Christian.

Sin embargo, con el paso de los años, la pareja tuvo que emigrar a otras tierras, porque infortunadamente, cuando el niño llegó a la edad de 7 años, su parecido con Christian era tan grande que la gente, incluidos los padres de Marien, empezó a sospechar la verdad.

En efecto, entre Marien y Christien habían inventado la comedia del hombre-lobo para que los padres de ella y de él no se enfureciesen y los arrojasen de sus respectivos hogares. Además, de esa manera Christian, transcurrido algún tiempo, podría ofrecerse como marido de Marien, ofrecimiento que los padres aceptarían encantados en vista de las circunstancias.

Y así quedó destruida una leyenda sobre los hombres-lobo, muchos de cuyos casos suelen tener fundamentos parecidos al del relato.

martes, 16 de mayo de 2017

Ed Gein, el carnicero de Plainfield

Otro caso de vampirismo, aunque como todos relacionado con otras prácticas, y especialmente con las experiencias de tipo sexual, es el del americano Ed Gein.

Según el boletín publicado por la clínica Meninger, donde estuvo Gein, el caso puede resumirse como queda relatado a continuación:

Ed Gein era un hombre de mediana edad, natural de Planfield, Winconsin. Granjero de profesión, sus vecinos le tenían por persona bondadosa y amigable, aunque algo perezoso y poco ingenioso. Desde 1945, en que falleció su madre, hasta 1957, en que fue detenido, Gein vivió solo.

Su arresto tuvo lugar cuando el sheriff visitó su casa en relación con la desaparición de la señora Bernice Worden, dueña del almacén general de la localidad. Gein, en efecto, había sido uno de sus últimos clientes.

Cuando el sheriff llegó a la granja, halló el cadáver de la señora Worden colgado de una viga por los tobillos. La víctima estaba decapitada y desmembrada. Gein no sólo confesó este crimen, sino también haber matado en 1955 a Mary Hogan, dueña de una taberna. Asimismo admitió haber robado 12 cadáveres femeninos del cementerio de la localidad con el exclusivo propósito de beber su sangre.

Confesó haber descuartizado a los cadáveres, devolviéndolos a sus tumbas tras haber saciado su sed de sangre y comerse sus órganos sexuales. Con la piel humana fabricaba cinturones y bolsos, si bien también guardaba la piel de los senos.

Había sacado los cadáveres de sus tumbas antes de cometer ningún asesinato, por lo que la policía comprendió que el criminal había progresado en sus acciones. Los vecinos recordaron entonces que Gein les había obsequiado en ocasiones con trozos de "venado", aunque afirmó bajo el examen psiquiátrico "no haber matado nunca venado alguno".

Gein era soltero y aparentemente estaba muy interesado en el intercambio sexual, pero su sed de sangre sobrepujaba a sus instintos sexuales.

Fue calificado de psicópata por lo que no fue condenado, pues creía cometer sus crímenes por inspiración divina, siendo encerrado en un manicomio. Por esto, y a causa de la falta de una auténtica confesión, jamás se sabrá toda la verdad sobre el caso Gein.

Es posible que su sed de sangre fuese una confesión falsa por parte del criminal; es posible que la desmembración de los cadáveres estuviese impulsada por una especie de complejo de Electra tras la muerte de su madre, a la que tal vez odiase inconscientemente...

Sin embargo, Ed Gein, por derecho propio, figura en la galería internacional de vampiros sedientos de sangre humana.


viernes, 12 de mayo de 2017

Ahora, busca tú el amor en mis brazos

Un día la vida me golpeó tan fuerte, que decidí no buscar más el amor, que el amor me buscara a mi si me quería encontrar...
Me cansé de mentiras, de golpes que no merecía, en definitiva, me decepcioné del amor y de la vida...
Por eso ahora ya no doy primeros pasos, ya no arriesgo, ya no intento, ya no busco amor en otros brazos...
Ahora espero a que seas tú el que da ese primer paso, el que descubra como soy, el que vea que merece la pena arriesgarse por mí y el que quiera intentar buscar el amor en mis brazos.

Abrahel


jueves, 11 de mayo de 2017

Las principales víctimas de la brujería... Las Brujas

Las principales víctimas de la brujería fueron, desde luego, las propias brujas, las infelices mujeres acusadas de brujería. Durante la Edad Media y la Moderna miles de presuntas hechiceras fueron conducidas a las llamas. En Alemania, por ejemplo, las últimas brujas fueron quemadas en Qurzburgo en el año 1749, en Endigen (Brisgavia) en 1751, en Kempten en 1755 y en Glorus en 1782.

Durante más de dos siglos, niños y ancianos, hombres y mujeres, sabios y gentes del pueblo, pobres y ricos, feos y hermosos, fueron llevados a la cámara de tortura y a la hoguera...

Dos razones fundamentales explican el extraordinario incremento de los procesos de brujas durante aquel tiempo. Por una parte, la incompetencia y el fanatismo de los jueces. En los procesos de brujas se había incluido además el procedimiento inquisitorial en virtud del cual cualquier juez estaba autorizado o incluso obligado a buscar brujas y a detener a los sospechosos, aun sin mediar denuncia del perjudicado. La venganza y la codicia -los bienes de los acusados pasaban a poder de los acusadores- hicieron que las denuncias se multiplicasen. Cierto que las personas acusadas de brujería disponían de un defensor, pero, ¿qué podían esperar aquellos infelices de un defensor que ni siquiera se atrevía a hacer una defensa demasiado calurosa por miedo a ser acusado de brujo?

La seguda de las razones fue la tortura. A principios del siglo XIV fueron consideradas pruebas de convicción todas las confesiones hechas bajo tortura. La brujería era tenida por delito de excepción (delitum exceptum) y cualquier medio que la pudiese demostrar era considerado lícito.

A la vista de la terrible cámara de tortura, ¿quién era el que no se confesaba culpable de los más espantosos delitos? ¿Quién era el que tenía suficiente entereza para resistir los tormentos y negar su culpabilidad hasta el fin? ¿Qué muchachita, ante la perspectiva de tener que dormir sobre montones de huesos -una de las torturas empeladas por los jueces parisinos- no confesaba una y mil veces haber sostenido relaciones sexuales con el diablo?

A su confesión seguía la muerte en la hoguera, pero la muerte, comparada con la refinada gama de tormentos que aplicaban los verdugos, era sólo una compañera piadosa.


miércoles, 10 de mayo de 2017

"IT": Nuevo tráiler de la adaptación de la novela de Stephen King


Estamos en el ecuador de la semana y vamos a hacer que el llegar al fin de ésta sea más llevadero ya que ha visto la luz el segundo trailer de IT, la nueva adaptación de la novela de Stephen King que llegará a nuestros cines el próximo mes de septiembre.

Los niños comienzan a desaparecer en el pequeño pueblo de Derry (Maine) y un grupo de jóvenes se enfrentarán a sus mayores terrores cuando se cruzan en el camino de un ente conocido como Pennywise. Éste toma la forma de un payaso y su historial de crímenes se remonta varios siglos atrás.

El argentino Andy Muschietti, responsable de la exitosa Mamá, se ha hecho cargo del proyecto que tiene todas las papeletas para convertirse en el título de terror más taquillero de la historia.

Bill Skarsgard, Finn Wolfhard, Jaeden Lieberher, Sophia Lillis, Wyatt Oleff, Chosen Jacobs, Jeremy Ray Taylor, Jack Grazer, Javier Botet son los encargados de protagonizar la película.

Fecha de Estreno: Viernes, 8 de Septiembre de 2017 


martes, 9 de mayo de 2017

Isis en Biblos

La apenada viuda, Isis, buscó el arca por todo Egipto; al final, valiéndose de sus poderes mágicos, localizó el cuerpo en Biblos. Al saber que el arca y el cuerpo formaban parte del palacio, tuvo que buscar el modo de entrar en él. Se disfrazó de anciana y se sentó ¡unto al arroyo de agua dulce que bajaba hasta la orilla del mar donde las criadas de la reina de Biblos iban a hacer la colada. La encontraron allí y se apiadaron de esa "vieja dama"; le llevaron alimentos y la trataron amablemente. En pago, les enseñó a trenzarse el cabello, si bien no pudo disimular su olor de diosa, y la reina se percató pronto de los nuevos peinados y del perfume y se interesó por estos cambios. Las criadas le hablaron de la dama anciana y solitaria con la que habían hecho amistad a la orilla del mar y que estaba sentada allí día y noche, aparentemente apenada, aunque no les había contado la causa de sus penas.

La reina acababa de dar a luz a un hijo y heredero, y estaba buscando una niñera. La anciana dama parecía la persona ideal y fue llamada a palacio. Isis (con su disfraz) aceptó el puesto de niñera, a condición de que la dejaran a solas con el niño durante la noche. Aunque a la reina aquello le pareció una petición extraña, dio su consentimiento. Por la noche, la diosa se encerraba en la gran sala, a solas con el niño. Las criadas aseguraban oír un ruido extraño después de anochecer -como el gorjeo de un ave- y se lo comunicaron a la reina.

Una noche, ésta se ocultó detrás de unas cortinas y, cuando oyó el gorjeo, salió y vio a su hijo tendido sobre las brasas candentes del fuego y a una golondrina (Isis se había metamorfoseado) que volaba alrededor de la columna dando voces. Aterrada, la reina tomó al niño en brazos; a continuación, la diosa se dio a conocer y reprendió a la reina acusándola de estar loca, puesto que ella, la diosa, estaba consumiendo en el fuego la mortalidad de la criatura.

Se llamó al rey, y ambos monarcas veneraron a la diosa y le preguntaron qué podían darle. Reclamó la columna del tronco del árbol que encerraba el arca que contenía el cuerpo de su esposo. Como es natural, su petición fue satisfecha, cayó la techumbre de la gran sala, e Isis se llevó el cuerpo de Osiris a Egipto y lo ocultó en las marismas del Delta, donde lo dejó al cuidado de su hermana Neftis.

lunes, 8 de mayo de 2017

Desaparecidas en los Manatiales de Florida

El 1 de octubre  de 1966, dos bellas jóvenes desaparecieron misteriosamente. Nancy Llechner y Pamela Ann Nater no regresaron a sus hogares situados en la región forestal del Bosque Nacional de Ocala, en Florida.

Aquel día, Nancy y Pamela salieron de sus respectivas casas a fin de pasar el domingo con un grupo de submarinistas. Sin embargo, cuando las muchachas llegaron a Alexander Springs, dijeron que el agua estaba demasiado fría.

Nancy, de 21 años, y Pamela, de 20, dejaron sus bolsos y sus ropas con el grupo cerca de los manantiales y se pusieron los bañadores, marchando acto seguido por un sendero abierto en plena naturaleza.

Dos segundos más tarde, las dos muchachas se habían desvanecido. Bennie, novio de Pamela desde hacía unos 2 años, y Craig, amigo suyo, salieron inmediatamente para lo que iba a ser una de las búsquedas más extensas de la historia de Florida.

Boy Scouts, exploradores experimentados, bosquimanos, patrullas montadas, helicópteros, y centenares de voluntarios no tardaron en recorrer toda la zona que rodeaba a los manantiales.

Los metódicos buscadores no vieron recompensados sus esfuerzos ni siquiera hallando un cabello de las chicas, ni una rama quebrada que indicase la dirección emprendida en el sendero o al apartarse del mismo.

La madre de Pamela contó a los periodistas que estaba segura de que su hija jamás se habría fugado de casa. Además, sabía, sin saber por qué, que su hija no había muerto. Y para confirmar sus palabras, no fue hallado cadáver alguno.

En mayo de 1967, o sea 7 meses después de la extraña desaparición de ambas jovencitas, el ayudante del sheriff de la región declaró a los periodistas que las autoridades todavía registraban la zona cada semana. El abogado Oldham comentó que había seguido el caso personalmente, ya que le gustaban tales asuntos, por lo que pasaba noches en blanco meditando sobre ello.

Sin embargo, nadie pudo aportar una solución ni una pista. Las dos jóvenes fueron a aumentar la lista de las personas desaparecidas en la nada.

domingo, 7 de mayo de 2017

La Crucifixión


Basada en hechos reales, "La Crucifixión" cuenta la historia de un sacerdote que es encarcelado en Rumanía por el asesinato de una monja a la que realizaba un exorcismo. La periodista Nicole Rawlins investiga si el asesinato fue a una persona mentalmente enferma o, por el contrario, las acusaciones son falsas y simplemente perdió la batalla contra una presencia demoniaca. Una presencia que ahora podría estar experimentando ella misma…

Fecha de Estreno: Viernes, 30 de Junio de 2017 

Ted Bundy, un depredador exquisito

La historia de la humanidad está repleta de seres malvados, que dejan su humanidad de lado para cometer los más terribles actos. Son seres que se abstraen de las normas establecidas y que se consideran fuera de los normales circuitos sociales por donde nos comportamos los demás.

Uno podría llegar a imaginar que es sencillo identificarlos, que su rostro alberga una pista, un indicio de que no son personas normales y que es sencillo prevenirse de ellas.

Nada más lejos de la verdad.

En ocasiones un alma horrible se esconde en un físico totalmente anodino, y en ocasiones, lo hace tras una imagen respetada, amigable y atractiva.

La imagen del chico agradable se ha visto muchas veces en el cine, en las películas de ambiente universitario en las que un joven popular comienza a dejar ver su lado más siniestro.

Todas estas historias se dan cita en la vida real de la mano del más temido psicokiller sexual de los Estados Unidos de América, el tristemente popular Theodore Robert Bundy, el Depredador de Seattle.


Ted Bundy, el nombre con el que ha ingresado en la Crónica negra de la historia, nació en 1947, y como en tantos otros casos sufrió una infancia terrible. Su madre, madre soltera, tuvo que dejar al niño en manos de sus autoritarios abuelos en demasiadas ocasiones, ya que ni ellos ni ella podían mantener la familia sin el duro trabajo.

Ted veía como sus ansias de mejorar se perdían con el paso de los días, y pronto comenzó a descargar su ansiedad en pequeños hurtos, fruto de una cleptomanía que frenaba su ímpetu y le mantenía más o menos cuerdo.

En esa época le marcó también la visión del cuerpo desnudo de una vecina, que se cambiaba frente a su ventana, un hecho aparentemente sin importancia que, en su mente ya alterada disparó algún resorte oculto.

El joven comenzó a salir con una guapísima adolescente, Stephanie Brooks, y parecía que todo iba bien, aunque en 1966, cuando Bundy contaba con 20 años, ésta decidió dejarlo. Al parecer, el nivel económico y social que ostentaba el chico no bastaba para cubrir sus aspiraciones.

Despechado, Bundy sufrió entonces un duro golpe que rompió sus débiles defensas mentales, llevándolo a una época de amargura, en la que intentó progresar en sus estudios, ascender socialmente y conseguir una popularidad que le devolviera el cariño y la presencia de Stephanie.

Su excelente conducta y su trabajo en las aulas le valieron no pocas recompensas sociales, como su participación en el Comité Asesor para la Prevención el delito en Seattle. Sus allegados ya veían ante él un futuro brillante, que quizás podría llevarlo hasta el puesto de Gobernador.

Pero tanta brillantez ocultaba una larga y tenebrosa sombra. Todo el trabajo realizado hasta el momento tenía un objetivo: traer de vuelta a su vida a su chica.

Y lo consiguió. En 1973 se celebró la boda de Ted y Stephanie, aunque lo que se preveía como una gran alegría, se tornó en una pesadilla.

En la luna de miel, la cara afable de Ted cambió. La mujer con quien tanto deseaba estar pasó a convertirse en la persona que le repudió y por ello, Bundy la agredió, la vejó y la repudió tal y como ella había hecho antes.

Unos días después, la primera víctima del Depredador moría de una manera atroz. Tanto esta como todas las que le siguieron tenían un denominador común: jovenes, hermosas e idénticas a su odiada Stephanie.

Mientras el número de víctimas crecía, las autoridades se encontraban desconcertadas: no existía un patrón ni una manera de actuar coherente.

Durante cuatro años, de 1974 a 1978, este desequilibrado personaje viajó por cinco estados dejando tras de sí un rastro de violencia y salvajismo sin precedentes en la sociedad americana.

Cuando localizaba a una víctima, se procuraba una buena excusa para entablar una conversación con ella y la convencía para que le acompañara a su casa. Nada difícil, ya que Bundy era un tipo atractivo, con una cara franca y simpática.

Una vez reducida su víctima, la sometía a los más brutales castigos: golpes con martillos, con barras de hierros, violaciones salvajes, en ocasiones perpetradas con los más diversos y dolorosos objetos, como ramas de árbol.

Sin entrar en detalles, cada vez que aparecía la noticia de que se había encontrado un nuevo cuerpo víctima del agresor, los vecinos de la zona sentían como su corazón se encogía.

Bundy continuaba su carrera delictiva como si nada, e incluso, se cuenta, dio caza a dos víctimas el mismo día que pasaba un agradable día de playa con una novia.

Su fin se acercaba, ya que varias de las víctimas consiguieron sobrevivir y le identificaron. La policía ya tenía una imagen bastante cercana del asesino y el cerco se estrechaba.



El 8 de febrero de 1978 una joven consiguió escapar de la trampa urdida por el psicópata, y alguien aportó la matrícula de la furgoneta que conducía. Por desgracia, al huir la chica, sus ansias de matar no se vieron calmadas y se encontró con una niña de doce años, en la que descargó toda su ira.

Unos días después se localizó la furgoneta con los restos de la que sería su última victima y se consiguió poner nombre a tan salvaje carnicero. Dos días después, un agente de Pensacola, Florida, detenía a Bundy. En el juicio se logró demostrar el asesinato de tres mujeres, y aunque la policía aportaba una cifra de 36, fue suficiente para condenarlo a la silla eléctrica. Diez años después, la sentencia se llevó a término y ante el alivio del pueblo norteamericano, el Deprador de Seattle, murió.

Feliz Día de la Madre


sábado, 6 de mayo de 2017

Cuento original y sin censura de el Sastrecillo valiente

Un sastrecillo estaba sentado en su mesa cerca de la ventana en una hermosa mañana de verano, cosiendo alegremente y con mucha prisa, cuando acertó a pasar por la calle una mujer que voceaba:

-¿Quién compra buena crema? ¿Quién compra buena crema?

Esta palabra crema sonó tan agradablemente a nuestro hombre que, asomando su pequeña cabeza por la ventana, exclamó:

-Aquí, buena mujer, entrad aquí y encontraréis comprador.

Subió cargada con su pesado cesto los tres escalones de la tienda del sastre y tuvo que poner delante de él todos sus cacharros para que los mirase, manejase y oliese el uno después del otro concluyendo por decir:

-Me parece que es buena esta crema; dadme dos onzas, buena mujer, y aunque sea un cuarterón.

La vendedora, que había creído hacer un negocio mucho mejor, le dio lo que pedía, pero se fue gruñendo y refunfuñando.

-Ahora, exclamó el sastrecillo, suplico a Dios que tenga a bien bendecir esta buena crema para que me dé fuerza y vigor.

Y cogiendo el pan del armario partió una larga rebanada para extender su crema encima.

-¡Qué bien me va a saber!, pensó para sí, pero antes de comérmela voy a acabar este chaquet.

Colocó la tostada a su lado y se puso a coser de nuevo, y era tal su alegría que daba las puntadas cada vez mayores. Pero el olor de la crema atraía las moscas que cubrían la pared y vinieron en gran número a colocarse encima de ello.

-¿Quién os ha llamado aquí?, dijo el sastre echando estos húespedes incómodos.

Pero las moscas sin hacerle caso volvieron en mayor número que antes.

Se incomodó entonces, y sacando de su cajón un pedazo de paño:

-Esperad, exclamó, yo os arreglaré, y las dio sin piedad.

Después del primer golpe, contó las muertas y no había nada menos que siete, que estaban con las patas extendidas.

-¡Diablos!, se dijo admirado de su valor, parece que soy un valiente; es necesario que lo sepa toda la ciudad.

Y en su entusiasmo se hizo un cinturón y bordó encima con letras muy gordas: «Mató siete de un cachete.»

-Pero la ciudad es muy pequeña, añadió en seguida; debe saberlo el mundo entero.

El corazón le saltaba de alegría dentro del pecho, como la cola de un corderillo.

Se puso su cinturón y resolvió correr el mundo, pues su tienda le pareció desde entonces un teatro muy pequeño para su valor.

Antes de salir de su casa buscó por toda ella lo que había de llevar, pero no encontró más que un queso rancio que se metió en el bolsillo. Delante de la puerta había un pájaro en su jaula, que se metió en el bolsillo con el queso.

Después emprendió valerosamente su camino y como era listo y activo, anduvo una semana.

Pasó por una montaña, en cuya cumbre había una enorme gigante que miraba tranquilamente a los pasajeros. El sastrecillo se fue derecho a él y le dijo:

-Buenos días, compañero; ¿qué haces ahí sentado? ¿Estás mirando cómo se mueve el mundo a tus pies? Yo me he puesto en camino en busca de aventuras; ¿quieres venir conmigo?

El gigante le contestó con aire de desprecio:

-¡Bribonzuelo, sietemesino!

-¿Cómo te atreves a decirme eso?, exclamó el sastre.

Y desabotonándose el chaleco, le enseñó el cinturón diciendo:

-Lee aquí y verás con quien las has.

El gigante que leyó, «siete de un cachete», se imaginó que eran hombres lo que había muerto el sastre y miró con un poco más de respeto a su débil interlocutor. Sin embargo para experimentarle cogió un guijarro en la mano y le apretó con tal fuerza que rezumaba agua.

-Ahora, le dijo, haz lo que yo, si tienes tanta fuerza.

-¿No es más que eso?, dijo el sastre, pues eso es un juego de niño para mí.

Y metiendo la mano en su bolsillo sacó el queso que llevaba en él y le apretó en su mano de manera que le sacó todo el jugo que tenía.

-¿Qué te parece?, añadió; ¿hay alguna diferencia entre los dos?

El gigante no sabia qué decir y no comprendía que un enano pudiera tener tantas fuerzas. Cogió otro guijarro y le tiró tan alto que apenas lo distinguía la vista más perspicaz, y le dijo:

-Vamos, hombrecillo, haz lo que yo.

-Bien tirado, dijo el sastre, pero la piedra ha caído. Yo voy a tirar otra que no caerá.

Y sacando el pájaro que estaba en su bolsillo le echó a volar.

El pájaro, contento al verse libre, partió más rápido que una flecha y no volvió más.

-¿Qué dices ahora, camarada?, añadió.

-Está muy bien hecho, respondió el gigante; mas quiero ver si cargas tanto como lejos tiras.

Y condujo al sastrecillo delante de una enorme encina que estaba caída en el suelo.

-Si verdaderamente tienes fuerzas, le dijo, es preciso que me ayudes a levantar este árbol.

-Con mucho gusto, contestó el hombrecillo, carga el tronco en tus espaldas, yo cargaré con las ramas y la copa que es lo más pesado.

El gigante se echó el tronco a espaldas, pero el sastrecillo se sentó en una rama de manera que el gigante, que no podía mirar hacia atrás, llevaba todo el árbol y además al sastre que se había instalado pacíficamente y cantaba con la mayor alegría:

Iban juntos tres sastres a caballo una tarde, como si hubiera sido para él un juego de niños el llevar un árbol.

El gigante anonadado bajó el peso y no pudiendo resistirle dados algunos pasos, gritó:

-Mira, voy a tirarle al suelo.

El hombrecillo saltó muy listo en tierra y cogiendo el árbol entre sus brazos como si hubiera llevado lo que le correspondía dijo al gigante:

-Bien flojo eres para ser tan alto.

Continuaron su camino y acertando a pasar por delante de un cerezo, cogió el gigante la copa del árbol donde se hallaba la más madura, y encorvándole hasta el suelo, le puso en la mano del sastrecillo para que comiese las cerezas, pero éste era demasiado débil para sostenerle, y en cuanto le soltó el gigante, enderezándose el árbol se llevó al sastre consigo. Bajó sin hacerse daño, pero el gigante le dijo:

-¿Qué es eso?, ¿no tienes fuerzas para encorvar semejante bagatela?

-No se trata de fuerzas, respondió el sastrecillo, ¿qué es eso para un hombre que ha derribado siete de un cachete? He saltado por encima del árbol para librarme de las balas, porque allá abajo hay unos cazadores que tiran a los matorrales. Haz tú otro tanto si puedes.

El gigante probó, pero no pudo saltar por encima del árbol y se quedó encerrado en las ramas. Así conservó la ventaja el sastre.

-Puesto que eres un muchacho tan valiente, dijo el gigante, es preciso que vengas a nuestra caverna y pases la noche con nosotros.

El sastre consintió en ello con mucho gusto. En cuanto llegaron encontraron a otros gigantes sentados cerca de la lumbre comiéndose cada uno un carnero asado que tenía en la mano. El sastre creyó que la habitación era mucho mayor que su tienda.

El gigante le enseñó su cama y le mandó que se acostase, pero como la cama era demasiado grande para un cuerpo tan pequeño, se acurrucó en un rincón. A la media noche, creyendo el gigante que dormía con un profundo sueño, cogió una barra de hierro y dio un golpe muy grande en medio de la cama, con lo que pensó haber matado decididamente al enano. Los gigantes se levantaron al amanecer y se fueron al bosque; se habían olvidado del sastre, cuando le vieron salir de la caverna con un aire muy alegre y un tanto descarado; llenos de miedo y temiendo no los matase a todos, echaron a correr sin esperar a más.

Continuó el sastrecillo su viaje y después de haber andado mucho tiempo, llegó al jardín de un palacio, y como estaba un poco cansado se echó en el musgo y se durmió. Las personas que pasaron por allí se pusieron a mirarle por todos lados y leyeron en su cinturón: «Siete de un cachete.»

-¡Ah!, dijeron para sí, ¿qué es lo que viene a hacer aquí este rayo de la guerra en el seno de la paz? Debe ser algún señor muy poderoso.

Fueron a dar parte a su rey, añadiendo que si llegaba a declararse la guerra sería un auxiliar muy eficaz, por lo que había que ganarle a cualquier precio.

Agradó al rey este consejo y envió a uno de sus cortesanos para ofrecerle, en cuanto despertase, un empleo en su servicio.

El enviado permaneció de centinela cerca del hombrecillo; y cuando comenzó a abrir los ojos y a estirarse le hizo la propuesta.

-Con ese objeto he venido, respondió el otro; estoy pronto a entrar al servicio del rey.

Se le recibió con toda clase de honores y le designaron una habitación en la Corte. Pero los militares estaban celosos de él y hubieran querido verle a mil leguas de allí.

-¿En qué vendrá a parar todo esto?, se decían unos a otros.

-Si tenemos alguna desazón con él, se arrojará sobre nosotros y matará siete de una vez. Ninguno de nosotros sobrevivirá.

Resolvieron presentarse al rey y presentarle todos su dimisión.

-No podemos, le dijeron, permanecer al lado de un hombre que derriba siete de un cachete.

El rey sintió mucho verse abandonado por todos sus leales servidores y hubiera deseado no haber conocido nunca al que era causa de ello y del que se hubiese deshecho con mucho gusto. Pero no se atrevía a despedirle por temor de que este hombre terrible le matase lo mismo que a su pueblo, para apoderarse de un trono.

El rey, después de haber pensado mucho en ello, halló un expediente. Mandó hacer al hombrecillo una oferta que no podía dejar de aceptar en su calidad de héroe. En un bosque de aquel país había dos gigantes que cometían toda clase de robos, asesinatos e incendios. Nadie se acercaba a ellos sin temer por su vida. Si conseguía vencerlos y matarlos, el rey le daba su hija única por mujer con la mitad del reino por dote. Para ayudarle en caso necesario pusieron cien caballos a su disposición. Pensó el sastrecillo que la ocasión de casarse con una princesa tan linda era muy buena y que no se encontraría todos los días. Declaró que, consentía en ir contra los gigantes, pero que para nada quería la escolta de los cien caballos, pues el que había matado siete de un cachete, no temía a dos adversarios a la vez.

Se puso en marcha seguido de los cien caballos y, cuando llegó a la entrada del bosque, les dijo que le esperaran que él solo se las compondría con los dos gigantes. Después entró en el bosque, mirando alrededor con precaución. Al cabo de un rato distinguió a los dos gigantes; estaban dormidos bajo un árbol y roncaban con tanta fuerza que hacían encorvarse a las ramas. El sastrecillo llenó sus dos bolsillos de guijarros y subiendo al árbol sin perder tiempo se deslizó por una rama que se adelantaba precisamente por entre los dos gigantes dormidos y dejó caer algunos guijarros, uno tras otro, sobre el estómago de uno de ellos. El gigante no sintió nada en un principio, pero al fin despertó y empujando a su compañero le dijo:

- ¿Por qué me pegas?

-Estás soñando, dijo el otro, yo no te he tocado.

A poco volvieron a dormirse. El sastre tiró entonces una piedra al segundo.

- ¿Qué hay?, exclamó éste. ¿Qué es lo que has tirado?

-Yo no te he tirado nada, tú sueñas, respondió el primero.

Disputaron por algún tiempo, pero, como estaban cansados, concluyeron por callar y volverse a dormir. El sastre sin embargo continuó su juego y escogiendo el mayor de los guijarros le tiró con todas sus fuerzas sobre el estómago del primer gigante:

-¡Esto es ya demasiado!, exclamó éste y levantándose como furioso saltó sobre su compañero que le pagó en la misma moneda.

El combate fue tan terrible que arrancaban árboles enteros para servirse de ellos como de armas, y no cesó hasta que ambos quedaron muertos en el suelo.

El sastrecillo bajó entonces de su puesto.

-Por fortuna, pensó para sí, no han arrancado también el árbol en que yo me hallaba, pues me hubiera visto obligado a saltar a otro como una ardilla, pero en nuestro oficio todos somos listos.

Sacó la espada y después de haber dado dos buenos golpes en el pecho a cada uno de ellos, volvió a reunirse a su escolta a la que dijo:

-Ya he concluido; les he dado el golpe de gracia; el negocio ha estado reñido, querían resistir y hasta han arrancado árboles para tirármelos, pero ¿de qué sirve todo esto contra un hombre como yo que derriba siete de un cachete?

-¿No estás herido?, le preguntaron los soldados.

-No, dijo, no han podido tocarme ni a la punta de un cabello.

Los soldados no quisieron creerlo; entraron en el bosque y encontraron en efecto a los gigantes nadando en su sangre y los árboles arrancados por todas partes a su alrededor.

El sastrecillo reclamó la recompensa prometida por el rey, pero éste, que se arrepentía de haber empeñado su palabra, buscó un medio para librarse del héroe.

-Hay, le dijo, otra aventura que debes llevar a cabo antes de obtener a mi hija y la mitad de mi reino. Frecuenta mis bosques un unicornio que hace muchos estragos, es preciso que te apoderes de él.

-Un unicornio me da todavía menos miedo que dos gigantes; siete de un cachete es mi divisa.

Tomó una cuerda y un hacha y entró en el bosque mandando a los que le acompañaban que le esperasen fuera. No tuvo que andar mucho tiempo; el unicornio apareció bien pronto y corrió hacia él para herirle.

-Poco a poco, dijo, muy deprisa no está en regla.-Permaneció inmóvil hasta que el animal estuvo cerca de él, y entonces se deslizó muy listo detrás del tronco de un árbol. El unicornio, que se había lanzado contra el árbol con todas sus fuerzas, metió en él un cuerno tan profundamente que le fue imposible sacarle, y así le cogió.

-El pájaro está en la jaula, se dijo el sastre, y saliendo de su escondrijo, se acercó al unicornio, le pasó la cuerda alrededor del cuello, le partió el cuerno metido en el árbol a fuerza de hachazos y, cuando hubo acabado, llevó el animal delante del rey.

Pero el rey no podía decidirse a cumplir su palabra y le impuso otra tercera condición. Se trataba de apoderarse de un jabalí que hacía grandes estragos en los bosques. Los cazadores del rey tenían orden de ayudarle. El sastre aceptó diciendo que esto no era más que un juego de niños. Entró solo en el bosque sin que lo sintieran los cazadores, a los que el jabalí había recibido y muchas veces de tal manera que no tenían ánimo de volver. El jabalí en cuanto distinguió al sastre se precipitó hacia él, echando espuma y enseñando sus agudos colmillos, pero el ligero hombrecillo se refugió en una ermita que había allí cerca y volvió a salir enseguida, saltando por la ventana. El jabalí entró detrás de él, pero el sastrecillo volvió en dos saltos y cerró la puerta de modo que la fiera se encontró presa, pues era demasiado pesada y grande para salvarse por el mismo camino. Después de esta hazaña llamó a los cazadores para que vieran al prisionero con sus propios ojos, y se presentó al rey, el cual se vio obligado esta vez a darle a pesar suyo su hija y la mitad de su reino. Con mucha más dificultad se hubiera decidido si hubiera sabido que su yerno no era un gran guerrero sino un infeliz sastrecillo. La boda se celebró con mucha magnificencia y poca alegría, y de un sastre se hizo rey.

Algún tiempo después, la joven reina oyó una noche a su marido que decía soñando.

-Vamos, muchacho, concluye ese chaleco y remienda ese pantalón o si no te doy con la vara entre las orejas.

-Comprendió entonces el sitio en que se había educado su marido y al día siguiente fue a quejarse a su padre suplicándole la librara de un marido que no era más que un miserable sastre.

Para consolarla, la dijo el rey:

-Deja tu cuarto abierto esta noche; mis criados estarán a la puerta y, en cuanto esté dormido, entrarán y le llevarán cargado de cadenas a un navío que le conducirá lejos de aquí.

La reina estaba muy contenta, pero un escudero del rey que lo había oído todo y que amaba al nuevo príncipe, fue y le descubrió el complot.

-Yo lo arreglaré, le dijo el sastre.

Por la noche se acostó como de costumbre, y cuando su mujer le creyó bien dormido fue a abrir la puerta y se volvió a acostar a su lado. Pero el hombrecillo, que fingía dormir, se puso a gritar en alta voz:

-Vamos, muchacho, termina ese chaleco o te doy con la vara en las orejas. He derribado siete de un cachete, he muerto dos gigantes, cazado un unicornio y un jabalí, ¿tendré miedo de gentes que están ocultas a mi puerta?

Al oír estas últimas palabras se asustaron todos de tal modo que echaron a correr como si hubieran visto al diablo y nadie se atrevió ya a declararse contra él. De esta manera conservó la corona toda su vida.

viernes, 5 de mayo de 2017

Un niño de 5 años recuerda su vida anterior con datos comprobables

El pequeño Luke sostiene que se llamaba Pam en una vida anterior y vivía en Chicago, donde murió en un incendio en 1993. Los datos se han comprobado.


Luke Ruehlman, un niño de cinco años que residen en Cincinnati, Ohio, tiene muy claro que no es la primera vez que vive. El pequeño alega haber sido, en su vida anterior, una afroamericana llamada Pam Robinson que habría muerto en un incendio en el Hotel Paxton de Chicago, en 1993. El niño afirma que se ha reencarnado y que recuerda perfectamente cuando sus padres le pusieron de nombre «Luke».

Erika, la madre del niño, aegura que Luke solía decir: «Cuando era una mujer, tenía el pelo negro. Solía usar pendientes”, y tal afirmación la sostenía desde los dos años para pasmo de los sorprendidos padres.

Cuando le preguntó a Luke sobre Pam, la mujer aseguró que su hijo recordó un proceso de reencarnación. «Solía ser Pam, pero fallecí. Subí al cielo y vi a Dios. Él me regresó y desperté. Era un bebé y tú me llamaste «Luke».

La seguridad con la que el pequeño mantenía sus recuerdos de vidas pasadas obligó a la madre investigar sobre la supuesta «Pam Robinson». Para su sorpresa encontró una vieja noticia que mencionaba a Pamela Robinson, que murió en el incendio de Hotel Paxton en 1993, al saltar de una ventana del edificio. ¿Casualidad?

Erika ha explicado a «The Huffington Post» que es imposible el niño conociese la historia de Pam por sí solo y que le costó un par de días procesar todo. Le era imposible dormir ya que constantementepensaba sobre eso. Tan obsesionada estaba que investigó a fondo y consiguió contactar con los familiares de Pam,. Éstos le proporcionaron un dato: dijeron que la fallecida era muy fanática de Stevie Wonder, música que, ¿casualmente? le encantaba a Luke.

Pero de pronto los recuerdos se detuvieron. «Fue como si él la dejara salir. Terminó y ya no tenía nada más que decir de ella».

Erika y Luke aparecieron en un documental titulado «Ghost Inside My Child (Fantasmas dentro de mi hijo)», transmitido por Lifetime Movie Network lo que permitió poner a prueba los recuerdos del niño.

En el documental colocaron una foto de Pam en un pedazo de papel junto con otras fotos de afroamericanas y, sorprendentemente, escogió la imagen correcta.

Para millones de personas, la reencarnación es más que una creencia. Viene a ser una concepción que se presta a hechos objetivos y concretos. Y no son pocos los psicólogos y terapeutas que utilizan la regresión como medio para acceder a una fuente de información que revela cada vez más sorpresas. Su existencia fue objeto de debate en La Rosa de los Vientos por los especialistas Josep Guijarro y Juan Sánchez-Oro.

jueves, 4 de mayo de 2017

Profanan la tumba de la actriz Romy Schneider, la inolvidable Sissi Emperatriz

La tumba de la actriz Romy Schneider, enterrada en el cementerio de Boissy sans Avoir, en la periferia sur de París, fue profanada con el levantamiento y el desplazamiento de la lápida.


Romy Schneider como la mítica Sissi Emperatriz | seestrena.com

Aunque no hay indicios de que haya sufrido saqueo, fuentes de la investigación citadas por los medios locales señalaron que la profanación se produjo probablemente el pasado fin de semana.

En concreto, se descubrió que la lápida ya no estaba sellada y que había sido movida de su ubicación original, aunque tras un primer examen no había señales de que faltara nada en su interior.

Romy Schneider, actriz nacida en Viena y nacionalizada francesa después de desarrollar buena parte de su carrera en Francia, fue encontrada muerta en su domicilio de París en mayo de 1980, a la edad de 43 años.

Había saltado a la fama muy joven gracias a su papel como "Sissi Emperatriz" y en años posteriores dio un giro a su carrera y dejó atrás la imagen de romántica emperatriz. Tuvo actuaciones destacadas en películas como 'El proceso', de Orson Welles, 'El cardenal', de Otto Preminger, 'Lo importante es amar', de Andrzej Zulawski, 'Una vida de mujer', de Claude Sautet, o 'La piscina', de Jacques Deray junto a Alain Delon, con quien mantuvo una relación sentimental.

Romy Schneider estuvo casada en dos ocasiones, con el director de cine alemán Harry Meyen, con quien tuvo un hijo, David, que murió accidentalmente en julio de 1981 cuando tenía 14 años. En 1974 se divorció de Meyen y posteriormente contrajo matrimonio con el también cineasta Daniel Biasini, con quien tuvo una hija, Sarah.

lunes, 1 de mayo de 2017

Regala tu ausencia...

Regala tu ausencia
a quien no valora tu presencia...

Un chino pasa 30 años encerrado porque sus padres creían que estaba poseído por fantasmas

Los padres han explicado que cuando era niño se "volvió anormal" después de que se escapara a los 6 años y fuera llevado por un desconocido a una casa que estaba siendo exorcizada. 


El chino encerrado por sus padres | South China Morning Post

Un chino de 39 años ha permanecido en su casa encerrado durante más de tres décadas porque sus padres creían que estaba poseído por fantasmas, ha informado el diario independiente South China Morning Post. Los padres explicaron a la prensa que cuando era niño se "volvió anormal" después de que se escapara a los 6 años y fuera llevado por un desconocido a una casa que estaba siendo exorcizada.

Después de regresar a su casa, contó su madre, ella y su esposo decidieron encerrarlo porque empezó a correr por las calles y a comer comida de los vecinos. La familia residía en el municipio de Beihai, provincia de Guangxi, en el sur de China, un país donde todavía no hay mucho conocimiento generalizado sobre las enfermedades mentales.

Recientemente circuló en internet un vídeo que mostraba al hombre gritando a través de una ventana con rejas. "El hombre, de rostro pálido y cuerpo delgado, vivía en una habitación oscura y húmeda", apunta el diario.

La madre explicó que ella y su esposo cuidaban de las necesidades cotidianas de su hijo, pero no tenían otra alternativa que mantenerlo encerrado en su casa. En su rescate acudieron efectivos de un hospital local y de un centro psiquiátrico, quienes ahora se encargan de su cuidado.