miércoles, 30 de septiembre de 2015

Leyenda de Leijan y Leyonni

En la sombría penumbra de una antigua habitación, se escucha el alarido de un ser angelical, una divinidad que se oscurece con la sola presencia del ser más demoníaco que le acompaña. Ambos fusionándose en un beso apasionado. Sólo la Luna sabe que aquellos seres opuestos son enemigos en batalla, pero amantes en las noches, donde entregan su amor bajo la luz de aquella diosa tan perfecta; la Luna.
Pues una vez bajó al infierno el ángel más esplendoroso, buscando aventuras dignas de ser recordadas, pero se encontró con algo más que un recuerdo, se encontró con la razón de su destierro.
Leijan era el nombre de aquel ángel, quien vió surgir de las cascadas de lava hirviendo a Leyonni, un demonio femenino que con sus curvas delicadas hacía suspirar hasta al mismísimo Lucifer. Era el símbolo de la lujuria y la vanidad, pero también era astuta.
Durante sus aventuras, ella siempre le recordó al ángel que había sido él quien bajó a buscarla, y que nunca olvidara que ella no sería capaz de amarlo jamás. Que sólo buscaba saciar su sed de placer, pero él nunca se dió por vencido.
El día del destierro de Leijan, el ángel la vió a los ojos y le susurró lo mucho que la amaba, un traidor había sido el culpable de que a ambos los descubrieran mientras se entregaban el uno al otro en el bosque de secuoyas en el mundo de los humanos.
Cuando Leyonni vió alejarse a Leijan hacia la hoguera, algo dentro de ella se detuvo… se situaba en el lugar del corazón, un fuerte retortijón le hizo entender que quizás había una pizca de amor en su ser, pero Leyonni lo negó.
Leijan veía el rostro perdido de Leyonni, y fue al momento de su cabeza ver caer que Leyonni soltó un grito ahogado.

Ella realmente lo había amado.


Mis vigilantes

Mis demonios me están fallando,
no saben vigilar mi Reino,
tendré que soltar mis dragones,
para que nada me vuelva a quitar el sueño.

Abrahel


martes, 29 de septiembre de 2015

Agonía

No sabes lo que fue para mí
verte tendido en esa cama,
algo se rompió dentro de mí,
ese día me rompieron el alma.
Noches en vela sin dormir,
el dolor de verte como estabas,
tantos días encerrados contigo,
hasta por fin ver que te recuperabas.

Abrahel


Venganza

Crearía un Infierno sólo para tí,
dónde cada día tuvieras
una tortura distinta,
y de donde jamás
volvieras a salir.
Poder ver como te quemas
en los fuegos del Inframundo,
y verte sentir el dolor
que tú le hiciste sufrir.
Ver como los demonios
se entretienen contigo,
y con un látigo
arrancarte tu último suspiro.
  Abrahel 


lunes, 28 de septiembre de 2015

La Demonia se refugia en su Reino

Ésta Demonia se refugia en su Reino,
ya no quiere caballitos blancos,
ni angelitos negros.
Mandaré a mis súcubos
para que recorran el terreno,
ya no quiero visitas inesperadas
que intenten colarse en mi Infierno.

Abrahel


¿Dónde estará mi Guerrero?

¿Dónde estará mi Guerrero?
Ése con el que por las noches sueño,
el que a mí me guarde
y me proteja de mis miedos.
Ése que se ganará mi corazón,
el que me hará querer perder la batalla,
y cuidará de mí noche y día
y yo nunca querré que se vaya.

Abrahel

domingo, 27 de septiembre de 2015

Traédme un Guerrero

Invoqué a mis demonios y a ellos les pedí...
Librádme de falsos Caballeros
con sus brillantes armaduras,
que dicen venir a este mi reino
para salvarme de los dragones...
Yo sola lidio con mis dragones
hasta acabar convirtiéndolos
en mis fieles seguidores.
Traédme un Guerrero
que sea fiero en la batalla,
y que su máxima preocupación
no sea el brillo de su cota de malla.
Un Guerrero valiente y leal,
que su vida a su Reina quiera entregar.
Y que su corazón no esté tan duro
como el acero de la espada
que empuña en cada batalla.

Abrahel


Abrahel

Por otro a mi Reino me bajé
y me convertí en Abrahel...
La Reina de los súcubos,
guardiana en mi Infierno,
guarecida con mis dragones,
haciendo temblar el cielo.
Pero has llegado tú,
me has hecho vivir de nuevo,
pongo mi Reino a tus pies,
Abrahel encontró a su Ángel Negro...

Abrahel