El jainismo, cuyo libro sagrado es el Siddharta, fue una forma de resurgimiento del hinduismo, como una renovación de la doctrina que degeneraba. A pesar de su antigüedad subsiste hoy en día en algunas religiones de la India.
Los jainos afirman que de Samsara, la rueda de la vida y la muerte, nacen al mundo seres, que se ubican en los lugares y castas que les corresponden, según haya sido su vida anterior. Con estas existencias, los hombres pueden llegar a la perfección y convertirse en «Devas». Para ello deben experimentar estos tres principios: «la verdadera ciencia», «la verdadera fe» y «la verdadera conducta».
El conocimiento es, con todo, baldío, si no va acompañado del amor al prójimo, a los animales y a la naturaleza en general. Estas virtudes tienen una gran fuerza en el comportamiento jaino. Una norma inalienable para ellos consiste en no maltratar; no cazan, no torturan, ni matan a ningún ser viviente. Otra norma del jainismo, para la cual posee una disciplina completa, es la autoconciencia y el autocontrol. El antiguo «conócete a ti mismo» es para esta religión una regla vital.
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