sábado, 15 de abril de 2017

El Budismo, el alma reencarna

Entroncado junto al jainismo y a la doctrina hinduista, el budismo ha sido y es quizá una de las religiones que más fieles ha tenido a lo largo de la historia.

Fundada hacia mediados del siglo V antes de Cristo, ha llegado hasta nuestro días. Su influencia ha resultado una renovación filosófica y psicológica para el maltratado y materializado mundo occidental.

El budismo, en contra del criterio de numerosos intelectuales y estudiosos, no es una religión sin Dios. Pero su verdad no consiste en especular sobre la dividad del Uno e Increado, sino en dar al hombre un camino de salvación.

Es el sufrimiento que puede afectarle lo que asusta y entristece a Siddharta Gautama, el príncipe, y es la misericordia por el sufrimiento de los hombres lo que hace que, una vez convertido en Buddha, Siddharta Gautama elabore un sistema de salida definitiva del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Gautama se ocupa del ser humano, no de Dios.


El gran impulso, y la originalidad, de esta escuela religiosa fue la divulgación de lo que hasta entonces había permanecido en lo más recóndito de los santuarios, en el mayor secreto de los iniciados: la vida del hombre es plural; el hombre vuelve a la existencia; el alma reencarna, y en esta multiplicidad de vidas conseguirá una perfección que estará muy por encima de la ostenteada por los "devas" (dioses o ángeles).

La doctrina enseñada por Gautama Buddha está contenida en los "Pitakas" o cestos. Dividida en tres partes:
  • La primera parte es la "Vinaya", donde están las tres reglas de la orden monacal establecida por Gautama;
  • El segundo libro es los "Suhas"
  • y el tercero el "Abhiddamma".

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