El 6 de enero de 1914, apareció súbitamente un hombre desnudo en la calle Alta de Chattham, Inglaterra. era un día extremadamente frío, pero el hombre corría desesperadamente sin llevar nada encima. La gente que le vio declaró después que el hombre había surgido de la nada. Sí, de pronto estuvo allí, confuso y asustado.
El hombre corrió calle arriba, calle abajo, hasta que un guardia lo detuvo. Entonces, empezó a balbucir ininteligiblemente, y se mostró incapaz de contestar a las preguntas del policía y a las de los médicos que le examinaron. Por esto certificaron su locura.
Es posible que fuese un loco... pero enloquecido por una experiencia que no podía hacer comprender ni explicar a nadie.
Tal vez hubiese salido una tarde de su tienda de Nueva Zelanda, iniciando el regreso a su hogar, y de pronto sintióse arrastrado a una extraña abertura. Quizá se hallase a sólo tres bloques de su casa, y de repente se encontró en una tierra tan extraña para él como si se tratase de otro planeta.
Tal vez buscó la abertura hacia nuestra dimensión durante días, tal vez semanas, subsistiendo gracias a elementos exóticos que su instinto le dijo que eran alimentos. Tiempo, espacio, longitud, anchura... términos que quizá nada signifiquen en este extraño y nuevo mundo. Luego, al fin, apareció la abertura, cerca, al parecer, del sitio donde había caído... pasó por ella... y se encontró en una calle de Chatthan, en medio del invierno y con sus ropas desmaterializadas por el regreso. O tal vez por la caída.
Charles Fort, coleccionista por excelencia de esta clase de relatos, aseguró que poseía notas de seis personas que, entre el 14 de enero de 1920 y el 9 de diciembre de 1923, habían sido halladas deambulando por las calles o cerca de la pequeña población de Romford, en Inglaterra, «andando por la Ronda Euston de Londres, pero que 9 meses más tarde, lo primero que supo era que se hallaba trabajando en una granja australiana».
Fort sostiene la teoría de que esta teleportación individual podría afectar los recuerdos de los que sobreviven a tal experiencia. También puede volver loco al individuo, como el hombre desnudo al que nos hemos referido antes.
¿Es posible que la teoría de la teleportación o una caída accidental en otra dimensión podría ser la responsable de las apariciones misteriosas de las panteras negras en Inglaterra, de enormes serpientes en Dakota del Sur o de los cocodrilos en los ríos franceses?
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