martes, 29 de agosto de 2017

Cosas que se deben saber sobre los Duendes domésticos (III): Tipología y variedad

Existe una variedad increíble de duendes, aunque solamente nos circunscribamos a España. Sin embargo, aunque su número ha disminuido, toda vez que también a ellos les afecta el progreso de los hombres, en lugares alejados de las ciudades todavía es posible encontrados inquietando a los pobres campesinos que tienen la desgracia de que su casa les resulte atractiva. Con todo, los duendes se han adaptado al mundo moderno de muy desigual forma, si bien algunos, como los tardos y los trasgos, han conseguido un notable éxito en su adaptación y es fácil sufrir sus implacables bromas y travesuras. Otros se han transformado o disfrazado de personajes en los cuales los humanos estén dispuestos a creer, puesto que son conscientes de que ya en los duendes apenas nadie cree en esta época tecnológica, y por eso, gracias a sus facultades transformistas, pueden hacerse pasar por tripulantes de OVNIS, visitantes nocturnos o lo que se tercie. La transformación de estos seres en otras variadas formas, sobre todo de animales, es algo característico del mundo del que proceden. En nuestro mundo físico y material, todas las formas son estables y no suelen cambiar con facilidad, pero en el «mundo astral» o «mundo de los deseos» es muy distinto, porque, según afirman casi todas las doctrinas herméticas, allí las formas cambian a voluntad de la vida que las anima, y los «elementales» en general, como habitantes de ese plano, tienen esta facultad de modificar su forma, aunque, como iremos viendo en las páginas de este libro, suelen inclinarse siempre por algunas muy concretas y determinadas.

Debido a estas circunstancias, los autores hemos tenido difícil el clasificar a estos pequeños seres,
principalmente porque en ocasiones es casi imposible rastrearlos y mucho menos distinguirlos de otro
tipo de manifestaciones, y sobre todo porque su recuerdo se ha ido perdiendo en muchas zonas y regiones españolas. Además, por si esto fuera poco, hay una absoluta falta de claridad y unidad de criterios entre los pocos que se han ocupado de estudiar este fenómeno en el pasado.


Por tanto, para una mayor comprensión, decidimos crear tres grupos fundamentales, teniendo en
cuenta que, como hemos visto, y como denominador común, todos ellos están asociados de una manera directa a los hogares de los seres humanos:

1. Duendes domésticos


Viven en el interior o en los alrededores de las casas humanas, donde se manifiestan preferentemente de noche, momento en el que aprovechan para jugar y divertirse. Algunos pueden llegar incluso a colaborar con los hombres, y es frecuente que, además de traviesos, puedan ser muy molestos. Serían los trasgos, follets y duendes en general, que llegan a alcanzar el medio metro de altura, actúan siempre en la oscuridad o por la noche, huyendo del sol, amando, sin embargo, la luz de la luna o de los pequeños candiles, y esto es así porque, al parecer, las descargas de los vientos fotónicos, emanadas del sol, lastiman su piel etérica, como a nosotros una fuerte tormenta de arena la piel física. Sobre todo, cometen sus fechorías amparados en su invisibilidad, norma que rompen pocas veces, pero las suficientes para que nos hayan llegado algunos datos fragmentarios sobre su aspecto físico. Pueden cambiar de forma a voluntad, pero normalmente se manifiestan como hombrecillos bien proporcionados, salvo la cabeza, que es mucho más grande en relación con el resto de su cuerpo. Reseñable es también el matiz diferenciador existente entre trasgos, duendes y follets, ya que, a pesar de pertenecer al mismo grupo, forman familias separadas. Los primeros —los trasgos— prefieren escoger casas más campestres y rurales, habitando en desvanes o cuadras, a diferencia de los duendes, que son mucho más señoriales (o señoritos) y gregarios. A éstos les gusta habitar, o al menos manifestarse, en hogares más refinados, con más nivel de desarrollo y muchas veces ubicados en ciudades o villas muy pobladas. Los duendes son, por lo general, más inteligentes que sus parientes los trasgos, no tienen agujero en la mano, no cojean y visten ropas más ostentosas, siendo sus bromas mucho más crueles. El follet participa de las cualidades de unos y otros, manteniéndose en un justo término medio en cuanto a sus contactos con el género humano, pues, por un lado, sí tienen agujero en la mano y, por consiguiente, se les conjura como a los trasgos, pero, por otro, siguen a los dueños de la casa, como hacen preferentemente los duendes.

2. Diablillos familiares


Considerados como duendecillos, generalmente con aspecto de diablillos, están ligados no a una casa, sino a una persona, a la que ayudan, convirtiéndose ésta en su dueño. Como tal, puede venderlos, transmitidos en herencia, cederlos, etc. La forma de conseguirlos es, por tanto, muy variada: pueden ser «fabricados», capturados, recibidos como regalo, comprados e incluso invocados mediante determinados rituales secretos, razón por la cual están muy vinculados históricamente a la brujería.
Respecto al tamaño que adoptan, son extremadamente pequeños, ya que caben varios de ellos en un acerico o alfiletero. Actúan en colectividad y, prácticamente, su rastro ha desaparecido en la época actual.

3. Duendes dañinos de dormitorio


Extraña familia de duendes (utilizando esta palabra con ciertas reservas) individualistas y agresivos, viven de absorber la energía vital a los seres humanos y de tener contactos carnales con ellos, provocando pesadillas y enfermedades a los que eligen como víctimas, sobre todo a los niños y mujeres. Actúan generalmente en casas solitarias, donde construyen sus guaridas, y su presencia,
por fortuna, es menos abrumadora que la de los domésticos. Su tamaño oscila desde unos pocos milímetros hasta el medio metro, pudiendo adoptar formas muy variadas, desde grandes manos peludas, perros negros, enanos o pequeñas formas indefinidas. Hemos hecho dos sub categorías dentro de este grupo para entender mejor su complejidad: duendes vampirizantes y duendes lascivos o íncubos.

Además, hablaremos de los «Minúsculos Malignos», que se introducen en el interior del organismo humano para provocar algunas dolencias, aunque lo vamos a hacer con las reservas que en su momento comentaremos y sin cuya presencia no estaría completa en una obra de estas características.

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