BIENVENIDOS A MI MUNDO Aquí encontraréis escritos tanto míos como otros que encuentre interesantes y quiera compartir con vosotros, leyendas, frases, imágenes... Espero que os guste mi Infierno...
domingo, 24 de diciembre de 2017
miércoles, 29 de noviembre de 2017
lunes, 20 de noviembre de 2017
Muere el criminal Charles Manson a los 83 años
Manson estremeció a EEUU en agosto de 1969 con una sangrienta espiral de violencia en la que él y los seguidores de su secta, conocidos como "la familia Manson", asesinaron a siete personas para provocar una guerra racial.
Charles Manson, uno de los criminales más famosos del siglo XX, falleció hoy a los 83 años en un hospital de California (EEUU), informó la hermana de una de sus víctimas al portal TMZ.
Manson estremeció a EEUU en agosto de 1969 con una sangrienta espiral de violencia en la que él y los seguidores de su secta, conocidos como "la familia Manson", asesinaron a siete personas para provocar una guerra racial.
Aquellos crímenes conmocionaron a la sociedad estadounidense y marcaron simbólicamente un punto y aparte en la contracultura de los años 60 y el movimiento hippie.
Entre los asesinados figuraba la actriz Sharon Tate, que estaba a punto de dar a luz a su primer hijo, fruto de su relación con el director Roman Polanski.
Los asesinos utilizaron la sangre de sus víctimas para escribir mensajes en las paredes, mientras seguían las instrucciones que creían escuchar en la canción "Helter Skelter", obra de The Beatles.
Manson sumaba centenares de sanciones por mal comportamiento en la cárcel, donde también se grabó en el entrecejo un tatuaje en forma de una cruz gamada.
El asesino en serie murió en un hospital de la localidad de Bakersfield, explicó a TMZ la hermana de la propia Tate tras recibir una llamada telefónica de oficiales de Corcoran State, la prisión donde permanecía encerrado Manson, que fue condenado en 1971 por su papel en la organización y planificación de los asesinatos perpetrados por sus seguidores.
Manson fue sentenciado a morir en la cámara de gas en 1971. La pena capital fue conmutada a cadena perpetua después de que los tribunales declararan inconstitucional castigar con la muerte a los reclusos en el estado de California.
Tras siete años en prisión fue declarado elegible para obtener la libertad condicional, pero le fue repetidamente denegada después de que autoridades concluyeran que era un preso aún muy peligroso.
En los últimos 20 años, Manson siempre se negó a comparecer en sus vistas para la libertad condicional y en una entrevista concedida a Vanity Fair en 2011 se describió como un hombre "mezquino, sucio, forajido y malo" y aseguró que fue condenado por "ser la voluntad de Dios".
En un reportaje publicado en 1970 por la revista Rolling Stone sobre los asesinatos perpetrados por "La familia", se le consideró entonces "el hombre vivo más peligroso".
Leslie Van Houten, la miembro más joven de ese clan, explicó en su momento que Manson les había "lavado el cerebro" con sexo, LSD, lecturas constantes de pasajes de la Biblia, repetidas escuchas del disco "White Album", de The Beatles, y otros textos sobre su deseo de lanzar una revolución.
Charles Manson, uno de los criminales más famosos del siglo XX, falleció hoy a los 83 años en un hospital de California (EEUU), informó la hermana de una de sus víctimas al portal TMZ.
Manson estremeció a EEUU en agosto de 1969 con una sangrienta espiral de violencia en la que él y los seguidores de su secta, conocidos como "la familia Manson", asesinaron a siete personas para provocar una guerra racial.
Aquellos crímenes conmocionaron a la sociedad estadounidense y marcaron simbólicamente un punto y aparte en la contracultura de los años 60 y el movimiento hippie.
Entre los asesinados figuraba la actriz Sharon Tate, que estaba a punto de dar a luz a su primer hijo, fruto de su relación con el director Roman Polanski.
Los asesinos utilizaron la sangre de sus víctimas para escribir mensajes en las paredes, mientras seguían las instrucciones que creían escuchar en la canción "Helter Skelter", obra de The Beatles.
Manson sumaba centenares de sanciones por mal comportamiento en la cárcel, donde también se grabó en el entrecejo un tatuaje en forma de una cruz gamada.
El asesino en serie murió en un hospital de la localidad de Bakersfield, explicó a TMZ la hermana de la propia Tate tras recibir una llamada telefónica de oficiales de Corcoran State, la prisión donde permanecía encerrado Manson, que fue condenado en 1971 por su papel en la organización y planificación de los asesinatos perpetrados por sus seguidores.
Manson fue sentenciado a morir en la cámara de gas en 1971. La pena capital fue conmutada a cadena perpetua después de que los tribunales declararan inconstitucional castigar con la muerte a los reclusos en el estado de California.
Tras siete años en prisión fue declarado elegible para obtener la libertad condicional, pero le fue repetidamente denegada después de que autoridades concluyeran que era un preso aún muy peligroso.
En los últimos 20 años, Manson siempre se negó a comparecer en sus vistas para la libertad condicional y en una entrevista concedida a Vanity Fair en 2011 se describió como un hombre "mezquino, sucio, forajido y malo" y aseguró que fue condenado por "ser la voluntad de Dios".
En un reportaje publicado en 1970 por la revista Rolling Stone sobre los asesinatos perpetrados por "La familia", se le consideró entonces "el hombre vivo más peligroso".
Leslie Van Houten, la miembro más joven de ese clan, explicó en su momento que Manson les había "lavado el cerebro" con sexo, LSD, lecturas constantes de pasajes de la Biblia, repetidas escuchas del disco "White Album", de The Beatles, y otros textos sobre su deseo de lanzar una revolución.
viernes, 13 de octubre de 2017
El origen del temor a los viernes 13: La maldición de los templarios
En una fecha así, 13 de octubre de 1307, el Rey de Francia inició la persecución de los templarios que terminó con su último gran maestre lanzando una amenaza profética antes de ser quemado vivo: «No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia». Un año después fallecieron el Monarca galo y el Papa que lo toleró.
La aversión al número 13 está fuertemente arraigada en la cultura occidental. En la Última Cena había trece personas (doce apóstoles y Jesús), siendo Judas el traidor, el número 13. En el Apocalipsis, el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. A su vez, la Cábala –una disciplina de pensamiento esotérico relacionada con el judaísmo– enumera a 13 espíritus malignos; al igual que las leyendas nórdicas, donde Loki, el dios de las travesuras, aparece en ocasiones citado como el invitado número 13. Por su parte, el viernes según la tradición cristiana es el día que Jesucristo de Nazaret fue crucificado. Además, algunos estudiosos de la Biblia creen que Eva tentó a Adán con la fruta prohibida un viernes y que Abel fue asesinado por su hermano Caín el quinto día de la semana. Cabe recordar que los siete días de la semana –establecidos en función del tiempo en el que transcurre un ciclo lunar– son definidos por las religiones judeo-cristianas y musulmanas como el tiempo que tardó Dios en crear los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos.
El viernes, considerado por las razones anteriores un día aciago por la tradición cristiana, coincide entre 1 y 3 veces por año con el número de la mala suerte, el 13, dando lugar a la fecha más «maldita», de la que cine y literatura han dado buena cuenta. No en vano, el miedo por los viernes 13 tiene su epicentro histórico en una fecha que quedó marcada por el misterio y la traición: el viernes 13 de octubre de 1307. En la madrugada de este día, el Rey francés Felipe IV inició una brutal persecución contra la Orden de los Caballeros Templarios que provocó el arresto masivo de sus miembros.
Felipe IV persuadió al Papa Clemente V para que iniciase un proceso contra los templarios acusándolos de sacrilegio a la cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos a través de la práctica de ritos heréticos. Especialmente humillante –bajo el prisma de la época– era la acusación de practicar actos homosexuales entre los caballeros de la Orden del Temple, que vivían a medio camino entre la austeridad de un monje y las exigencias de un guerrero. No obstante, se trataban de falsedades sin base alguna para ocultar las verdaderas causas de carácter económico. El Rey de Francia –donde los templarios vertebraban la mayor parte de la influencia y el patrimonio adquiridos durante las Cruzadas– coaligado con el papado y los dominicos ambicionaban acabar con la poderosa y acaudalada orden militar, convertida en el principal prestamista de la Corona francesa y de otros países europeos.
Clemente V, pese a ser francés y antiguo arzobispo de Burdeos, mostró inicialmente su oposición a la guerra que Felipe IV pretendía desencadenar contra los templarios, puesto que necesitaba de su ayuda militar para iniciar una nueva cruzada en la zona de Palestina. Sin embargo, la negativa del último gran maestre, Jacques de Molay al proyecto Rex Bellator –impulsado por la Corona de Aragón para fusionar todas las órdenes militares bajo un único rey soltero o viudo– predispuso al Papa en contra de la Orden.
En 1307, Jacobo de Molay, secundando los deseos papales de Cruzada, llegó a Francia para reclutar tropas y abastecerse de vituallas. A su paso por el país escuchó las calumnias propagadas contra su Orden por el Monarca francés. Para ello se sirvió de las acusaciones de Esquieu de Floyran, un espía al que Jaime II de Aragón había expulsado de su corte por verter falsedades contra los templarios pero que fue recibido con los brazos abiertos por el Rey galo, deseoso de provocar su caída a cualquier precio.
Ofendido por la campaña de desprestigio contra la Orden del Temple, Jacobo de Molay acudió ante el Papa solicitando un examen formal para desacreditar las burdas calumnias. Accedió Clemente V a sus deseos y así se lo comunicó al Monarca francés por carta del 24 de agosto de 1307. Pero Felipe IV, quien había intentado entrar sin éxito entre las filas templarías cuando se quedó viudo, no estaba dispuesto a dilatar el asunto y cerró el puño sobre su presa. Aconsejado por su ministro Guillermo de Nogaret, Felipe IV despachó correos a todos los lugares de su reino con órdenes estrictas de que nadie los abriera hasta la noche previa a la operación: el jueves, 12 de octubre de 1307. Los pliegos ordenaban la captura de todos los templarios y la requisa de sus bienes.
El 12 de octubre de 1307, a la salida de los funerales de la condesa de Valois, el maestre Molay y su séquito fueron arrestados y encarcelados. Y durante la madrugada del viernes 13, la mayoría de los templarios franceses fueron apresados y sus bienes confiscados bajo pretexto de la Inquisición. La resistencia militar fue mínima a causa de la avanzada edad de los guerreros que permanecían en Francia. Los jóvenes se encontraban preparando la inminente cruzada en la base de Chipre.
Para mitigar el escándalo, el Rey publicó un manifiesto donde involucraba al Papa en la decisión. Cuando Clemente V se enteró de la detención, reprendió al Monarca y envió dos cardenales, Berenguer de Frédol y Esteban de Suisy, para reclamar las personas y bienes de los encausados. Tras pactar con el Papa las condiciones del proceso, Felipe IV consiguió la facultad de juzgar a los miembros franceses de la Orden del Temple y administrar la mayoría de sus bienes. No obstante, el proceso fue del todo irregular. Sin ir más lejos, los templarios habían de ser juzgados con respecto al Derecho canónico y no por la justicia ordinaria de Francia. Asimismo, Guillermo de Nogaret –mano ejecutora del Rey– estuvo bajo la excomunión formal de la Iglesia desde el principio hasta el fin de los procesos.
Por medio de la tortura, la Inquisición obtuvo las declaraciones que deseaba, incluso del Gran Maestre, pero estas confesiones fueron revocadas por la mayoría de los acusados posteriormente. Mientras el Papa tomaba una decisión definitiva sobre la Orden y el futuro del Gran Maestre y el resto de cargos superiores, un goteo de templarios fue pasando por la hoguera en medio de un sinfín de irregularidades y el recelo del pueblo llano. En 1314, Jacobo de Molay, Godofredo de Charney, maestre en Normandía, Hugo de Peraud, visitador de Francia, y Godofredo de Goneville, maestre de Aquitania, fueron condenados a cadena perpetua, gracias a la interferencia del Papa y de importantes nobles europeos. No en vano, encima de un patíbulo alzado delante de Notre-Dame, donde se les comunicó la pena, los máximos representantes de la orden renegaron de sus confesiones: «¡Nos consideramos culpables, pero no de los delitos que se nos imputan, sino de nuestra cobardía al haber cometido la infamia de traicionar al Temple por salvar nuestras miserables vidas!». El desafío de los líderes templarios, rompiendo lo pactado, les condenó a muerte.
Aquel mismo día, se alzó una enorme pira en un islote del Sena, denominado Isla de los Judíos, donde los cuatro dirigentes fueron llevados a la hoguera. Según se cuenta entre el mito y la realidad, antes de ser consumido por las llamas, Jacobo de Molay se dirigió a los hombres que habían perpetrado la caída de los templarios: «Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia. Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta seguridad». Fuera real la frase o un adorno literario añadido posteriormente por los cronistas, la verdad es que antes de un año fallecieron tanto Felipe IV como Clemente V.
En el resto de Europa, la persecución templaria no fue tan violenta y sus miembros fueron absueltos en la mayor parte de los casos. Sus bienes, no en vano, fueron repartidos entre la nobleza o integrados en otras órdenes militares como la de los Hospitalarios.
La aversión al número 13 está fuertemente arraigada en la cultura occidental. En la Última Cena había trece personas (doce apóstoles y Jesús), siendo Judas el traidor, el número 13. En el Apocalipsis, el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. A su vez, la Cábala –una disciplina de pensamiento esotérico relacionada con el judaísmo– enumera a 13 espíritus malignos; al igual que las leyendas nórdicas, donde Loki, el dios de las travesuras, aparece en ocasiones citado como el invitado número 13. Por su parte, el viernes según la tradición cristiana es el día que Jesucristo de Nazaret fue crucificado. Además, algunos estudiosos de la Biblia creen que Eva tentó a Adán con la fruta prohibida un viernes y que Abel fue asesinado por su hermano Caín el quinto día de la semana. Cabe recordar que los siete días de la semana –establecidos en función del tiempo en el que transcurre un ciclo lunar– son definidos por las religiones judeo-cristianas y musulmanas como el tiempo que tardó Dios en crear los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos.
El viernes, considerado por las razones anteriores un día aciago por la tradición cristiana, coincide entre 1 y 3 veces por año con el número de la mala suerte, el 13, dando lugar a la fecha más «maldita», de la que cine y literatura han dado buena cuenta. No en vano, el miedo por los viernes 13 tiene su epicentro histórico en una fecha que quedó marcada por el misterio y la traición: el viernes 13 de octubre de 1307. En la madrugada de este día, el Rey francés Felipe IV inició una brutal persecución contra la Orden de los Caballeros Templarios que provocó el arresto masivo de sus miembros.
Felipe IV persuadió al Papa Clemente V para que iniciase un proceso contra los templarios acusándolos de sacrilegio a la cruz, herejía, sodomía y adoración a ídolos paganos a través de la práctica de ritos heréticos. Especialmente humillante –bajo el prisma de la época– era la acusación de practicar actos homosexuales entre los caballeros de la Orden del Temple, que vivían a medio camino entre la austeridad de un monje y las exigencias de un guerrero. No obstante, se trataban de falsedades sin base alguna para ocultar las verdaderas causas de carácter económico. El Rey de Francia –donde los templarios vertebraban la mayor parte de la influencia y el patrimonio adquiridos durante las Cruzadas– coaligado con el papado y los dominicos ambicionaban acabar con la poderosa y acaudalada orden militar, convertida en el principal prestamista de la Corona francesa y de otros países europeos.
Las calumnias se convierten en acusaciones
Clemente V, pese a ser francés y antiguo arzobispo de Burdeos, mostró inicialmente su oposición a la guerra que Felipe IV pretendía desencadenar contra los templarios, puesto que necesitaba de su ayuda militar para iniciar una nueva cruzada en la zona de Palestina. Sin embargo, la negativa del último gran maestre, Jacques de Molay al proyecto Rex Bellator –impulsado por la Corona de Aragón para fusionar todas las órdenes militares bajo un único rey soltero o viudo– predispuso al Papa en contra de la Orden.
En 1307, Jacobo de Molay, secundando los deseos papales de Cruzada, llegó a Francia para reclutar tropas y abastecerse de vituallas. A su paso por el país escuchó las calumnias propagadas contra su Orden por el Monarca francés. Para ello se sirvió de las acusaciones de Esquieu de Floyran, un espía al que Jaime II de Aragón había expulsado de su corte por verter falsedades contra los templarios pero que fue recibido con los brazos abiertos por el Rey galo, deseoso de provocar su caída a cualquier precio.
Ofendido por la campaña de desprestigio contra la Orden del Temple, Jacobo de Molay acudió ante el Papa solicitando un examen formal para desacreditar las burdas calumnias. Accedió Clemente V a sus deseos y así se lo comunicó al Monarca francés por carta del 24 de agosto de 1307. Pero Felipe IV, quien había intentado entrar sin éxito entre las filas templarías cuando se quedó viudo, no estaba dispuesto a dilatar el asunto y cerró el puño sobre su presa. Aconsejado por su ministro Guillermo de Nogaret, Felipe IV despachó correos a todos los lugares de su reino con órdenes estrictas de que nadie los abriera hasta la noche previa a la operación: el jueves, 12 de octubre de 1307. Los pliegos ordenaban la captura de todos los templarios y la requisa de sus bienes.
El 12 de octubre de 1307, a la salida de los funerales de la condesa de Valois, el maestre Molay y su séquito fueron arrestados y encarcelados. Y durante la madrugada del viernes 13, la mayoría de los templarios franceses fueron apresados y sus bienes confiscados bajo pretexto de la Inquisición. La resistencia militar fue mínima a causa de la avanzada edad de los guerreros que permanecían en Francia. Los jóvenes se encontraban preparando la inminente cruzada en la base de Chipre.
Para mitigar el escándalo, el Rey publicó un manifiesto donde involucraba al Papa en la decisión. Cuando Clemente V se enteró de la detención, reprendió al Monarca y envió dos cardenales, Berenguer de Frédol y Esteban de Suisy, para reclamar las personas y bienes de los encausados. Tras pactar con el Papa las condiciones del proceso, Felipe IV consiguió la facultad de juzgar a los miembros franceses de la Orden del Temple y administrar la mayoría de sus bienes. No obstante, el proceso fue del todo irregular. Sin ir más lejos, los templarios habían de ser juzgados con respecto al Derecho canónico y no por la justicia ordinaria de Francia. Asimismo, Guillermo de Nogaret –mano ejecutora del Rey– estuvo bajo la excomunión formal de la Iglesia desde el principio hasta el fin de los procesos.
Una amenaza, que resultó ser una profecía
Por medio de la tortura, la Inquisición obtuvo las declaraciones que deseaba, incluso del Gran Maestre, pero estas confesiones fueron revocadas por la mayoría de los acusados posteriormente. Mientras el Papa tomaba una decisión definitiva sobre la Orden y el futuro del Gran Maestre y el resto de cargos superiores, un goteo de templarios fue pasando por la hoguera en medio de un sinfín de irregularidades y el recelo del pueblo llano. En 1314, Jacobo de Molay, Godofredo de Charney, maestre en Normandía, Hugo de Peraud, visitador de Francia, y Godofredo de Goneville, maestre de Aquitania, fueron condenados a cadena perpetua, gracias a la interferencia del Papa y de importantes nobles europeos. No en vano, encima de un patíbulo alzado delante de Notre-Dame, donde se les comunicó la pena, los máximos representantes de la orden renegaron de sus confesiones: «¡Nos consideramos culpables, pero no de los delitos que se nos imputan, sino de nuestra cobardía al haber cometido la infamia de traicionar al Temple por salvar nuestras miserables vidas!». El desafío de los líderes templarios, rompiendo lo pactado, les condenó a muerte.
Aquel mismo día, se alzó una enorme pira en un islote del Sena, denominado Isla de los Judíos, donde los cuatro dirigentes fueron llevados a la hoguera. Según se cuenta entre el mito y la realidad, antes de ser consumido por las llamas, Jacobo de Molay se dirigió a los hombres que habían perpetrado la caída de los templarios: «Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia. Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta seguridad». Fuera real la frase o un adorno literario añadido posteriormente por los cronistas, la verdad es que antes de un año fallecieron tanto Felipe IV como Clemente V.
En el resto de Europa, la persecución templaria no fue tan violenta y sus miembros fueron absueltos en la mayor parte de los casos. Sus bienes, no en vano, fueron repartidos entre la nobleza o integrados en otras órdenes militares como la de los Hospitalarios.
jueves, 12 de octubre de 2017
El muñeco de nieve
El principal detective de una brigada anticrimen (Fassbender) comienza a investigar la desaparición de una víctima de las primeras nieves del invierno con la sospecha de que un asesino en serie ha vuelto a la acción. Con la ayuda de una brillante agente (Ferguson), deberá conectar décadas de casos sin resolver con los brutales acontecimientos presentes con la esperanza de atrapar al responsable de atrocidades inimaginables antes de la próxima nevada.
Fecha de Estreno: Jueves, 12 de Octubre de 2017
jueves, 28 de septiembre de 2017
Jeanne Weber, la estranguladora de niños de París
Quien haya seguido la crónica que vamos subiendo en este blog, habrá podido comprobar que la mente humana es un territorio inhóspito, en el que caben no pocas perversiones y crueldades.
Normalmente, son los hombres los que son artífices de las tropelías que se registran en estas Historias Negras, quien sabe por qué motivo, pero en las páginas oscuras de la Historia también hay un lugar para mujeres que han cometido los más trágicos y terribles crímenes.
Sus métodos suelen ser más sutiles y sus motivaciones están más ocultas que en el caso de los varones, pero sus actos son, al fin y al cabo, execrables.
Los motivos de Jeanne Weber quedan ocultos, quizás por la época en que vivió, unos años en los que el estudio de la psique apenas daba sus primeros pasos y las excusas para los encausados eran de lo más extravagantes.
Jeanne Weber creció en la costa de Fráncia, pero viajó a París, una Ciudad Luz que en 1899 tenía tantas sombras como era de esperar en una metrópoli europea de fin de siglo, en busca de fortuna e intentando progresar socialmente.
Al poco de llegar, contrajo matrimonio con Marcel Weber, del que tomó el apellido, y en poco tiempo, era madre, en apariencia feliz, de tres niños de aspecto sano y rollizo.
Pocos años después de entrar en el siglo XX, la primera desgracia golpeó a la familia Weber. Sus dos hijos menores murieron. Al parecer, la terrible epidemia de bronquitis que asolaba Francia sesgó la vida de los dos pequeños. Sólo unas pequeñas manchas rojas en sus frágiles cuellos señalaban una muerte trágica.
La serenidad que transmitía Jeanne, unida a la tristeza que se sembró en su vida, hizo que varias vecinas se apiadaran de ella y le ofrecieran cuidar de sus niños, mientras ellas acudían a la dura labor en las fábricas.
Inexplicablemente, dos de esos niños amanecieron muertos sendas mañanas, a causa de una extraña infección pulmonar que los médicos no eran capaces de determinar.
En sus cuellos, nuevamente, aparecían unas débiles marcas rojas.
Por el momento, el nombre de Jeanne estaba fuera de toda sospecha. Incluso sus cuñados apoyaron a la joven, y le ofrecieron cuidar a su pequeña Georgette, de dieciocho meses de edad.
El 2 de marzo de 1905 se escribió otra tragedia alrededor de la figura de la niñera. La adorable Georgetta apareció muerta. Las marcas rojas determinaban, a ojos de un experto, la similitud entre todas las muertes ocurridas.
Sin embargo, los llantos de la niñera acompañaban a los de los padres, y nadie sospechó que ella pudiera haber hecho algo para causar tales desgracias.
Jeanne continuó trabajando como niñera, cuidando a Suzzane, una niña de tres años.
No hace falta entrar en detalles. Seguro que el avezado lector ya supone el final de esta nueva aventura laboral.
En esta ocasión, los rumores comenzaron a circular por Montmartre, lugar de residencia de la mujer. Casi todo el mundo relacionaba a Jeanne con las tragedias, pero las circunstáncias de esa época en París tapó el asunto. Demasiadas muertes por enfermedad ocultaban los indicios de muertes extrañas a manos de un infanticida.
A las pocas semanas estaba cuidando a Germaine, que sufrió espasmos y convulsiones en dos ocasiones. Superó ambas crisis, pero a la tercera, falleció.
Cuando su nombre era ya considerado un síntoma de mal agüero y los rumores se disparaban, en el mismo día del entierro de la niña surgió una noticia. El hijo de Jeanne que todavía vivía, había muerto esa misma noche, en circunstáncias tan extrañas como el resto.
Esta situación evitó que le inculparan, ya que la pena de la niñera era tremenda. La casualidad, y no otra cosa, era la causante de todas las muertes.
Por fin, una de las madres cuyos hijos cuidaba, se percató de lo sucedido. Llegó a casa en mitad de una crisis de asfixia de la niña, de sólo diez meses de edad. En el cuello de la criatura, las marcas rojas ya tan habituales.
Sólo la intervención de la policía evitó que la mujer fuera linchada allí mismo y fue trasladada a prisión, donde un inspector investigó toda su trayectoria.
El 29 de enero de 1906 dio comienzo el juicio, pero inexplicablemente, salió indemne de todos los cargos. Un prestigioso médico de la ciudad,León Thoinot, expuso de manera muy efectiva como todos los niños habían muerto por causas materiales y la pobre Jeanne era víctima de la mala suerte, o es que estaba embrujada (un argumento muy convincente, viniendo de un científico, pero claro, era otra época).
Aún así, ya no tenía sitio en París, y tuvo que viajar hasta la campiña francesa Allí, otra vez, se encargó del cuidado de un niño, que apareció muerto. En su cuello, otra vez, las delatoras marcas rojas.
En París se supo de la noticia y en los mentideros de la capital no cabía duda alguna: era otro asesinato perpetrado por la niñera.
El doctor Thoinet desestimó nuevamente esta hipótesis, alegando que la enfermedad de Auguste, el niño, no había podido ser diagnosticada con éxito por los médicos rurales.
La todavía joven mujer fue contratada entonces, por aquello del destino, en un hogar de acogida para niños en Orgeville. Todo un desafío para la infanticida, desde luego.
A las pocas semanas fue sorprendida intentando estrangular a un niño de seis años, pero abandonó el trabajo sin más consecuencias.
Se estableció como prostituta en una pensión parisiense, donde mató al hijo de la matrona. En esa ocasión, hasta el doctor Thoinot tuvo que rendirse a la evidencia, aunque mantenía la inocencia de Jeanne en los anteriores asesinatos. No fue condenada, sino que se trasladó hasta el sanatorio mental de Nueva Caledona, donde falleció en 1909, víctima de sus propias manos. Sin que nadie se lo explique, la estranguladora de París acabó con su vida ahogándose ella misma.
Normalmente, son los hombres los que son artífices de las tropelías que se registran en estas Historias Negras, quien sabe por qué motivo, pero en las páginas oscuras de la Historia también hay un lugar para mujeres que han cometido los más trágicos y terribles crímenes.
Sus métodos suelen ser más sutiles y sus motivaciones están más ocultas que en el caso de los varones, pero sus actos son, al fin y al cabo, execrables.
Los motivos de Jeanne Weber quedan ocultos, quizás por la época en que vivió, unos años en los que el estudio de la psique apenas daba sus primeros pasos y las excusas para los encausados eran de lo más extravagantes.
Jeanne Weber creció en la costa de Fráncia, pero viajó a París, una Ciudad Luz que en 1899 tenía tantas sombras como era de esperar en una metrópoli europea de fin de siglo, en busca de fortuna e intentando progresar socialmente.
Al poco de llegar, contrajo matrimonio con Marcel Weber, del que tomó el apellido, y en poco tiempo, era madre, en apariencia feliz, de tres niños de aspecto sano y rollizo.
Pocos años después de entrar en el siglo XX, la primera desgracia golpeó a la familia Weber. Sus dos hijos menores murieron. Al parecer, la terrible epidemia de bronquitis que asolaba Francia sesgó la vida de los dos pequeños. Sólo unas pequeñas manchas rojas en sus frágiles cuellos señalaban una muerte trágica.
La serenidad que transmitía Jeanne, unida a la tristeza que se sembró en su vida, hizo que varias vecinas se apiadaran de ella y le ofrecieran cuidar de sus niños, mientras ellas acudían a la dura labor en las fábricas.
Inexplicablemente, dos de esos niños amanecieron muertos sendas mañanas, a causa de una extraña infección pulmonar que los médicos no eran capaces de determinar.
En sus cuellos, nuevamente, aparecían unas débiles marcas rojas.
Por el momento, el nombre de Jeanne estaba fuera de toda sospecha. Incluso sus cuñados apoyaron a la joven, y le ofrecieron cuidar a su pequeña Georgette, de dieciocho meses de edad.
El 2 de marzo de 1905 se escribió otra tragedia alrededor de la figura de la niñera. La adorable Georgetta apareció muerta. Las marcas rojas determinaban, a ojos de un experto, la similitud entre todas las muertes ocurridas.
Sin embargo, los llantos de la niñera acompañaban a los de los padres, y nadie sospechó que ella pudiera haber hecho algo para causar tales desgracias.
Jeanne continuó trabajando como niñera, cuidando a Suzzane, una niña de tres años.
No hace falta entrar en detalles. Seguro que el avezado lector ya supone el final de esta nueva aventura laboral.
En esta ocasión, los rumores comenzaron a circular por Montmartre, lugar de residencia de la mujer. Casi todo el mundo relacionaba a Jeanne con las tragedias, pero las circunstáncias de esa época en París tapó el asunto. Demasiadas muertes por enfermedad ocultaban los indicios de muertes extrañas a manos de un infanticida.
A las pocas semanas estaba cuidando a Germaine, que sufrió espasmos y convulsiones en dos ocasiones. Superó ambas crisis, pero a la tercera, falleció.
Cuando su nombre era ya considerado un síntoma de mal agüero y los rumores se disparaban, en el mismo día del entierro de la niña surgió una noticia. El hijo de Jeanne que todavía vivía, había muerto esa misma noche, en circunstáncias tan extrañas como el resto.
Esta situación evitó que le inculparan, ya que la pena de la niñera era tremenda. La casualidad, y no otra cosa, era la causante de todas las muertes.
Por fin, una de las madres cuyos hijos cuidaba, se percató de lo sucedido. Llegó a casa en mitad de una crisis de asfixia de la niña, de sólo diez meses de edad. En el cuello de la criatura, las marcas rojas ya tan habituales.
Sólo la intervención de la policía evitó que la mujer fuera linchada allí mismo y fue trasladada a prisión, donde un inspector investigó toda su trayectoria.
El 29 de enero de 1906 dio comienzo el juicio, pero inexplicablemente, salió indemne de todos los cargos. Un prestigioso médico de la ciudad,León Thoinot, expuso de manera muy efectiva como todos los niños habían muerto por causas materiales y la pobre Jeanne era víctima de la mala suerte, o es que estaba embrujada (un argumento muy convincente, viniendo de un científico, pero claro, era otra época).
Aún así, ya no tenía sitio en París, y tuvo que viajar hasta la campiña francesa Allí, otra vez, se encargó del cuidado de un niño, que apareció muerto. En su cuello, otra vez, las delatoras marcas rojas.
En París se supo de la noticia y en los mentideros de la capital no cabía duda alguna: era otro asesinato perpetrado por la niñera.
El doctor Thoinet desestimó nuevamente esta hipótesis, alegando que la enfermedad de Auguste, el niño, no había podido ser diagnosticada con éxito por los médicos rurales.
La todavía joven mujer fue contratada entonces, por aquello del destino, en un hogar de acogida para niños en Orgeville. Todo un desafío para la infanticida, desde luego.
A las pocas semanas fue sorprendida intentando estrangular a un niño de seis años, pero abandonó el trabajo sin más consecuencias.
Se estableció como prostituta en una pensión parisiense, donde mató al hijo de la matrona. En esa ocasión, hasta el doctor Thoinot tuvo que rendirse a la evidencia, aunque mantenía la inocencia de Jeanne en los anteriores asesinatos. No fue condenada, sino que se trasladó hasta el sanatorio mental de Nueva Caledona, donde falleció en 1909, víctima de sus propias manos. Sin que nadie se lo explique, la estranguladora de París acabó con su vida ahogándose ella misma.
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Madre!
Un poeta en horas bajas su joven esposa viven en una vieja casa de campo aislada. Un día, un extraño y su esposa se presentan en la casa. Su visita provocará que el poeta recupere la inspiración que había perdido y escriba la obra que le traerá la ansiada fama, pero que también cambiará la vida de todos los que se encuentran bajo el mismo techo.
Del director Darren Aronofsky (Cisne Negro, Requiem por un Sueño) llega madre!, que en su reparto cuenta con Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer en este fascinante thriller psicológico sobre el amor, la devoción y el sacrificio.
Fecha de Estreno: Viernes, 29 de Septiembre de 2017
lunes, 25 de septiembre de 2017
sábado, 23 de septiembre de 2017
Distintas teorías sobre el origen de las Hadas
Popularmente, se cree que las hadas y el resto de la Gente Menuda se remontan a los tiempos más
antiguos de la Tierra, cuando todavía estaban en formación los montes y los océanos y aún no había
surgido el primer homo sapiens. Vivían en un lugar determinado del planeta, aunque no tardaron en
extenderse por zonas y regiones cada vez más alejadas entre sí, al tiempo que se iban formando las
montañas, los mares y los ríos, y aparecía el hombre primitivo.
Para explicar su remoto origen, existen una serie de leyendas que entroncan casi todas ellas con una
fuente común: la «caída» de los ángeles. Veamos algunas:
el que hallábase Eva lavando a sus hijos en las orillas de un río cuando Yahvé le habló. Asustada,
escondió a los hijos que no había lavado todavía, y le preguntó Yahvé si estaban allí todos sus hijos, y
ella le contestó que sí. Como no le convenció esta respuesta, advirtió a Eva que aquellos que le había
ocultado quedarían ocultos al hombre también. Estos niños se convirtieron en elfos o hadas, y en los
países escandinavos se les denominó como la raza huldre. Las jóvenes huldre son de una gran belleza, pero provistas con largas colas de vaca o apareciendo con las espaldas hundidas, y sólo son hermosas de frente, respondiendo así al engaño de su origen.
Lo cierto es que todas las culturas y todos los pueblos primitivos han adorado a viejos espíritus de la
naturaleza, suscitados por el animismo creencia religiosa que considera que todo ser viviente y todo
objeto alberga un espíritu o fuerza interior, que más tarde dieron nacimiento, entre los babilonios y los griegos, a deidades terrestres y acuáticas, con toda una sofisticada genealogía de dioses. Se han
formulado muchas teorías sobre la posible etimología de las hadas, haciéndolas algunos descender de
antiguas divinidades celtas (la diosa Dana) y otros de las Dianas romanas. En realidad, tanto su origen como sus posibles etimologías se pierden en la noche de los tiempos al tratarse de seres que se han ido adaptando a las circunstancias de las épocas, pues no siempre se han llamado hadas, ni ninfas, ni lamias, ni elfos… pero siempre han permanecido con nosotros, eso sí, con diversas apariencias y revestidos de numerosos nombres.
Entre los pueblos germánicos y celtas, la evolución de estas creencias arcaicas originó una multitud
de seres fabulosos con los que se poblaron los bosques y selvas de la vieja Europa, alcanzando una
mayor popularidad entre todos ellos los enanos (recordemos a los Nibelungos) y las hadas. Se ha creído ver en estas criaturas el recuerdo de algunas razas humanas de menor tamaño que hace mucho tiempo (el érase una vez… de los cuentos) habrían habitado la Tierra y que, huyendo de las razas de hombres de mayor estatura, se refugiaron en las regiones más inaccesibles (sobre todo en el interior del planeta), pero conservando ciertos poderes que de alguna manera los hacían superiores al resto de los humanos.
Con el paso de los milenios, las hadas se dispersaron y vieron cómo tomaban forma los ríos, las
fuentes y los seres vivos. A continuación se especializaron. Unas, las hadas de los bosques y de las
llanuras, se transformaron en protectoras de los seres vivos, de las plantas, de los animales y, por
supuesto, del hombre, al que apoyaron en sus difíciles comienzos. Se dice que con su ayuda se levantaron los dólmenes, situados en lugares especiales para controlar las fuerzas telúricas y mejorar la agricultura o controlar a las fuerzas de la naturaleza, como el desbordamiento de los ríos y arroyos o los efectos de los terremotos. Las hadas de las fuentes se establecieron junto a los ríos o en los lagos y facilitaron el agua a las tierras vecinas; las de las montañas cuidaron de los desprendimientos y de los aludes, y las del subsuelo cuidaron de los tesoros de la tierra.
Paso a paso, las hadas controlaron sus formas, que adaptaron en nuestro mundo a nuestra imagen,
pareciéndose a los seres humanos, pero siendo mucho más hermosas. Sin embargo, sus subespecies son infinitas y es imposible recopilarlas, dado que aparecen en todas las culturas y en todo el mundo, con características diferenciales.
La mayor parte de los folcloristas y autores que han estudiado el mundo de los elementales utilizan el
término hada de forma muy amplia e incluso genérica, para denominar a todos los tipos de mujeres
sobrenaturales de los cuentos y leyendas. Este fenómeno no es sólo propio de nuestro país, sino que se extiende a toda Europa, donde la palabra «hada» puede incluso llegar a utilizarse como sinónimo de cualquier elemental (por ejemplo, en Francia e Inglaterra las palabras fée —hada— y elf —elfo— se usan habitualmente como equiparable a «Gente Menuda», por eso se habla de mundo feérico o de mundo élfico). Esto puede aceptarse cuando la referencia se hace sobre el mundo en el que viven estos seres mágicos, que es universalmente conocido como «el País de las Hadas», pero debe limitarse cuando de quien hablamos es de las hadas como tales, a las que podríamos definir como espíritus de naturaleza femenina, vinculadas a las más bellas manifestaciones de la vida, en especial a las flores, a los ríos, a las fuentes, a los bosques y a los niños.
antiguos de la Tierra, cuando todavía estaban en formación los montes y los océanos y aún no había
surgido el primer homo sapiens. Vivían en un lugar determinado del planeta, aunque no tardaron en
extenderse por zonas y regiones cada vez más alejadas entre sí, al tiempo que se iban formando las
montañas, los mares y los ríos, y aparecía el hombre primitivo.
Para explicar su remoto origen, existen una serie de leyendas que entroncan casi todas ellas con una
fuente común: la «caída» de los ángeles. Veamos algunas:
- Los celtas y los eslavos aseguran que estos seres descienden de los ángeles rebeldes, los cuales fueron obligados a vivir en el mar, en el aire o en los profundos abismos de la tierra.
- La tradición bretona puntualiza mucho más diciendo que, después de la Guerra de los Cielos, los ángeles «buenos» se quedaron aquí, y los ángeles rebeldes fueron arrojados al infierno, en compañía de Lucifer, mientras que los que permanecieron neutrales se quedaron en la Tierra como hadas y elfos. Esto trajo problemas con su alma, como veremos un poco más adelante.
- Otros pueblos piensan que las hadas no son más que las almas de los antiguos antepasados o niños muertos sin haber recibido el bautismo, asociando el Reino de las Hadas al Reino de los Muertos.
el que hallábase Eva lavando a sus hijos en las orillas de un río cuando Yahvé le habló. Asustada,
escondió a los hijos que no había lavado todavía, y le preguntó Yahvé si estaban allí todos sus hijos, y
ella le contestó que sí. Como no le convenció esta respuesta, advirtió a Eva que aquellos que le había
ocultado quedarían ocultos al hombre también. Estos niños se convirtieron en elfos o hadas, y en los
países escandinavos se les denominó como la raza huldre. Las jóvenes huldre son de una gran belleza, pero provistas con largas colas de vaca o apareciendo con las espaldas hundidas, y sólo son hermosas de frente, respondiendo así al engaño de su origen.
Lo cierto es que todas las culturas y todos los pueblos primitivos han adorado a viejos espíritus de la
naturaleza, suscitados por el animismo creencia religiosa que considera que todo ser viviente y todo
objeto alberga un espíritu o fuerza interior, que más tarde dieron nacimiento, entre los babilonios y los griegos, a deidades terrestres y acuáticas, con toda una sofisticada genealogía de dioses. Se han
formulado muchas teorías sobre la posible etimología de las hadas, haciéndolas algunos descender de
antiguas divinidades celtas (la diosa Dana) y otros de las Dianas romanas. En realidad, tanto su origen como sus posibles etimologías se pierden en la noche de los tiempos al tratarse de seres que se han ido adaptando a las circunstancias de las épocas, pues no siempre se han llamado hadas, ni ninfas, ni lamias, ni elfos… pero siempre han permanecido con nosotros, eso sí, con diversas apariencias y revestidos de numerosos nombres.
Entre los pueblos germánicos y celtas, la evolución de estas creencias arcaicas originó una multitud
de seres fabulosos con los que se poblaron los bosques y selvas de la vieja Europa, alcanzando una
mayor popularidad entre todos ellos los enanos (recordemos a los Nibelungos) y las hadas. Se ha creído ver en estas criaturas el recuerdo de algunas razas humanas de menor tamaño que hace mucho tiempo (el érase una vez… de los cuentos) habrían habitado la Tierra y que, huyendo de las razas de hombres de mayor estatura, se refugiaron en las regiones más inaccesibles (sobre todo en el interior del planeta), pero conservando ciertos poderes que de alguna manera los hacían superiores al resto de los humanos.
Con el paso de los milenios, las hadas se dispersaron y vieron cómo tomaban forma los ríos, las
fuentes y los seres vivos. A continuación se especializaron. Unas, las hadas de los bosques y de las
llanuras, se transformaron en protectoras de los seres vivos, de las plantas, de los animales y, por
supuesto, del hombre, al que apoyaron en sus difíciles comienzos. Se dice que con su ayuda se levantaron los dólmenes, situados en lugares especiales para controlar las fuerzas telúricas y mejorar la agricultura o controlar a las fuerzas de la naturaleza, como el desbordamiento de los ríos y arroyos o los efectos de los terremotos. Las hadas de las fuentes se establecieron junto a los ríos o en los lagos y facilitaron el agua a las tierras vecinas; las de las montañas cuidaron de los desprendimientos y de los aludes, y las del subsuelo cuidaron de los tesoros de la tierra.
Paso a paso, las hadas controlaron sus formas, que adaptaron en nuestro mundo a nuestra imagen,
pareciéndose a los seres humanos, pero siendo mucho más hermosas. Sin embargo, sus subespecies son infinitas y es imposible recopilarlas, dado que aparecen en todas las culturas y en todo el mundo, con características diferenciales.
La mayor parte de los folcloristas y autores que han estudiado el mundo de los elementales utilizan el
término hada de forma muy amplia e incluso genérica, para denominar a todos los tipos de mujeres
sobrenaturales de los cuentos y leyendas. Este fenómeno no es sólo propio de nuestro país, sino que se extiende a toda Europa, donde la palabra «hada» puede incluso llegar a utilizarse como sinónimo de cualquier elemental (por ejemplo, en Francia e Inglaterra las palabras fée —hada— y elf —elfo— se usan habitualmente como equiparable a «Gente Menuda», por eso se habla de mundo feérico o de mundo élfico). Esto puede aceptarse cuando la referencia se hace sobre el mundo en el que viven estos seres mágicos, que es universalmente conocido como «el País de las Hadas», pero debe limitarse cuando de quien hablamos es de las hadas como tales, a las que podríamos definir como espíritus de naturaleza femenina, vinculadas a las más bellas manifestaciones de la vida, en especial a las flores, a los ríos, a las fuentes, a los bosques y a los niños.
viernes, 22 de septiembre de 2017
Vicent Verzeni, el vampiro italiano
Si hemos de atenernos a un caso clásico de vampirismo, tenemos que citar el de Vicent Verzeni, que cometió sus horrorosos crímenes en Italia, hacia 1870.
Verzeni llegaba al orgasmo cogiendo a sus víctimas por la garganta, estrangulándolas e infligiéndoles heridas con los dientes, y luego bebiendo su sangre. En el vampirismo es casi tan importante asir a la víctima por la garganta como chupar la sangre.
Verzeni, al ser juzgado, fue acusado de dos asesinatos, varios asaltos de vampirismo e intentos de asesinato. La primera de sus víctimas fue una tal Joana Motta, de 14 años, que una mañana de diciembre salió en dirección a una aldea cercana a la suya y no regresó. Su cuerpo fue descubierto cerca de su pueblo, al lado de un camino. Estaba desnuda y mutilada, con la boca llena de tierra. Su asaltante le había desgarrado los muslos con los dientes, y le había arrancado los intestinos y el aparato genital, todo lo cual fue encontrado no muy lejos de allí. Bajo un montón de paja fue hallado un pedazo de pantorrilla.
8 meses más tarde, una mujer casada que se llamaba Fregeni de unos 28 años de edad, salió una mañana con intención de trabajar en el campo, pero al anochecer no había regresado todavía. Fue entonces cuando, muy alarmado, su marido salió a buscarla y no tardó en hallar su cadáver.
Estaba desnuda y mutilada, y el cuello mostraba aún señales de la correa que había servido para estrangularla. El asesino le había arrancado pedazos de carne con los dientes, desgarrándole el vientre, seguramente para extirparle los intestinos.
Al día siguiente, María Previtali, prima de Verzeni, con 19 años, salió al campo y se fijó en que su primo la iba siguiendo. María, a causa del crimen del día anterior, se amedrentó. Verzeni llegó junto a ella, la arrojó a tierra y rodeó su garganta con las manos, pero la joven logró zafarse de la presa, se puso de pie y convenció a su primo para que la dejase en paz. Naturalmente, al instante puso el hecho en conocimiento de la policía.
A continuación, la transcripción de la confesión de Vicent Verzeni, según Krafft-Ebing:
Según él:
Verzeni llegaba al orgasmo cogiendo a sus víctimas por la garganta, estrangulándolas e infligiéndoles heridas con los dientes, y luego bebiendo su sangre. En el vampirismo es casi tan importante asir a la víctima por la garganta como chupar la sangre.
Verzeni, al ser juzgado, fue acusado de dos asesinatos, varios asaltos de vampirismo e intentos de asesinato. La primera de sus víctimas fue una tal Joana Motta, de 14 años, que una mañana de diciembre salió en dirección a una aldea cercana a la suya y no regresó. Su cuerpo fue descubierto cerca de su pueblo, al lado de un camino. Estaba desnuda y mutilada, con la boca llena de tierra. Su asaltante le había desgarrado los muslos con los dientes, y le había arrancado los intestinos y el aparato genital, todo lo cual fue encontrado no muy lejos de allí. Bajo un montón de paja fue hallado un pedazo de pantorrilla.
8 meses más tarde, una mujer casada que se llamaba Fregeni de unos 28 años de edad, salió una mañana con intención de trabajar en el campo, pero al anochecer no había regresado todavía. Fue entonces cuando, muy alarmado, su marido salió a buscarla y no tardó en hallar su cadáver.
Estaba desnuda y mutilada, y el cuello mostraba aún señales de la correa que había servido para estrangularla. El asesino le había arrancado pedazos de carne con los dientes, desgarrándole el vientre, seguramente para extirparle los intestinos.
Al día siguiente, María Previtali, prima de Verzeni, con 19 años, salió al campo y se fijó en que su primo la iba siguiendo. María, a causa del crimen del día anterior, se amedrentó. Verzeni llegó junto a ella, la arrojó a tierra y rodeó su garganta con las manos, pero la joven logró zafarse de la presa, se puso de pie y convenció a su primo para que la dejase en paz. Naturalmente, al instante puso el hecho en conocimiento de la policía.
A continuación, la transcripción de la confesión de Vicent Verzeni, según Krafft-Ebing:
«Verzeni confesó finalmente sus hazañas y sus motivos. La comisión de los crímenes le producía un indescriptible placer, acompañado de erección y eyaculación. Tan pronto como asía a su víctima por el cuello experimentaba sensaciones sexuales. En este caso, lo mismo daba que la víctima fuese joven o vieja, guapa o fea. Usualmente, ya le satisfacía sólo apretar la garganta, en cuyo caso les perdonaba la vida; pero en sus dos casos de asesinato la satisfacción se retrasó y continuó apretando hasta que sus víctimas murieron.A los 12 años, Verzeni experimentaba un inefable placer retorciéndole el cuello a una gallina, habiendo matado a muchas, achacando después sus muertes a las comadrejas. Pero más adelante ya necesitó gargantas humanas.
Las magulladuras de los muslos de Joana Motta fueron causadas por los dientes, al chuparle la sangre con sádico placer. Desgarró parte de una pantorrilla (la derecha) y se la llevó para asarla en su casa, mas por el camino la ocultó en un pajar, temiendo que su madre sospechase de él. También llevó restos de ropa e intestinos a cierta distancia, pues le ocasionaba un intenso placer olerlos y tocarlos. En los momentos de vampirismo y sadismo se veía ayudado por una fuerza enorme. Jamás sintió remordimientos de conciencia ni se le ocurrió violar a sus víctimas. Se contentaba con succionarles la sangre.
En realidad, Verzeni no era tonto, por lo que resultó muy difícil arrancarle la confesión, y sólo lo hizo al ver destruidas sus coartadas. Poseía, en efecto, una inteligencia normal, sin muestras de psicosis. En la cárcel repitió varias veces que, caso de estar libre, repetiría sus experiencias y se mostró de acuerdo cuando el jurado lo condenó a cadena perpetua.»
Según él:
«Experimentaba una inefable delicia al estrangular a las mujeres y durante tales operaciones gozaba placeres de carácter sexual. También me complacía chupar la sangre... Y el mayor de todos mis goces fue quitar los alfileres de las cabelleras de mis víctimas...Esta última declaración está en desacuerdo con el hecho de haber hallado el aparato genital de Joana Motta lejos del cádaver de la niña.
Jamás se me ocurrió mirar o tocar los genitales, pues sólo me satisfacía coger a las mujeres por la garganta, apretar y chupar su sangre.»
jueves, 21 de septiembre de 2017
miércoles, 20 de septiembre de 2017
¿Qué pasa cuando una bruja pronuncia el nombre de "Jesús"?
Se ha visto que una de las obligaciones fundamentales de las brujas es la de no pronunciar el nombre de Jesús "de ninguna forma ni manera". Las veteranas cumplen con facilidad semejante requisito, pero algunas veces ocurre que las novicias pronuncian los sagrados nombres. ¿Qué pasa entonces?
La esposa, bruja, atiende las súplicas de su marido y le conduce por los aires a una reunión de brujas. Existe el próposito de servir a todos una espléndida cena, pero no pueden preparar la comida porque la bruja que ha de llevarles la sal todavía no ha llegado. Se impone una espera insoportable y cuando el novicio está a punto de desfallecer, llega por fin la bruja.
- ¡Gracias a Dios! - exclama el hombre, palmoteando jubilosamente.
Las brujas no pudieron impedirlo. Ni siquiera la que estaba más cerca pudo taparle la boca a tiempo. Inmediatamente después de pronunciadas estas palabras, y luego de un breve terremoto, las brujas se desvanecen. El novato, amedrentado, se oculta entonces detrás de una cuba y espera a que alguien venga a sacarle de su refugio.
De la misma forma, las brujas no pueden oír pronunciar la palabra "domingo" sin montar en cólera. La explicación que se ofrece es clara: el domingo es el día consagrado por los cristianos a Nuestro Señor Jesucristo. Nombrar ese día equivale a recordarles la infinita gloria de Dios. ¿Cómo van, pues, a permanecer impasibles?
He aquí una conocida tradición que nos habla de ello:
La esposa, bruja, atiende las súplicas de su marido y le conduce por los aires a una reunión de brujas. Existe el próposito de servir a todos una espléndida cena, pero no pueden preparar la comida porque la bruja que ha de llevarles la sal todavía no ha llegado. Se impone una espera insoportable y cuando el novicio está a punto de desfallecer, llega por fin la bruja.
- ¡Gracias a Dios! - exclama el hombre, palmoteando jubilosamente.
Las brujas no pudieron impedirlo. Ni siquiera la que estaba más cerca pudo taparle la boca a tiempo. Inmediatamente después de pronunciadas estas palabras, y luego de un breve terremoto, las brujas se desvanecen. El novato, amedrentado, se oculta entonces detrás de una cuba y espera a que alguien venga a sacarle de su refugio.
De la misma forma, las brujas no pueden oír pronunciar la palabra "domingo" sin montar en cólera. La explicación que se ofrece es clara: el domingo es el día consagrado por los cristianos a Nuestro Señor Jesucristo. Nombrar ese día equivale a recordarles la infinita gloria de Dios. ¿Cómo van, pues, a permanecer impasibles?
martes, 19 de septiembre de 2017
lunes, 18 de septiembre de 2017
La isla de muñecas, la más macabra de México
Rodeado por los canales lacustres de Xochimilco –delegación del Distrito Federal, localizado al sureste de la capital mexicana– se encuentra un islote conocido por el millar de muñecas que cuelgan de los árboles y las pequeñas cabañas. Son figuras en mal estado, sucias y mutiladas, pero que actúan como guardianas de un pequeño territorio rodeado por las aguas, donde tienen lugar toda clase de fenómenos extraños, como el avistamiento de seres humanoides, luces voladoras y barcos fantasma.
Don Julián tenía su favorita: la llamaba Moneca o Agustina porque la había encontrado un 28 de agosto, día de San Agustín. Pese a sus esfuerzos, don Julián no logró contener al fantasma que tanto le inquietaba con su presencia, y acabó convirtiéndose en un individuo taciturno. Casi no hablaba con nadie, pero de vez en cuando se le veía orando en su barca.
Su carácter cambió por completo, como si las muñecas le hubieran robado el alma. Beatriz Elena Falero, de la Asociación Nacional de Narradores Orales, apunta a una versión diferente sobre la historia de don Julián: «Vivía en la chinampa con su esposa y su pequeña hija. Un día, la señora colocó a la niña sobre su espalda mientras lavaba la ropa en las aguas del canal. Pero al inclinarse para rescatar una prenda, la cría cayó a las aguas y nunca apareció su cuerpo. El hombre jamás se recuperó de aquel episodio».
Un habitante de Xochimilco, de nombre Martín Villalpando, apoya lo expresado por Falero: «Don Julián enloqueció de dolor. Vivía con la esperanza de encontrar el cadáver de su hija flotando en las orillas del canal. Recolectar muñecas se convirtió en su obsesión, pues creía que la niña regresaría para jugar con ellas. Incluso los propios vecinos de Xochimilco le regalaban muñecas como un acto de solidaridad ante la tragedia que vivía».
Poco antes de su muerte, le contó a su sobrino Anastasio Santana que, en más de una ocasión, había visto a una sirena en el lugar donde murió la joven ahogada. Este ser, mitad mujer y mitad pez, siempre le decía que estaba allí para llevárselo con ella. El hombre no sabía cómo evitarla, así que se le ocurrió cantarle en las noches para calmarla y que no se presentase ante él.
Anastasio comenta que un trágico día del año 2001, su tío pescaba en la orilla del canal, mientras él estaba ordeñando las vacas. De repente, don Julián sufrió un infarto y su cuerpo cayó a las aguas, flotando boca abajo. Desde entonces, son muchos los que están convencidos de que su espíritu vaga por Xochimilco para cuidar sus muñecas. En la actualidad es Anastasio quien atiende la chinampa, que se ha convertido en un lugar de culto para los amantes del misterio y lo tenebroso.
Durante la entrevista que concedió Anastasio, aseguró convencido que a veces las muñecas se mueven solas. Lo cierto es que se percibe una sensación muy extraña y parece que las figuras te siguen con la mirada. El sobrino de don Julián advierte: «No deben tocar ninguna muñeca y menos llevársela, pues caerá sobre ustedes una maldición».
Tres de ellos quedaron heridos de gravedad y otro falleció… con una de las muñecas que había sustraído entre sus piernas. Después se conoció el caso de una joven estudiante, que acudió al lugar con sus amigas y que también sustrajo a una muñeca para llevársela a su casa. La chica se convenció enseguida de que la muñeca tenía vida, porque desaparecía del sitio donde la había dejado y luego la encontraba en los lugares más insospechados, incluso encima de su propia cama. Por tanto, tomó la decisión de regresar a la isla para dejar la figura en su sitio.
Anastasio Santana confesó que en la Isla de las Muñecas se experimentan diversos fenómenos paranormales, como la aparición de trajineras fantasmales en la laguna y la etérea presencia de La Llorona, espectro que, según una tradición oral extendida por muchos países de Latinoamérica, se presenta como el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos.
«Algunas noches percibo que una balsa navega por aquí, hasta veo que traen velas prendidas y oigo voces a lo lejos –cuenta Anastasio–. El sonido de los remos en el agua es inconfundible. Entonces me quedo esperando para saludar a los visitantes, pero nada. La barca se va difuminando conforme se acerca, desapareciendo lentamente. Me provoca mucho miedo y la piel se me eriza. También escucho los pasos de mi tío Julián, que anda por aquí. Creo que nunca se ha ido del todo. Murió cuando ya era anciano. Su paso era lento y usaba bastón, y así es cómo lo siento. Sé que es él, que sigue viviendo en la isla y cuidando de sus muñecas».
Don Julián contaba que, en alguna ocasión, había visto a La Llorona, aparición que también aseguran haber presenciado muchas personas de Xochimilco. Por ejemplo, un vecino, Mauro Correa, narró: «Sí existe, es el fantasma de una mujer que viste camisón blanco, tiene el cabello largo y nunca se le ve el rostro. Llora desesperadamente por los hijos que perdió y por las noches suele aparecerse en la laguna. Yo no le tengo miedo, aunque mis abuelos decían que no es bueno mirarla porque te puede hacer daño. Si te la encuentras, lo mejor es ignorarla».
Gustavo Mendoza, el dueño de la barca que transporta a la Isla de las Muñecas, dice que La Llorona suele mostrarse en los lugares donde abunda el agua, como Xochimilco. Sus gemidos son profundos y estremecedores y tiene la particularidad de que cuando se escuchan lejos, significa que está muy cerca, y viceversa. Algunos vecinos de Xochimilco dicen que es el espíritu de una mujer que perdió a sus hijos en el río y otros creen que se trata de Malitzin, mujer azteca que fue intérprete y amante de Hernán Cortés, la cual entregó al pueblo mexica a los conquistadores españoles. Arrepentida por su traición, llora eternamente. En la época prehispánica, los xochimilcas adoraban a la diosa Cihuacóatl, también conocida como Quilaztli y creadora de la humanidad. Hay quien cree que La Llorona es su espíritu, que no deja de sufrir a causa de la Conquista de los españoles. Los mexicas continuaron adorándola durante siglos en la figura de la Virgen María, engañando a los frailes franciscanos que creían que los habían convertido al cristianismo. Por eso en Xochimilco no temen a La Llorona, puesto que para muchos de sus habitantes vendría a ser una especie de madre protectora.
Gustavo Mendoza nunca contempló a La Llorona, pero sí algunos de sus amigos y familiares. Por contra, a él le tocó protagonizar una experiencia más espeluznante: «Una noche de 2010, a eso de las dos de la madrugada, navegaba por un canal de camino a casa cuando, de pronto, una cosa rara se me atravesó dando brincos. Parecía un hombre, pero no lo era. Saltaba por todos lados como una rana, impidiéndome el paso. Era una sombra negra con forma humanoide y los brazos muy largos. Todos los vellos de mi cuerpo se me erizaron. Me quedé quieto, sin saber cómo reaccionar».
Según una tradición muy extendida en Xochimilco, las brujas emplean braseros encendidos para volar por los aires. Por eso, a las bolas de fuego que se desplazan sobre los cerros las denominan brujas. Gustavo Mendoza cuenta: «En el volcán que estamos viendo se suelen observar esferas que brincan por todos lados. Yo mismo he sido testigo. De vez en cuando aparece en la cumbre una grande de color rojo, que luego se hace más pequeña y cambia a azul, hasta desaparecer. Son brujas que se tienen que quitar las piernas para poder volar y deben de guardarlas en un lugar seguro, no perderlas, pues quedarían inválidas».
También han sido vistas volando muy cerca del canal que recorre la Isla de las Muñecas. Se trata de bolas luminosas que dejan una traza luminiscente a su paso, las cuales en ocasiones se acercan demasiado a algunos balseros que han llegado a perder el equilibrio y caer a las aguas.
En el territorio de Xochimilco destacan lagos y volcanes. Uno de ellos, el Teuhtli, es conocido por los frecuentes avistamientos de OVNIs que tienen lugar en sus inmediaciones.
Son muchos los testigos que han contemplado en distintas veces a un gran objeto luminoso que merodea por la cumbre del cráter y luego se eleva hacia el firmamento, camuflándose como si fuese una estrella más. También han sido observados No Identificados entrando y saliendo de los canales lacustres.
Cabe destacar el caso sucedido a las 11:55 del 18 de enero de 2010, cuando un Airbus A-320 de Mexicana de Aviación pasó cerca de un OVNI al sobrevolar Xochimilco. Según la información que facilitó el ufólogo y técnico en aviación Alfonso Salazar, el avión estuvo a unos doscientos metros de un cuerpo esférico de apariencia metálica que cambiaba de color: de gris aluminio a rojo brillante. La aeronave se dirigía al oriente de la Ciudad de México, mientras que el No Identificado se desplazaba hacia el sur. Pero el incidente OVNI más espectacular de todos los acaecidos en Xochimilco tuvo lugar el 15 de abril de 2012. Una persona logró filmar durante la noche cómo una espectacular esfera luminosa arrojaba a otras a gran velocidad y en dirección al suelo. Espectros, seres fantásticos, La Llorona, brujas, luces errantes… Es el universo mágico de Xochimilco, cuya isla del terror, la de las Muñecas, atrae cada año a muchos miles de visitantes en busca de emociones fuertes.
"De este modo, poco a poco, empezó a recolectar las muñecas que se encontraba tiradas en los alrededores del islote o en la basura, lógicamente todas ellas en un estado de conservación lamentable."
Don Julián tenía su favorita: la llamaba Moneca o Agustina porque la había encontrado un 28 de agosto, día de San Agustín. Pese a sus esfuerzos, don Julián no logró contener al fantasma que tanto le inquietaba con su presencia, y acabó convirtiéndose en un individuo taciturno. Casi no hablaba con nadie, pero de vez en cuando se le veía orando en su barca.
Su carácter cambió por completo, como si las muñecas le hubieran robado el alma. Beatriz Elena Falero, de la Asociación Nacional de Narradores Orales, apunta a una versión diferente sobre la historia de don Julián: «Vivía en la chinampa con su esposa y su pequeña hija. Un día, la señora colocó a la niña sobre su espalda mientras lavaba la ropa en las aguas del canal. Pero al inclinarse para rescatar una prenda, la cría cayó a las aguas y nunca apareció su cuerpo. El hombre jamás se recuperó de aquel episodio».
La maldición
Un habitante de Xochimilco, de nombre Martín Villalpando, apoya lo expresado por Falero: «Don Julián enloqueció de dolor. Vivía con la esperanza de encontrar el cadáver de su hija flotando en las orillas del canal. Recolectar muñecas se convirtió en su obsesión, pues creía que la niña regresaría para jugar con ellas. Incluso los propios vecinos de Xochimilco le regalaban muñecas como un acto de solidaridad ante la tragedia que vivía».
Poco antes de su muerte, le contó a su sobrino Anastasio Santana que, en más de una ocasión, había visto a una sirena en el lugar donde murió la joven ahogada. Este ser, mitad mujer y mitad pez, siempre le decía que estaba allí para llevárselo con ella. El hombre no sabía cómo evitarla, así que se le ocurrió cantarle en las noches para calmarla y que no se presentase ante él.
"Don Julián falleció cincuenta años después de haber hallado el cadáver de la joven, justo en el lugar donde aseguraba que había observado a la sirena varias veces."
Anastasio comenta que un trágico día del año 2001, su tío pescaba en la orilla del canal, mientras él estaba ordeñando las vacas. De repente, don Julián sufrió un infarto y su cuerpo cayó a las aguas, flotando boca abajo. Desde entonces, son muchos los que están convencidos de que su espíritu vaga por Xochimilco para cuidar sus muñecas. En la actualidad es Anastasio quien atiende la chinampa, que se ha convertido en un lugar de culto para los amantes del misterio y lo tenebroso.
Durante la entrevista que concedió Anastasio, aseguró convencido que a veces las muñecas se mueven solas. Lo cierto es que se percibe una sensación muy extraña y parece que las figuras te siguen con la mirada. El sobrino de don Julián advierte: «No deben tocar ninguna muñeca y menos llevársela, pues caerá sobre ustedes una maldición».
De hecho, en su momento algunos diarios mexicanos informaron de que cuatro jóvenes sufrieron un grave accidente automovilístico poco después de visitar la chinampa.
Tres de ellos quedaron heridos de gravedad y otro falleció… con una de las muñecas que había sustraído entre sus piernas. Después se conoció el caso de una joven estudiante, que acudió al lugar con sus amigas y que también sustrajo a una muñeca para llevársela a su casa. La chica se convenció enseguida de que la muñeca tenía vida, porque desaparecía del sitio donde la había dejado y luego la encontraba en los lugares más insospechados, incluso encima de su propia cama. Por tanto, tomó la decisión de regresar a la isla para dejar la figura en su sitio.
La barca fantasma
Anastasio Santana confesó que en la Isla de las Muñecas se experimentan diversos fenómenos paranormales, como la aparición de trajineras fantasmales en la laguna y la etérea presencia de La Llorona, espectro que, según una tradición oral extendida por muchos países de Latinoamérica, se presenta como el alma en pena de una mujer que asesinó o perdió a sus hijos.
«Algunas noches percibo que una balsa navega por aquí, hasta veo que traen velas prendidas y oigo voces a lo lejos –cuenta Anastasio–. El sonido de los remos en el agua es inconfundible. Entonces me quedo esperando para saludar a los visitantes, pero nada. La barca se va difuminando conforme se acerca, desapareciendo lentamente. Me provoca mucho miedo y la piel se me eriza. También escucho los pasos de mi tío Julián, que anda por aquí. Creo que nunca se ha ido del todo. Murió cuando ya era anciano. Su paso era lento y usaba bastón, y así es cómo lo siento. Sé que es él, que sigue viviendo en la isla y cuidando de sus muñecas».
Don Julián contaba que, en alguna ocasión, había visto a La Llorona, aparición que también aseguran haber presenciado muchas personas de Xochimilco. Por ejemplo, un vecino, Mauro Correa, narró: «Sí existe, es el fantasma de una mujer que viste camisón blanco, tiene el cabello largo y nunca se le ve el rostro. Llora desesperadamente por los hijos que perdió y por las noches suele aparecerse en la laguna. Yo no le tengo miedo, aunque mis abuelos decían que no es bueno mirarla porque te puede hacer daño. Si te la encuentras, lo mejor es ignorarla».
Gustavo Mendoza, el dueño de la barca que transporta a la Isla de las Muñecas, dice que La Llorona suele mostrarse en los lugares donde abunda el agua, como Xochimilco. Sus gemidos son profundos y estremecedores y tiene la particularidad de que cuando se escuchan lejos, significa que está muy cerca, y viceversa. Algunos vecinos de Xochimilco dicen que es el espíritu de una mujer que perdió a sus hijos en el río y otros creen que se trata de Malitzin, mujer azteca que fue intérprete y amante de Hernán Cortés, la cual entregó al pueblo mexica a los conquistadores españoles. Arrepentida por su traición, llora eternamente. En la época prehispánica, los xochimilcas adoraban a la diosa Cihuacóatl, también conocida como Quilaztli y creadora de la humanidad. Hay quien cree que La Llorona es su espíritu, que no deja de sufrir a causa de la Conquista de los españoles. Los mexicas continuaron adorándola durante siglos en la figura de la Virgen María, engañando a los frailes franciscanos que creían que los habían convertido al cristianismo. Por eso en Xochimilco no temen a La Llorona, puesto que para muchos de sus habitantes vendría a ser una especie de madre protectora.
Ovnis y humanoides
Gustavo Mendoza nunca contempló a La Llorona, pero sí algunos de sus amigos y familiares. Por contra, a él le tocó protagonizar una experiencia más espeluznante: «Una noche de 2010, a eso de las dos de la madrugada, navegaba por un canal de camino a casa cuando, de pronto, una cosa rara se me atravesó dando brincos. Parecía un hombre, pero no lo era. Saltaba por todos lados como una rana, impidiéndome el paso. Era una sombra negra con forma humanoide y los brazos muy largos. Todos los vellos de mi cuerpo se me erizaron. Me quedé quieto, sin saber cómo reaccionar».
Según una tradición muy extendida en Xochimilco, las brujas emplean braseros encendidos para volar por los aires. Por eso, a las bolas de fuego que se desplazan sobre los cerros las denominan brujas. Gustavo Mendoza cuenta: «En el volcán que estamos viendo se suelen observar esferas que brincan por todos lados. Yo mismo he sido testigo. De vez en cuando aparece en la cumbre una grande de color rojo, que luego se hace más pequeña y cambia a azul, hasta desaparecer. Son brujas que se tienen que quitar las piernas para poder volar y deben de guardarlas en un lugar seguro, no perderlas, pues quedarían inválidas».
También han sido vistas volando muy cerca del canal que recorre la Isla de las Muñecas. Se trata de bolas luminosas que dejan una traza luminiscente a su paso, las cuales en ocasiones se acercan demasiado a algunos balseros que han llegado a perder el equilibrio y caer a las aguas.
En el territorio de Xochimilco destacan lagos y volcanes. Uno de ellos, el Teuhtli, es conocido por los frecuentes avistamientos de OVNIs que tienen lugar en sus inmediaciones.
Son muchos los testigos que han contemplado en distintas veces a un gran objeto luminoso que merodea por la cumbre del cráter y luego se eleva hacia el firmamento, camuflándose como si fuese una estrella más. También han sido observados No Identificados entrando y saliendo de los canales lacustres.
Cabe destacar el caso sucedido a las 11:55 del 18 de enero de 2010, cuando un Airbus A-320 de Mexicana de Aviación pasó cerca de un OVNI al sobrevolar Xochimilco. Según la información que facilitó el ufólogo y técnico en aviación Alfonso Salazar, el avión estuvo a unos doscientos metros de un cuerpo esférico de apariencia metálica que cambiaba de color: de gris aluminio a rojo brillante. La aeronave se dirigía al oriente de la Ciudad de México, mientras que el No Identificado se desplazaba hacia el sur. Pero el incidente OVNI más espectacular de todos los acaecidos en Xochimilco tuvo lugar el 15 de abril de 2012. Una persona logró filmar durante la noche cómo una espectacular esfera luminosa arrojaba a otras a gran velocidad y en dirección al suelo. Espectros, seres fantásticos, La Llorona, brujas, luces errantes… Es el universo mágico de Xochimilco, cuya isla del terror, la de las Muñecas, atrae cada año a muchos miles de visitantes en busca de emociones fuertes.
sábado, 16 de septiembre de 2017
jueves, 14 de septiembre de 2017
Yo te quiero para el resto de mi vida
Yo te quiero como para mil desvelos,
abrazos diarios, caricias oportunas,
besos ilimitados, risas absurdas y
felicidad compartida.
Yo te quiero para el resto de mi vida.
abrazos diarios, caricias oportunas,
besos ilimitados, risas absurdas y
felicidad compartida.
Yo te quiero para el resto de mi vida.
miércoles, 13 de septiembre de 2017
martes, 12 de septiembre de 2017
Grabación de cámaras de seguridad de un hotel en Estados Unidos
Grabación de cámaras de seguridad de un hotel en Estados Unidos, que por cuestiones legales no divulgaron su ubicación exacta.
Elfos Picadores
Son unos elfos siempre dispuestos a prestar cualquier clase de ayuda, y construyen sus moradas dentro de minas o canteras. Como mineros son muy hábiles, y conocen el emplazamiento de los tesoros escondidos en los terrenos circundantes.
Se les llama Picadores (Kmockers en inglés) por su destreza en el manejo del pico y el martillo, cuando trabajan en galerías de minas abandonadas.
Si un humano oye el martilleo de un picador, ello le traerá suerte, llegando con toda seguridad a localizar oro, plata o piedras preciosas en bolsas o vasijas enterradas en el suelo.
Si el martilleo de los picadores es muy fuerte en una mina explotada todavía por obreros, estos harán mejor huyendo del lugar, ya que tales golpes anuncian un desastre inminente, quizás una explosión de grisú, a la que por supuesto son inmunes los picadores.
Si dan la suerte a un individuo, en alguna forma, éste tiene el deber y la obligación de devolver el favor, alimentando con abundancia y regularidad al elfo, dejándole una bandeja con la comida, ya en la mina de preferencia, o en un rincón de la casa.
Los picadores visten ropas de minero, con delantal de cuero, llevan el pico a la espalda y suelen dejarse ver los días de fiesta, cuando no están trabajando.
Se cuenta que en cierta ocasión un minero empezó a golpear un hueco en una pared, en una galería de una mina de plata, y esto irritó sobremanera al picador, que aquella misma noche había estado trabajando para hacer aquel hueco, que pensaba terminar de horadar a la noche siguiente. Tanta fue su irritación que provocó el derrumbamiento del techo de la galería, sepultando a todos los mineros que allí trabajaban. Sin embargo, de todos los mineros, que eran más de diez, sólo falleció el que había causando el enojo del elfo. Los demás se libraron con heridas leves. El desastre se achacó a la mala suerte, y a algún fallo humano, pero los mineros y la gente que conocía la existencia de los picadores en la región, intuyeron al momento la verdad de lo sucedido.
Se les llama Picadores (Kmockers en inglés) por su destreza en el manejo del pico y el martillo, cuando trabajan en galerías de minas abandonadas.
Si un humano oye el martilleo de un picador, ello le traerá suerte, llegando con toda seguridad a localizar oro, plata o piedras preciosas en bolsas o vasijas enterradas en el suelo.
Si el martilleo de los picadores es muy fuerte en una mina explotada todavía por obreros, estos harán mejor huyendo del lugar, ya que tales golpes anuncian un desastre inminente, quizás una explosión de grisú, a la que por supuesto son inmunes los picadores.
Si dan la suerte a un individuo, en alguna forma, éste tiene el deber y la obligación de devolver el favor, alimentando con abundancia y regularidad al elfo, dejándole una bandeja con la comida, ya en la mina de preferencia, o en un rincón de la casa.
Los picadores visten ropas de minero, con delantal de cuero, llevan el pico a la espalda y suelen dejarse ver los días de fiesta, cuando no están trabajando.
Se cuenta que en cierta ocasión un minero empezó a golpear un hueco en una pared, en una galería de una mina de plata, y esto irritó sobremanera al picador, que aquella misma noche había estado trabajando para hacer aquel hueco, que pensaba terminar de horadar a la noche siguiente. Tanta fue su irritación que provocó el derrumbamiento del techo de la galería, sepultando a todos los mineros que allí trabajaban. Sin embargo, de todos los mineros, que eran más de diez, sólo falleció el que había causando el enojo del elfo. Los demás se libraron con heridas leves. El desastre se achacó a la mala suerte, y a algún fallo humano, pero los mineros y la gente que conocía la existencia de los picadores en la región, intuyeron al momento la verdad de lo sucedido.
lunes, 11 de septiembre de 2017
sábado, 9 de septiembre de 2017
Isis regresa a Egipto
Permaneciendo inmóvil sobre el cuerpo de Osiris, en figura de halcón, tal como está representado en los muros del santuario de Osiris en el templo de Abidos, Isis quedó encinta y, a su debido tiempo, alumbró a Horus.
Sin embargo, el malvado usurpador del trono de Osiris, Set, yendo un día de caza, descubrió el cuerpo en las marismas. Ambas diosas se habían ausentado, así que troceó el cuerpo en 14 partes y las diseminó por todo Egipto. Una vez más, la viuda doliente se lanzó a recuperar el cuerpo de su marido, ahora descuartizado.
La leyenda explica que viajó en un esquife de papiro y que, al saber los cocodrilos el motivo de su atribulado viaje, no la atacaron (tampoco lo hacen hoy en día en los relatos folclóricos modernos, puesto que en ellos se evoca a la diosa y su búsqueda).
Otra versión del mito explica que Isis enterró cada parte del cuerpo de su esposo donde la fue encontrando, y fundó allí un templo. Otra interpretación cuenta que reunió todas las partes, salvo una, el falo, que no pudo ser hallado porque el pez Oxirinco se lo había tragado.
Después de ello, el pez fue repudiado en todas partes, excepto en la ciudad de Oxirinco, en el Fayum, donde era considerado sagrado.
El cuerpo (o, según otra versión, sólo la cabeza) fue enterrado en Abidos, que se convirtió en el lugar más sagrado del antiguo Egipto; allí se construyó uno de los templos más bellamente decorados de tiempos del faraón Seti I (1291 -1278 a. C).
Normalmente, cada templo egipcio contaba con siete santuarios, dedicados respectivamente al propio rey, a Ptah, a Ra-Harajte, a Amón-Ra, a Osiris, a Isis y a Horus.
Anubis, el dios con cabeza de chacal, salió en ayuda de Isis cuando ya había reunido 13 partes del cuerpo, y fue él quien se encargó de embalsamar los restos de Osiris. No sólo actuaba como dios embalsamador, sino como guía de las almas, ya que las encaminaba hacia el occidente, el emplazamiento del "cielo" egipcio.
Sin embargo, el malvado usurpador del trono de Osiris, Set, yendo un día de caza, descubrió el cuerpo en las marismas. Ambas diosas se habían ausentado, así que troceó el cuerpo en 14 partes y las diseminó por todo Egipto. Una vez más, la viuda doliente se lanzó a recuperar el cuerpo de su marido, ahora descuartizado.
La leyenda explica que viajó en un esquife de papiro y que, al saber los cocodrilos el motivo de su atribulado viaje, no la atacaron (tampoco lo hacen hoy en día en los relatos folclóricos modernos, puesto que en ellos se evoca a la diosa y su búsqueda).
Otra versión del mito explica que Isis enterró cada parte del cuerpo de su esposo donde la fue encontrando, y fundó allí un templo. Otra interpretación cuenta que reunió todas las partes, salvo una, el falo, que no pudo ser hallado porque el pez Oxirinco se lo había tragado.
Después de ello, el pez fue repudiado en todas partes, excepto en la ciudad de Oxirinco, en el Fayum, donde era considerado sagrado.
El cuerpo (o, según otra versión, sólo la cabeza) fue enterrado en Abidos, que se convirtió en el lugar más sagrado del antiguo Egipto; allí se construyó uno de los templos más bellamente decorados de tiempos del faraón Seti I (1291 -1278 a. C).
Normalmente, cada templo egipcio contaba con siete santuarios, dedicados respectivamente al propio rey, a Ptah, a Ra-Harajte, a Amón-Ra, a Osiris, a Isis y a Horus.
Anubis, el dios con cabeza de chacal, salió en ayuda de Isis cuando ya había reunido 13 partes del cuerpo, y fue él quien se encargó de embalsamar los restos de Osiris. No sólo actuaba como dios embalsamador, sino como guía de las almas, ya que las encaminaba hacia el occidente, el emplazamiento del "cielo" egipcio.
viernes, 8 de septiembre de 2017
Me gustan las personas...
Me gustan las personas
que a pesar de no saber bailar, bailan.
Que aunque no saben cantar, cantan.
Que viven a pesar de no entender la vida.
que a pesar de no saber bailar, bailan.
Que aunque no saben cantar, cantan.
Que viven a pesar de no entender la vida.
jueves, 7 de septiembre de 2017
Insidious: La Última Llave
Secuela de Insidious, Insidious Capítulo 2 e Insidious Capítulo 3.
Las mentes creativas detrás de la exitosa trilogía de Insidious vuelven con Insidious: La Última Llave. En esta nueva película de terror, en la que vemos de nuevo a Lin Shaye como la Doctora Elise Rainier, la brillante parapsicóloga se enfrenta a su más personal y aterradora caza hasta la fecha, que sucede en su antigua casa familiar.
Fecha de Estreno: Viernes, 05 de Enero de 2018
No te tengo, pero te quiero
No dormimos en la misma cama, pero te sueño;
No te escribo, pero te estraño;
No te tengo, pero te quiero.
No te escribo, pero te estraño;
No te tengo, pero te quiero.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
Regreso al desaparecido barrio St. Saviorgate
Hace unos años, Russeis Kirk contó una historia interesante a Los Ángeles Times respecto a su búsqueda de una calle perdida.
Según Kirk, descubrió la extraña y antigua calle una noche de 1949, mientras callejeaba por la antigua ciudad de York, a fin de hacer tiempo entre dos trenes. Al regresar a la estación, divisó una calle corta pavimentada con piedras y flanqueada por edificios bellísimos de los siglos XVII y XVIII.
La escasa iluminación ponía una nota de irrealidad y gran encanto a toda la escena.
Kirk, no obstante, tenía que coger el tren y no disponía, por tanto, de tiempo para recorrer aquella calle tan pintoresca. Sin embargo, se prometió volver a York unos meses más tarde y pasearse largamente por dicho lugar.
Kirk aseguró que había vuelto a York una vez cada año desde 1949. Afirmó conocer al dedillo cada calle, cada callejón y cada rincón de York, pero nunca halló la calle que tanto le había encantado. Poco después, en un sector de la ciudad, casi en ruinas, Kirk halló los restos de una calle elegante que se parecía a la que vislumbrara tan brevemente aquella noche de 1949. El barrio se llamaba St. Saviorgate, y un clárigo de la población le contó a Kirk que todo aquel sector había quedado destruido en la guerra de 1914. Las bombas de la Segunda Guerra Mundial habían acabado de arruinar lo poco que aún quedaba en pie.
Kirk se preguntaba qué habría sucedido si en lugar de coger el tren aquella noche, se hubiese quedado a pasear por la extraña calle. ¿Qué habría ocurrido de haber llamado a una de aquellas mansiones? ¿Habría penetrado en otra dimensión cerrando la puerta de su propia época? ¿De su propia dimensión temporal?
Según Kirk, descubrió la extraña y antigua calle una noche de 1949, mientras callejeaba por la antigua ciudad de York, a fin de hacer tiempo entre dos trenes. Al regresar a la estación, divisó una calle corta pavimentada con piedras y flanqueada por edificios bellísimos de los siglos XVII y XVIII.
La escasa iluminación ponía una nota de irrealidad y gran encanto a toda la escena.
Kirk, no obstante, tenía que coger el tren y no disponía, por tanto, de tiempo para recorrer aquella calle tan pintoresca. Sin embargo, se prometió volver a York unos meses más tarde y pasearse largamente por dicho lugar.
Kirk aseguró que había vuelto a York una vez cada año desde 1949. Afirmó conocer al dedillo cada calle, cada callejón y cada rincón de York, pero nunca halló la calle que tanto le había encantado. Poco después, en un sector de la ciudad, casi en ruinas, Kirk halló los restos de una calle elegante que se parecía a la que vislumbrara tan brevemente aquella noche de 1949. El barrio se llamaba St. Saviorgate, y un clárigo de la población le contó a Kirk que todo aquel sector había quedado destruido en la guerra de 1914. Las bombas de la Segunda Guerra Mundial habían acabado de arruinar lo poco que aún quedaba en pie.
Kirk se preguntaba qué habría sucedido si en lugar de coger el tren aquella noche, se hubiese quedado a pasear por la extraña calle. ¿Qué habría ocurrido de haber llamado a una de aquellas mansiones? ¿Habría penetrado en otra dimensión cerrando la puerta de su propia época? ¿De su propia dimensión temporal?
martes, 5 de septiembre de 2017
Amar con locura...
El olor de la lluvia, el sonido del viento,
vivir la vida al máximo, luchar por mis sueños
y amar con locura...
vivir la vida al máximo, luchar por mis sueños
y amar con locura...
lunes, 4 de septiembre de 2017
Centuria I - II
La vara en la mano entre los sacerdotes de Apolo
Por la onda bañada la orla y el pie:
Un miedo y una voz vibran por las mangas:
Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado.
Por la onda bañada la orla y el pie:
Un miedo y una voz vibran por las mangas:
Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado.
domingo, 3 de septiembre de 2017
El desamor destruye
Hay amores a quienes se lo dimos todo.
Y cuando no nos quedaba más, les dimos más.
Pero todos sabemos que hay que seguir adelante,
que eso no es amor,
que estamos enganchados con alambre de púas al desamor.
Y el amor duele. Pero el desamor, destruye.
Y cuando no nos quedaba más, les dimos más.
Pero todos sabemos que hay que seguir adelante,
que eso no es amor,
que estamos enganchados con alambre de púas al desamor.
Y el amor duele. Pero el desamor, destruye.
Irela Perea
sábado, 2 de septiembre de 2017
No sé lo que busco
No sé lo que busco,
tal vez todo, tal vez nada,
quizás la respuesta está en lo que depara mi destino...
tal vez todo, tal vez nada,
quizás la respuesta está en lo que depara mi destino...
jueves, 31 de agosto de 2017
Cuento original y sin censura de Barba azul
En otro tiempo vivía un hombre que tenía hermosas casas en la ciudad y en el campo, vajilla de oro y plata, muebles muy adornados y carrozas doradas; pero, por desgracia, su barba era azul, color que le daba un aspecto tan feo y terrible que no había mujer ni joven que no huyera a su vista.
Una de sus vecinas, señora de rango, tenía dos hijas muy hermosas. Pidiole una en matrimonio, dejando a la madre la elección de la que había de ser su esposa. Ninguna de las jóvenes quería casar con él y cada cual lo endosaba a la otra, sin que la otra ni la una se resolvieran a ser la mujer de un hombre que tenía la barba azul. Además, aumentaba su disgusto el hecho de que había casado con varias mujeres y nadie sabía lo que de ellas había sido.
Barba Azul, para trabar con ellas relaciones, llevolas con su madre, tres o cuatro amigos íntimos y algunas jóvenes de la vecindad a una de sus casas de campo en la que permanecieron ocho días completos, que emplearon en paseos, partidos de caza y pesca, bailes y tertulias, sin dormir apenas y pasando las noches en decir chistes. Tan agradablemente se deslizó el tiempo, que a la menor pareciole que el dueño de casa no tenía la barba azul y que era un hombre muy bueno; y al regresar a la ciudad celebraron la boda.
Al cabo de un mes Barba Azul dijo a su esposa que se veía obligado a hacer un viaje a provincias, que a lo menos duraría seis semanas, siendo importante el asunto que a viajar le obligaba. Rogole que durante su ausencia se divirtiese cuanto pudiera, invitara a sus amigas a acompañarla, fuera con ellas al campo, si de ello gustaba, y procurara no estar triste.
-Aquí tienes, añadió, las llaves de los dos grandes guardamuebles. Estas son las de la vajilla de oro y plata que no se usa diariamente; las que te entrego pertenecen a las cajas donde guardo los metales preciosos; estas las de los cofres en los que están mis piedras y joyas, y aquí te doy el llavín que abre las puertas de todos los cuartos. Esta llavecita es la del gabinete que hay al extremo de la gran galería de abajo. Ábrelo todo, entra en todas partes, pero te prohíbo penetrar en el gabinete; y de tal manera te lo prohíbo, que si lo abres puedes esperarlo todo de mi cólera.
Prometiole atenerse exactamente a lo que acababa de ordenarle; y él, después de haberla abrazado, metiose en el carruaje y emprendió su viaje.
Las vecinas y los amigos no esperaron a que les llamasen para ir a casa de la recién casada, pues grandes eran sus deseos de verlo todo, que no se atrevieron a realizar estando el marido, porque su barba azul les espantaba. Acto continuo pusiéronse a recorrer los cuartos, los gabinetes, los guardarropas, siendo sorprendente la riqueza de cada habitación. Subieron enseguida a los guardamuebles, donde no se cansaron de admirar el número y belleza de los tapices, camas, sofás, papeleras, veladores, mesas y espejos que reproducían las imágenes de la cabeza a los pies y en los que los adornos, los unos de cristal, de plata dorados los otros, eran tan bellos y magníficos que iguales no se habían visto. No cesaban de ponderar y envidiar la dicha de su amiga, que no se divertía viendo tales riquezas, pues la dominaba la impaciencia por ir a abrir el gabinete de abajo.
Empujola la curiosidad, sin fijarse en que faltaba a la educación abandonando a sus amigas, bajó por una escalerilla reservada, con tanta precipitación que dos o tres veces corrió peligro de desnucarse. Al llegar a la puerta del gabinete detúvose algún tiempo, pensando en la prohibición de su marido y reflexionando que la desobediencia podía atraerle alguna desgracia; pero la tentación era tan fuerte que no pudo vencerla, y tomando la llavecita abrió temblando la puerta del gabinete.
Al principio nada vio, debido a que las ventanas estaban cerradas. Al cabo de algunos instantes comenzaron a destacarse los objetos y notó que el suelo estaba completamente cubierto de sangre cuajada y que en ella se reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas y sujetas a las paredes. Estas mujeres eran todas aquellas con quienes Barba Azul había casado, a las que había degollado una tras otra. Creyó morir de miedo ante tal espectáculo y se le cayó la llave del gabinete que acababa de sacar de la cerradura.
Después de haberse repuesto algo, cogió la llave, cerró la puerta y subió a su cuarto para dominar su agitación, sin que lo lograse, pues era extraordinaria.
Habiendo notado que la llave del gabinete estaba manchada de sangre, la enjugó dos o tres veces, pero la sangre no desaparecía. En vano la lavó y hasta la frotó con arenilla y asperón, pues continuaron las manchas sin que hubiera medio de hacerlas desaparecer, porque cuando lograba quitarlas de un lado, aparecían en el otro.
Barba Azul regresó de su viaje la noche de aquel mismo día y dijo que en el camino había recibido cartas noticiándole que había terminado favorablemente para él el asunto que le había obligado a ausentarse. La esposa hizo cuanto pudo para que creyese que su inesperada vuelta la había llenado de alegría.
Al día siguiente le dio las llaves y se las entregó tan temblorosa, que en el acto adivinó todo lo ocurrido.
-¿Por qué no está con las otras la llavecita del gabinete? -Le preguntó.
-Probablemente la habré dejado sobre mi mesa, contestó.
-Dámela enseguida, añadió Barba Azul.
Después de varias dilaciones, forzoso fue entregar la llave. Mirola Barba Azul y dijo a su mujer:
-¿A qué se debe que haya sangre en esta llave?
-Lo ignoro, contestó más pálida que la muerte.
-¿No lo sabes? -replicó Barba Azul-; yo lo sé. Has querido penetrar en el gabinete. Pues bien, entrarás en él e irás a ocupar tu puesto entre las mujeres que allí has visto.
Al oír estas palabras arrojose llorando a los pies de su esposo y pidiole perdón con todas las demostraciones de un verdadero arrepentimiento por haberle desobedecido. Hubiera conmovido a una roca, tanta era su aflicción y belleza, pero Barba Azul tenía el corazón más duro que el granito.
-Es necesario que mueras, le dijo, y morirás en el acto.
-Puesto que es forzoso, murmuró mirándole con los ojos anegados en llanto, concédeme algún tiempo para rezar.
-Te concedo diez minutos, replicó Barba Azul, pero ni un segundo más.
En cuanto estuvo sola llamó a su hermana y le dijo:
-Anita de mi corazón; sube a lo alto de la torre y mira si vienen mis hermanos. Me han prometido que hoy vendrían a verme, y si les ves hazles seña de que apresuren el paso.
Subió Anita a lo alto de la torre y la mísera le preguntaba a cada instante.
-Anita, hermana mía, ¿ves algo?
Y Anita contestaba:
-Sólo veo el sol que centellea y la hierba que verdea.
Barba Azul tenía una enorme cuchilla en la mano y gritaba con toda la fuerza de sus pulmones a su mujer:
-Baja enseguida o subo yo.
-¡Un instante, por piedad! -le contestaba su esposa; y luego decía en voz baja-: Anita, hermana mía, ¿ves algo?
Su hermana respondía:
-Sólo veo el sol que centellea y la hierba que verdea.
-Baja pronto, bramaba Barba Azul, o subo yo.
-Bajo -contestó la infeliz; y luego preguntó-, Anita, hermana mía, ¿viene alguien?
-Sí, veo una gran polvareda que hacia aquí avanza…
-¿Son mis hermanos?
-¡Ay!, no, hermana mía; es un rebaño de carneros.
-¿Bajas o no bajas? -vociferaba Barba Azul.
-¡Un momento, otro instante no más! -exclamó su mujer; y luego añadió-: Anita, hermana mía, ¿viene alguien?
-Veo -contestó-, dos caballeros que hacia aquí se encaminan, pero aún están muy lejos. ¡Alabado sea Dios!, exclamó, poco después; ¡son mis hermanos! Les hago señas para que apresuren el paso.
Barba Azul se puso a gritar con tanta fuerza que se estremeció la casa entera. Bajó la infeliz mujer y fue a arrojarse a sus pies llorosa y desgreñada.
-De nada han de servirte las lágrimas, le dijo; has de morir.
Luego agarrola de los cabellos con una mano y levantó con la otra la cuchilla para cortarle la cabeza. La infeliz hacia él volvió la moribunda mirada y rogole le concediese unos segundos.
-No, no, rugió aquel hombre; encomiéndate a Dios.
Y al mismo tiempo levantó el armado brazo…
En aquel momento golpearon con tanta fuerza la puerta, que Barba Azul se detuvo. Abrieron y entraron dos caballeros, quienes desnudando las espadas corrieron hacia donde estaba aquel hombre, que reconoció a los dos hermanos de su mujer, el uno perteneciente a un regimiento de dragones y el otro mosquetero; y al verles escapó. Persiguiéronle tan de cerca ambos hermanos, que le alcanzaron antes que hubiese podido llegar a la plataforma le atravesaron el cuerpo con sus espadas y le dejaron muerto. La pobre mujer casi tan falta de vida estaba como su marido y ni fuerzas tuvo para levantarse y abrazar a sus hermanos.
Resultó que Barba Azul no tenía herederos, con lo cual todos sus bienes pasaron a su esposa, quien empleó una parte en casar a su hermanita con un joven gentilhombre que hacía tiempo la amaba, otra parte en comprar los grados de capitán para sus hermanos y el resto se lo reservó, casando con un hombre muy digno y honrado que la hizo olvidar los tristes instantes que había pasado con Barba Azul.
Una de sus vecinas, señora de rango, tenía dos hijas muy hermosas. Pidiole una en matrimonio, dejando a la madre la elección de la que había de ser su esposa. Ninguna de las jóvenes quería casar con él y cada cual lo endosaba a la otra, sin que la otra ni la una se resolvieran a ser la mujer de un hombre que tenía la barba azul. Además, aumentaba su disgusto el hecho de que había casado con varias mujeres y nadie sabía lo que de ellas había sido.
Barba Azul, para trabar con ellas relaciones, llevolas con su madre, tres o cuatro amigos íntimos y algunas jóvenes de la vecindad a una de sus casas de campo en la que permanecieron ocho días completos, que emplearon en paseos, partidos de caza y pesca, bailes y tertulias, sin dormir apenas y pasando las noches en decir chistes. Tan agradablemente se deslizó el tiempo, que a la menor pareciole que el dueño de casa no tenía la barba azul y que era un hombre muy bueno; y al regresar a la ciudad celebraron la boda.
Al cabo de un mes Barba Azul dijo a su esposa que se veía obligado a hacer un viaje a provincias, que a lo menos duraría seis semanas, siendo importante el asunto que a viajar le obligaba. Rogole que durante su ausencia se divirtiese cuanto pudiera, invitara a sus amigas a acompañarla, fuera con ellas al campo, si de ello gustaba, y procurara no estar triste.
-Aquí tienes, añadió, las llaves de los dos grandes guardamuebles. Estas son las de la vajilla de oro y plata que no se usa diariamente; las que te entrego pertenecen a las cajas donde guardo los metales preciosos; estas las de los cofres en los que están mis piedras y joyas, y aquí te doy el llavín que abre las puertas de todos los cuartos. Esta llavecita es la del gabinete que hay al extremo de la gran galería de abajo. Ábrelo todo, entra en todas partes, pero te prohíbo penetrar en el gabinete; y de tal manera te lo prohíbo, que si lo abres puedes esperarlo todo de mi cólera.
Prometiole atenerse exactamente a lo que acababa de ordenarle; y él, después de haberla abrazado, metiose en el carruaje y emprendió su viaje.
Las vecinas y los amigos no esperaron a que les llamasen para ir a casa de la recién casada, pues grandes eran sus deseos de verlo todo, que no se atrevieron a realizar estando el marido, porque su barba azul les espantaba. Acto continuo pusiéronse a recorrer los cuartos, los gabinetes, los guardarropas, siendo sorprendente la riqueza de cada habitación. Subieron enseguida a los guardamuebles, donde no se cansaron de admirar el número y belleza de los tapices, camas, sofás, papeleras, veladores, mesas y espejos que reproducían las imágenes de la cabeza a los pies y en los que los adornos, los unos de cristal, de plata dorados los otros, eran tan bellos y magníficos que iguales no se habían visto. No cesaban de ponderar y envidiar la dicha de su amiga, que no se divertía viendo tales riquezas, pues la dominaba la impaciencia por ir a abrir el gabinete de abajo.
Empujola la curiosidad, sin fijarse en que faltaba a la educación abandonando a sus amigas, bajó por una escalerilla reservada, con tanta precipitación que dos o tres veces corrió peligro de desnucarse. Al llegar a la puerta del gabinete detúvose algún tiempo, pensando en la prohibición de su marido y reflexionando que la desobediencia podía atraerle alguna desgracia; pero la tentación era tan fuerte que no pudo vencerla, y tomando la llavecita abrió temblando la puerta del gabinete.
Al principio nada vio, debido a que las ventanas estaban cerradas. Al cabo de algunos instantes comenzaron a destacarse los objetos y notó que el suelo estaba completamente cubierto de sangre cuajada y que en ella se reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas y sujetas a las paredes. Estas mujeres eran todas aquellas con quienes Barba Azul había casado, a las que había degollado una tras otra. Creyó morir de miedo ante tal espectáculo y se le cayó la llave del gabinete que acababa de sacar de la cerradura.
Después de haberse repuesto algo, cogió la llave, cerró la puerta y subió a su cuarto para dominar su agitación, sin que lo lograse, pues era extraordinaria.
Habiendo notado que la llave del gabinete estaba manchada de sangre, la enjugó dos o tres veces, pero la sangre no desaparecía. En vano la lavó y hasta la frotó con arenilla y asperón, pues continuaron las manchas sin que hubiera medio de hacerlas desaparecer, porque cuando lograba quitarlas de un lado, aparecían en el otro.
Barba Azul regresó de su viaje la noche de aquel mismo día y dijo que en el camino había recibido cartas noticiándole que había terminado favorablemente para él el asunto que le había obligado a ausentarse. La esposa hizo cuanto pudo para que creyese que su inesperada vuelta la había llenado de alegría.
Al día siguiente le dio las llaves y se las entregó tan temblorosa, que en el acto adivinó todo lo ocurrido.
-¿Por qué no está con las otras la llavecita del gabinete? -Le preguntó.
-Probablemente la habré dejado sobre mi mesa, contestó.
-Dámela enseguida, añadió Barba Azul.
Después de varias dilaciones, forzoso fue entregar la llave. Mirola Barba Azul y dijo a su mujer:
-¿A qué se debe que haya sangre en esta llave?
-Lo ignoro, contestó más pálida que la muerte.
-¿No lo sabes? -replicó Barba Azul-; yo lo sé. Has querido penetrar en el gabinete. Pues bien, entrarás en él e irás a ocupar tu puesto entre las mujeres que allí has visto.
Al oír estas palabras arrojose llorando a los pies de su esposo y pidiole perdón con todas las demostraciones de un verdadero arrepentimiento por haberle desobedecido. Hubiera conmovido a una roca, tanta era su aflicción y belleza, pero Barba Azul tenía el corazón más duro que el granito.
-Es necesario que mueras, le dijo, y morirás en el acto.
-Puesto que es forzoso, murmuró mirándole con los ojos anegados en llanto, concédeme algún tiempo para rezar.
-Te concedo diez minutos, replicó Barba Azul, pero ni un segundo más.
En cuanto estuvo sola llamó a su hermana y le dijo:
-Anita de mi corazón; sube a lo alto de la torre y mira si vienen mis hermanos. Me han prometido que hoy vendrían a verme, y si les ves hazles seña de que apresuren el paso.
Subió Anita a lo alto de la torre y la mísera le preguntaba a cada instante.
-Anita, hermana mía, ¿ves algo?
Y Anita contestaba:
-Sólo veo el sol que centellea y la hierba que verdea.
Barba Azul tenía una enorme cuchilla en la mano y gritaba con toda la fuerza de sus pulmones a su mujer:
-Baja enseguida o subo yo.
-¡Un instante, por piedad! -le contestaba su esposa; y luego decía en voz baja-: Anita, hermana mía, ¿ves algo?
Su hermana respondía:
-Sólo veo el sol que centellea y la hierba que verdea.
-Baja pronto, bramaba Barba Azul, o subo yo.
-Bajo -contestó la infeliz; y luego preguntó-, Anita, hermana mía, ¿viene alguien?
-Sí, veo una gran polvareda que hacia aquí avanza…
-¿Son mis hermanos?
-¡Ay!, no, hermana mía; es un rebaño de carneros.
-¿Bajas o no bajas? -vociferaba Barba Azul.
-¡Un momento, otro instante no más! -exclamó su mujer; y luego añadió-: Anita, hermana mía, ¿viene alguien?
-Veo -contestó-, dos caballeros que hacia aquí se encaminan, pero aún están muy lejos. ¡Alabado sea Dios!, exclamó, poco después; ¡son mis hermanos! Les hago señas para que apresuren el paso.
Barba Azul se puso a gritar con tanta fuerza que se estremeció la casa entera. Bajó la infeliz mujer y fue a arrojarse a sus pies llorosa y desgreñada.
-De nada han de servirte las lágrimas, le dijo; has de morir.
Luego agarrola de los cabellos con una mano y levantó con la otra la cuchilla para cortarle la cabeza. La infeliz hacia él volvió la moribunda mirada y rogole le concediese unos segundos.
-No, no, rugió aquel hombre; encomiéndate a Dios.
Y al mismo tiempo levantó el armado brazo…
En aquel momento golpearon con tanta fuerza la puerta, que Barba Azul se detuvo. Abrieron y entraron dos caballeros, quienes desnudando las espadas corrieron hacia donde estaba aquel hombre, que reconoció a los dos hermanos de su mujer, el uno perteneciente a un regimiento de dragones y el otro mosquetero; y al verles escapó. Persiguiéronle tan de cerca ambos hermanos, que le alcanzaron antes que hubiese podido llegar a la plataforma le atravesaron el cuerpo con sus espadas y le dejaron muerto. La pobre mujer casi tan falta de vida estaba como su marido y ni fuerzas tuvo para levantarse y abrazar a sus hermanos.
Resultó que Barba Azul no tenía herederos, con lo cual todos sus bienes pasaron a su esposa, quien empleó una parte en casar a su hermanita con un joven gentilhombre que hacía tiempo la amaba, otra parte en comprar los grados de capitán para sus hermanos y el resto se lo reservó, casando con un hombre muy digno y honrado que la hizo olvidar los tristes instantes que había pasado con Barba Azul.
miércoles, 30 de agosto de 2017
martes, 29 de agosto de 2017
Cosas que se deben saber sobre los Duendes domésticos (III): Tipología y variedad
Existe una variedad increíble de duendes, aunque solamente nos circunscribamos a España. Sin embargo, aunque su número ha disminuido, toda vez que también a ellos les afecta el progreso de los hombres, en lugares alejados de las ciudades todavía es posible encontrados inquietando a los pobres campesinos que tienen la desgracia de que su casa les resulte atractiva. Con todo, los duendes se han adaptado al mundo moderno de muy desigual forma, si bien algunos, como los tardos y los trasgos, han conseguido un notable éxito en su adaptación y es fácil sufrir sus implacables bromas y travesuras. Otros se han transformado o disfrazado de personajes en los cuales los humanos estén dispuestos a creer, puesto que son conscientes de que ya en los duendes apenas nadie cree en esta época tecnológica, y por eso, gracias a sus facultades transformistas, pueden hacerse pasar por tripulantes de OVNIS, visitantes nocturnos o lo que se tercie. La transformación de estos seres en otras variadas formas, sobre todo de animales, es algo característico del mundo del que proceden. En nuestro mundo físico y material, todas las formas son estables y no suelen cambiar con facilidad, pero en el «mundo astral» o «mundo de los deseos» es muy distinto, porque, según afirman casi todas las doctrinas herméticas, allí las formas cambian a voluntad de la vida que las anima, y los «elementales» en general, como habitantes de ese plano, tienen esta facultad de modificar su forma, aunque, como iremos viendo en las páginas de este libro, suelen inclinarse siempre por algunas muy concretas y determinadas.
Debido a estas circunstancias, los autores hemos tenido difícil el clasificar a estos pequeños seres,
principalmente porque en ocasiones es casi imposible rastrearlos y mucho menos distinguirlos de otro
tipo de manifestaciones, y sobre todo porque su recuerdo se ha ido perdiendo en muchas zonas y regiones españolas. Además, por si esto fuera poco, hay una absoluta falta de claridad y unidad de criterios entre los pocos que se han ocupado de estudiar este fenómeno en el pasado.
Por tanto, para una mayor comprensión, decidimos crear tres grupos fundamentales, teniendo en
cuenta que, como hemos visto, y como denominador común, todos ellos están asociados de una manera directa a los hogares de los seres humanos:
Viven en el interior o en los alrededores de las casas humanas, donde se manifiestan preferentemente de noche, momento en el que aprovechan para jugar y divertirse. Algunos pueden llegar incluso a colaborar con los hombres, y es frecuente que, además de traviesos, puedan ser muy molestos. Serían los trasgos, follets y duendes en general, que llegan a alcanzar el medio metro de altura, actúan siempre en la oscuridad o por la noche, huyendo del sol, amando, sin embargo, la luz de la luna o de los pequeños candiles, y esto es así porque, al parecer, las descargas de los vientos fotónicos, emanadas del sol, lastiman su piel etérica, como a nosotros una fuerte tormenta de arena la piel física. Sobre todo, cometen sus fechorías amparados en su invisibilidad, norma que rompen pocas veces, pero las suficientes para que nos hayan llegado algunos datos fragmentarios sobre su aspecto físico. Pueden cambiar de forma a voluntad, pero normalmente se manifiestan como hombrecillos bien proporcionados, salvo la cabeza, que es mucho más grande en relación con el resto de su cuerpo. Reseñable es también el matiz diferenciador existente entre trasgos, duendes y follets, ya que, a pesar de pertenecer al mismo grupo, forman familias separadas. Los primeros —los trasgos— prefieren escoger casas más campestres y rurales, habitando en desvanes o cuadras, a diferencia de los duendes, que son mucho más señoriales (o señoritos) y gregarios. A éstos les gusta habitar, o al menos manifestarse, en hogares más refinados, con más nivel de desarrollo y muchas veces ubicados en ciudades o villas muy pobladas. Los duendes son, por lo general, más inteligentes que sus parientes los trasgos, no tienen agujero en la mano, no cojean y visten ropas más ostentosas, siendo sus bromas mucho más crueles. El follet participa de las cualidades de unos y otros, manteniéndose en un justo término medio en cuanto a sus contactos con el género humano, pues, por un lado, sí tienen agujero en la mano y, por consiguiente, se les conjura como a los trasgos, pero, por otro, siguen a los dueños de la casa, como hacen preferentemente los duendes.
Considerados como duendecillos, generalmente con aspecto de diablillos, están ligados no a una casa, sino a una persona, a la que ayudan, convirtiéndose ésta en su dueño. Como tal, puede venderlos, transmitidos en herencia, cederlos, etc. La forma de conseguirlos es, por tanto, muy variada: pueden ser «fabricados», capturados, recibidos como regalo, comprados e incluso invocados mediante determinados rituales secretos, razón por la cual están muy vinculados históricamente a la brujería.
Respecto al tamaño que adoptan, son extremadamente pequeños, ya que caben varios de ellos en un acerico o alfiletero. Actúan en colectividad y, prácticamente, su rastro ha desaparecido en la época actual.
Extraña familia de duendes (utilizando esta palabra con ciertas reservas) individualistas y agresivos, viven de absorber la energía vital a los seres humanos y de tener contactos carnales con ellos, provocando pesadillas y enfermedades a los que eligen como víctimas, sobre todo a los niños y mujeres. Actúan generalmente en casas solitarias, donde construyen sus guaridas, y su presencia,
por fortuna, es menos abrumadora que la de los domésticos. Su tamaño oscila desde unos pocos milímetros hasta el medio metro, pudiendo adoptar formas muy variadas, desde grandes manos peludas, perros negros, enanos o pequeñas formas indefinidas. Hemos hecho dos sub categorías dentro de este grupo para entender mejor su complejidad: duendes vampirizantes y duendes lascivos o íncubos.
Además, hablaremos de los «Minúsculos Malignos», que se introducen en el interior del organismo humano para provocar algunas dolencias, aunque lo vamos a hacer con las reservas que en su momento comentaremos y sin cuya presencia no estaría completa en una obra de estas características.
Debido a estas circunstancias, los autores hemos tenido difícil el clasificar a estos pequeños seres,
principalmente porque en ocasiones es casi imposible rastrearlos y mucho menos distinguirlos de otro
tipo de manifestaciones, y sobre todo porque su recuerdo se ha ido perdiendo en muchas zonas y regiones españolas. Además, por si esto fuera poco, hay una absoluta falta de claridad y unidad de criterios entre los pocos que se han ocupado de estudiar este fenómeno en el pasado.
Por tanto, para una mayor comprensión, decidimos crear tres grupos fundamentales, teniendo en
cuenta que, como hemos visto, y como denominador común, todos ellos están asociados de una manera directa a los hogares de los seres humanos:
1. Duendes domésticos
Viven en el interior o en los alrededores de las casas humanas, donde se manifiestan preferentemente de noche, momento en el que aprovechan para jugar y divertirse. Algunos pueden llegar incluso a colaborar con los hombres, y es frecuente que, además de traviesos, puedan ser muy molestos. Serían los trasgos, follets y duendes en general, que llegan a alcanzar el medio metro de altura, actúan siempre en la oscuridad o por la noche, huyendo del sol, amando, sin embargo, la luz de la luna o de los pequeños candiles, y esto es así porque, al parecer, las descargas de los vientos fotónicos, emanadas del sol, lastiman su piel etérica, como a nosotros una fuerte tormenta de arena la piel física. Sobre todo, cometen sus fechorías amparados en su invisibilidad, norma que rompen pocas veces, pero las suficientes para que nos hayan llegado algunos datos fragmentarios sobre su aspecto físico. Pueden cambiar de forma a voluntad, pero normalmente se manifiestan como hombrecillos bien proporcionados, salvo la cabeza, que es mucho más grande en relación con el resto de su cuerpo. Reseñable es también el matiz diferenciador existente entre trasgos, duendes y follets, ya que, a pesar de pertenecer al mismo grupo, forman familias separadas. Los primeros —los trasgos— prefieren escoger casas más campestres y rurales, habitando en desvanes o cuadras, a diferencia de los duendes, que son mucho más señoriales (o señoritos) y gregarios. A éstos les gusta habitar, o al menos manifestarse, en hogares más refinados, con más nivel de desarrollo y muchas veces ubicados en ciudades o villas muy pobladas. Los duendes son, por lo general, más inteligentes que sus parientes los trasgos, no tienen agujero en la mano, no cojean y visten ropas más ostentosas, siendo sus bromas mucho más crueles. El follet participa de las cualidades de unos y otros, manteniéndose en un justo término medio en cuanto a sus contactos con el género humano, pues, por un lado, sí tienen agujero en la mano y, por consiguiente, se les conjura como a los trasgos, pero, por otro, siguen a los dueños de la casa, como hacen preferentemente los duendes.
2. Diablillos familiares
Considerados como duendecillos, generalmente con aspecto de diablillos, están ligados no a una casa, sino a una persona, a la que ayudan, convirtiéndose ésta en su dueño. Como tal, puede venderlos, transmitidos en herencia, cederlos, etc. La forma de conseguirlos es, por tanto, muy variada: pueden ser «fabricados», capturados, recibidos como regalo, comprados e incluso invocados mediante determinados rituales secretos, razón por la cual están muy vinculados históricamente a la brujería.
Respecto al tamaño que adoptan, son extremadamente pequeños, ya que caben varios de ellos en un acerico o alfiletero. Actúan en colectividad y, prácticamente, su rastro ha desaparecido en la época actual.
3. Duendes dañinos de dormitorio
Extraña familia de duendes (utilizando esta palabra con ciertas reservas) individualistas y agresivos, viven de absorber la energía vital a los seres humanos y de tener contactos carnales con ellos, provocando pesadillas y enfermedades a los que eligen como víctimas, sobre todo a los niños y mujeres. Actúan generalmente en casas solitarias, donde construyen sus guaridas, y su presencia,
por fortuna, es menos abrumadora que la de los domésticos. Su tamaño oscila desde unos pocos milímetros hasta el medio metro, pudiendo adoptar formas muy variadas, desde grandes manos peludas, perros negros, enanos o pequeñas formas indefinidas. Hemos hecho dos sub categorías dentro de este grupo para entender mejor su complejidad: duendes vampirizantes y duendes lascivos o íncubos.
Además, hablaremos de los «Minúsculos Malignos», que se introducen en el interior del organismo humano para provocar algunas dolencias, aunque lo vamos a hacer con las reservas que en su momento comentaremos y sin cuya presencia no estaría completa en una obra de estas características.
El juego de la copa
Aunque estos chicos juegan solo por diversión, aseguran que la copa se mueve sola... ¿Te atreverías a jugar?
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