Cuando alguien quiere algo de verdad, lucha por ello, no se deja llevar por su orgullo, ni por impedimentos.
Pero eso solo pasa cuando se quiere de verdad...
Cuando no es así lo que ocurre es que te dejas vencer a las primeras de
cambio, dejas que tu orgullo gobierne tus decisiones y tiras todo lo
bueno que te podría pasar por la borda por no arriesgarte.
Y un día mirarás atrás y te darás cuenta de lo que perdiste por no dar tu brazo a torcer, por hacer caso a tu orgullo o simplemente por no llegar a querer lo suficiente...
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