el ángel más
hermoso.
Brillaban
como aceros los ojos victoriosos,
y las
sangrientas llamas de su antorcha
alumbraron
la honda cripta del alma.
-Vendrás
conmigo... Me dijo.
Y avancé en mi sueño,
aferrada a
su mano
y cegada por
la roja luminaria.
Y en la
cripta sentí sonar cadenas,
y rebullir
de fieras enjauladas.
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