Abridme las puertas de mi Infierno
ya aquí no quiero estar,
tengo el corazón dolido,
a mi Reino quiero regresar.
Allí me esperan mis dragones,
y mis demonios me guardarán,
volveré a reinar sobre mis guerreros,
esos que nunca a mi me dañarán.
ya aquí no quiero estar,
tengo el corazón dolido,
a mi Reino quiero regresar.
Allí me esperan mis dragones,
y mis demonios me guardarán,
volveré a reinar sobre mis guerreros,
esos que nunca a mi me dañarán.
Abrahel
Y por esto mismo no dejan de circular preguntas, cual si se hallaran suspendidas en el éter, como: ¿y qué nos había llevado a abandonar nuestros dominios -y a nuestros buenos demonios-? ¿a qué se aspiraba realmente con ello? ¿la búsqueda de algo inexistente, quimérico, o realmente nos guiaba la esperanza de encontrar una brizna de salvación, si es que era necesaria?
ResponderEliminarTiene mucho jugo esto que has escrito, la verdad. Escueto y, sin embargo, con mucho caudal.
Cordiales saludos, Abrahel.
Todo tiene su por qué Excentricidad Ambulante... Tanto la salida como el regreso... Aunque la respuesta me la reservo... jajaja
EliminarMe alegro de que te guste.
Un saludo