Eso que me instaba a escribir, que me inspiraba a plasmar cosas en un papel...
Se ha ido...
¿Qué has echo conmigo?
Has absorbido mi vida, mi tiempo, mis risas... ¡Hasta mis letras has absorbido! Has llegado como un torbellino a mi vida, y aún no sé como ha sido...
Pero mis días se vuelven sólo hablar contigo...
Me levanto con tus buenos días y eres quien me alegra la mañana, quien me interrumpe las tardes de estudio y quien por las noches me manda a la cama.
Sólo me queda esperar que esto no sea sólo un sueño y que por fin ya haya llegado mi momento, mi momento para ser feliz...
Ahora empieza mi cuento...
Abrahel
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