No se puede vivir solo de ilusiones, también hay que vivir de realidades.
No se puede vivir de un fui, ni un día volveré a ser... Sino también de un soy.
Hay que aprender a asumir que nosotros también tenemos parte de culpa
en lo que pasa, que también podemos asumir nuestra responsabilidad, dar
un paso adelante y ser el primero en intentar solucionarlo... No hay que
ser siempre el que espera a verlas venir, el que cree que nunca tiene
la culpa de nada, porque los malos son los
demás, y quedarse esperando a que el otro sea siempre el que da el
primer paso para arreglar las cosas... Porque llega un momento en que el
otro se cansa, ve también que no es el que siempre tiene la culpa de
todo y que no siempre tiene que dar el primer paso para arreglar las
cosas, y entonces, no da ese primer paso...
Y lo que ocurre entonces
es que uno prefiere hacerse la víctima y dejar las cosas sin
solucionar, porque el otro tenía que haber intentado arreglarlo... Y el
otro se da cuenta de que todo terminó porque aquello no tenía razón de
ser de aquella manera, que debería haberse dado cuenta antes cuando dió
tantos primeros pasos, pero que ya por fin no dará ningún primer paso
más porque esa otra persona no dió ninguno por ella.
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