unas veces tan cerca
y otras veces tan lejos.
Maldición o bendición,
locura y perdición...
La primera en mover ficha
siempre soy yo.
Estoy jugando contra un rey
pero en el tablero me siento un simple peón.
Siempre pendiente al teléfono,
siempre mirando el reloj,
contando que pasen las horas,
pero...
¿es recíproco, o sólo lo hago yo?
Abrahel
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