Perdón por querer hablarte constantemente.
Perdón por ponerme triste siempre que tardas en responder.
Perdón si a veces digo cosas que te hartan.
Perdón si a veces me vuelvo insoportable.
Perdón si no me quieres hablar tanto como yo te quiero hablar a ti.
Perdón por pensar en ti mucho y muy seguido.
Perdón si te cuento de mis dramas sin sentido cuando a ti en realidad no te interesan.
Perdón si me vuelvo molesta, solo soy yo extrañándote...
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