Cuídala, no dejes que se te escape. Qué más da si ya la tienes a tu lado, qué más da si ya le ves sonreír todos los días y tienes la suerte de disfrutar de ella.
Me da igual. La vida da mil vueltas y nunca sabes dónde puedes acabar. Así que cuídala, que el amor si no se cuida, se esfuma. Y supongo que no querrás eso.
Cuídala, como si fuese el primer día que la ves, o como si no la pudieses tener delante de tus ojos cada día. Cuídala, como si se fuese a acabar, como si mañana no pudieses verla, como si fuese el último día de tu vida. Como si se fuese a perder y nunca jamás puedas encontrarla. Cuídala, con todas las letras, con cualquier detalle por muy mínimo que sea. Cuídala, como si aún no la tuvieses, como si fuera tu trabajo de cada día. Cuídala, como ella también lo hace. Cuídala, como si fuese el motivo por el que vives cada día, como si no pudieses vivir sin ella. Cuídala, que la vida se escapa, no dejes que ella también lo haga. No te agarres a la rutina, deja que cada día sea diferente, especial. Y sigue conquistándola. Cuídala, y haz que su risa suene en cada rincón de este mundo, que destaque entre la multitud. Que sepa que sigues ahí, vivo, pase el tiempo que pase.
Cuídala, como si hubiese alguien trabajando las veinticuatro horas del día para quitártela.